Reportaje

El juez Edwin Cameron añade una nueva dimensión a las relaciones entre China y África

31 de octubre de 2008

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El juez Edwin Cameron en una discusión de mesa redonda en las oficinas de ONUSIDA en Beijing. Créditos: ONUSIDA/Zhou Dao

El juez del Tribunal Supremo sudafricano Edwin Cameron visitó China los días 27 a 31 de octubre invitado por el Ministerio de Salud chino y ONUSIDA. Con esta visita, el juez se proponía apoyar la respuesta al sida en China, con una atención particular en los aspectos jurídicos, la discriminación y los derechos de las personas que viven con el VIH.

El juez Cameron se reunió con altos funcionarios del Gobierno chino y representantes de la sociedad civil, dirigentes empresariales y personas que viven con el VIH, así como con los medios de comunicaciones nacionales e internacionales. Compartió con ellos sus conocimientos sobre la epidemia adquiridos tras un largo decenio de lucha contra el sida en Sudáfrica, y expuso los éxitos y fracasos de los programas del sida en África y en todo el mundo, de los cuales China podría aprender.

El juez Cameron reconoció que los aspectos demográficos de la epidemia en África y China eran diferentes. Sudáfrica alberga la mayor población del mundo que vive con el VIH -entre 5 y 6 millones de personas-, y la epidemia ha afectado principalmente a la población heterosexual. Por el contrario, en China el Gobierno estima que actualmente hay 700.000 personas que viven con el VIH, y la población más expuesta al riesgo de contraer la infección son los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, los profesionales del sexo, sus clientes y parejas, y los consumidores de drogas inyectables y sus parejas.

No obstante, el Sr. Cameron destacó que las diferencias entre las epidemias de sida que afectan Sudáfrica y China son menos importantes que las similitudes. “En China, como en Sudáfrica, el sida sigue siendo una enfermedad asociada a un terrible estigma,” observó. Este estigma constituye un obstáculo en todos los aspectos de la prevención y el tratamiento del VIH. “El estigma es fatal,” declaró el magistrado. “El estigma impide que las personas pidan hacerse las pruebas del VIH, hablen abiertamente de su estado seropositivo y soliciten ayuda.”

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Justice Cameron comiendo con empleados y personas que vive con el VIH en el taller de arte positivo, en el hospital You An, Beijing. Créditos: ONUSIDA/Zhou Dao

En China, el Gobierno ofrece gratuitamente las pruebas del VIH, pero debido al estigma las personas son reacias a aprovechar este ofrecimiento. Así pues, se estima que hay más de 500.000 personas que viven con el VIH sin saberlo. En una mesa redonda celebrada en las oficinas de ONUSIDA en Beijing, las personas que vivían con el VIH dieron testimonio de la repercusión del estigma en sus vidas: A una mujer que había acudido a un hospital con un fuerte resfriado, el médico le dijo que no podía echarse en la cama porque era VIH-positiva; un hombre que vivía con el VIH, ahora cojea porque el médico se negó a operarlo; a otro hombre que vivía con el VIH se le prohibió comer en la cantina de una oficina local del Centro de Control de Enfermedades de China.

“La transmisión casual del VIH es prácticamente imposible,” dijo el juez Cameron. “Sin embargo, aparentemente el público general de China lo desconoce.” El magistrado apuntó que en condiciones normales probablemente se le hubiera denegado el visado porque China tiene restricciones de entrada a las personas que viven con el VIH (el Ministerio de Salud chino le facilitó el visado de entrada).

Es necesario reducir urgentemente el estigma del VIH en la sociedad, y para ello se requieren diversos enfoques. En la mesa redonda de ONUSIDA, algunos participantes expresaron la necesidad de una mayor educación sobre el VIH. El juez Cameron también identificó la extensión educativa y el fomento de la sensibilización acerca de la prevención del VIH como actividades fundamentales para reducir el estigma.

El magistrado sudafricano alentó a sus interlocutores chinos a examinar la función que pueden tener las leyes en la reducción del estigma. En la facultad de derecho de la Universidad de Beijing, participó en una mesa redonda sobre el papel de los derechos humanos en la prevención del VIH y el tratamiento del sida en China. Si por un lado los tribunales sudafricanos han sido fundamentales en la reducción del estigma y el adelanto de los derechos de las personas que viven con el VIH, por el otro los tribunales chinos por lo general siguen rechazando aceptar casos relacionados con la discriminación contra personas que viven con el VIH.

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Justice Cameron escribiendo unas palabras de agradecimiento a los empleados del hospital You An, en Beijing. Créditos: ONUSIDA/Zhou Dao

Pero no todo el estigma procede de fuentes externas. Como el juez Cameron ha escrito en sus memorias, Witness to AIDS, y como manifestó ante los diversos grupos con los que se entrevistó en China, tras recibir el diagnóstico del VIH se sintió contaminado y avergonzado. Al principio, creyó que sus sentimientos derivaban del hecho de que había contraído el VIH a través de las prácticas homosexuales, pero luego descubrió que aquellos sentimientos de contaminación y vergüenza predominaban fuera cual fuera la orientación sexual, sexo, raza o cultura de la persona VIH-positiva.

A este respecto, el juez Cameron hizo hincapié en que la experiencia demuestra que un fuerte movimiento de personas que viven con el VIH que se prestan apoyo mutuo y tienen una voz en los ámbitos local y nacional es particularmente eficaz para hacer frente al estigma.

El estigma y la discriminación subyacente están ampliamente reconocidos como importantes obstáculos para que los servicios de prevención, tratamiento y atención del VIH lleguen a quienes los necesitan más. Sin una acción concertada para eliminar el estigma, será imposible alcanzar la meta del acceso universal a esos servicios vitales.