Reportaje

Entrevista del ONUSIDA con el Enviado Especial de las Naciones Unidas para detener la tuberculosis

21 de marzo de 2007

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Jorge Sampaio, Enviado Especial del
Secretario General de las Naciones Unidas
para detener la tuberculosis

Adelantándose al Día Mundial de la Tuberculosis, el ONUSIDA entrevista al Enviado Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para detener la tuberculosis y antiguo Presidente de Portugal sobre su compromiso en la lucha contra esta enfermedad, la relación entre ésta y el VIH y las prioridades que el considera necesarias para la colaboración en las respuestas a la tuberculosis y el sida en el futuro.

1. Durante la última década, usted ha realizado contribuciones importantes en las respuestas a muchos de los problemas a los que actualmente se enfrenta la comunidad internacional. ¿Qué le hizo apasionarse e involucrarse en la lucha contra la tuberculosis?

Considero que la salud es una cuestión de derechos humanos. Tres de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio están relacionados con la salud e incluyen la lucha contra tres pandemias mundiales: el sida, la tuberculosis y el paludismo. Siempre me ha preocupado el problema de la tuberculosis porque mi padre era médico, pero realmente me di cuenta de que la tuberculosis era un gran problema de salud pública cuando se empezó a hablar sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio a principios de este siglo.

2. ¿De qué manera piensa que su experiencia en política le ayuda a cumplir con su nuevo papel como Enviado Especial para detener la tuberculosis?

Soy abogado de profesión y, obviamente, esto me ayuda en la defensa. También tengo una gran trayectoria política (aunque ya me he retirado), así que estoy acostumbrado a las negociaciones políticas y tengo mucha experiencia en asuntos diplomáticos e internacionales. Considero que la experiencia política es esencial ya que mi papel como Enviado Especial no es establecer cuestiones técnicas, sino aumentar el apoyo político y social para las políticas de control de la tuberculosis recomendadas por la OMS y la Asociación Detener la Tuberculosis. Mi principal misión es persuadir a los líderes mundiales, los responsables de formular las políticas, las principales partes interesadas a nivel internacional, regional y nacional, los medios de comunicación, el sector privado, los pacientes, las comunidades y otros para asegurar que se ofrece un mayor apoyo político para que se financie y ejecute el Plan Mundial para Detener la Tuberculosis en su totalidad.

3- ¿Qué papel cree que puede desempeñar la comunidad del VIH y el ONUSIDA para ejecutar el Plan Mundial para Detener la Tuberculosis?

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Jorge Sampaio se reunió con el Director Ejecutivo
del ONUSIDA, Dr. Peter Piot, en Ginebra a principios
de este año para avanzar en el programa de control
de la tuberculosis, incluida la coepidemia de TB y
VIH y de XBR-TB

Uno de los puntos principales que siempre resalto es la necesidad de estimular un enfoque coordinado del VIH y la TB. Juntos, el VIH y la TB generan una sinergia nociva que acelera la progresión mutua y que supone la explosión de casos de tuberculosis en regiones con alta prevalencia del VIH. Para controlar la tuberculosis en entornos de alta prevalencia del VIH se necesita una colaboración más efectiva entre las comunidades y los programas de TB y VIH.

Realmente creo que el Plan Mundial para Detener la Tuberculosis y los programas de TB basados en la estrategia de la OMS Detener la Tuberculosis, así como los programas del ONUSIDA para conseguir el acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo del VIH, representan un marco apropiado para aumentar los esfuerzos de cooperación en la TB y el VIH. Sin embargo, todavía quedan áreas sin cubrir, especialmente en el compromiso político y en la falta de recursos para llevar a cabo actividades de colaboración entre la TB y el VIH y proporcionar nuevas herramientas de prevención, diagnósticos tempranos y tratamiento rápido de la TB en personas que viven con el VIH.

4. ¿Cómo se puede animar a las comunidades del VIH y de la tuberculosis para que unan sus esfuerzos?

La educación para la salud es realmente necesaria para combatir el estigma y la discriminación social relacionados con el VIH y la tuberculosis. Las comunidades son conscientes de los hechos básicos: la tuberculosis causa al menos el 11% de las muertes de las personas que viven con el VIH (lo que puede alcanzar hasta un 60% en algunos lugares de África); 750.000 personas que viven con el VIH desarrollan tuberculosis cada año; la tuberculosis se puede tratar con éxito incluso en personas que viven con el VIH; sin un tratamiento adecuado, la tuberculosis lleva a las personas que viven con el VIH a la muerte en pocas semanas; el tratamiento para la tuberculosis puede prolongar y mejorar la calidad de vida de las personas VIH-positivas.

5. ¿Cómo piensa que podemos hacer que el mundo se interese por la tuberculosis y el sida a pesar de otros problemas como el calentamiento global, la gripe aviaria o el terrorismo?

La salud es una parte esencial de la seguridad humana y del desarrollo, y es una cuestión de derechos humanos. Necesitamos doblar nuestros esfuerzos y evitar trabajar con objetivos diferentes que retrasen nuestra labor innecesariamente.

6. Si tuviéramos una oportunidad real de superar estas epidemias, ¿cuáles cree que son las áreas en las que el mundo debería centrarse?

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El Secretario General de las Naciones Unidas
Ban Ki-moon, con Jorge Sampaio,
en la Sede de Nueva York

Personalmente creo que hay cuatro temas principales que merecen una atención inmediata y que piden que la comunidad internacional actúe de manera extraordinaria.

En primer lugar, hay que mantener la lucha contra la tuberculosis en un lugar primordial de los planes mundiales, especialmente en vista de un brote de una tuberculosis que resiste a diversos medicamentos y que supone una mayor amenaza para la salud pública, por lo que hay que actuar urgentemente.

En segundo lugar, debemos mejorar la coordinación en las medidas contra el sida y la tuberculosis.

En tercer lugar, África. Este continente tiene que ser una prioridad absoluta en los planes internacionales. Es inaceptable que sigua siendo un continente en riesgo. África subsahariana hace frente a uno de los mayores retos de salud, con un 11% de la población mundial y un 24% de carga de la enfermedad de la tuberculosis, y aun así, con solo un 3% de los trabajadores sanitarios del mundo.

Por último, el fortalecimiento de los sistemas sanitarios: promover un plan mundial para fortalecerlos es esencial para conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud.



Fotografía: Asociación Detener la Tuberculosis