Reportaje

Nuevo informe sobre el estado de la población mundial

12 de noviembre de 2008

2008112_UNFPA_200.jpg
La sensibilidad cultural es un aspecto central para el éxito de las estrategias de desarrollo de acuerdo con el nuevo informe producido por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Créditos: UNFPA

La sensibilidad cultural es un aspecto central para el éxito de las estrategias de desarrollo. Esta es una de las conclusiones del nuevo informe producido por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Ámbitos de convergencia: Cultura, género y derechos humanos, que se dio a conocer el día 12 de noviembre de 2008. En él se afirma que la cultura es un elemento crucial del desarrollo satisfactorio de los países y que debe integrarse en las políticas y la programación relativas al desarrollo.

El informe Estado de la población mundial 2008 sostiene que las estrategias de desarrollo que son sensibles a los valores culturales pueden reducir las prácticas perjudiciales para las mujeres y fomentar los derechos humanos, incluidas la igualdad de género y la potenciación de la mujer.

A pesar de las numerosas declaraciones y afirmaciones que se hacen en apoyo a los derechos de la mujer, el informe expone que en muchas culturas las desigualdades de género están generalizadas y muy arraigadas. Las relaciones coercitivas de poder subyacen en prácticas como el matrimonio infantil —una de las principales causas de fístula obstétrica y mortalidad materna— y la mutilación o escisión genital femenina. Éstas y otras prácticas dañinas siguen presentes en muchos países a pesar de las leyes que las prohíben.

Desigualdades de género y VIH

Los efectos de las desigualdades por razón del sexo, o de género, exponen a las mujeres y las niñas a un mayor riesgo de contraer el VIH. Cuanto menos oportunidades de educación y económicas tienen las mujeres, mayor es su dependencia de los hombres en sus relaciones, y muchas de las que no cuentan con ningún tipo de apoyo deben recorrer a cambiar o vender relaciones sexuales para sostenerse a sí mismas y sostener a sus hijos. Allí donde las mujeres no pueden acceder a la propiedad y no disponen de medidas de protección jurídica, su dependencia dentro de sus familias es incluso mayor. La dependencia económica y social de las mujeres respecto de los hombres suele limitar la capacidad de aquellas para rechazar las relaciones sexuales o negociar el uso del preservativo.

El informe, cuya publicación coincide con el 60 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, se basa en el concepto de que el marco internacional de derechos humanos tiene validez universal. Los derechos humanos expresan valores comunes a todas las culturas y protege tanto a los grupos como a las personas individuales. El informe respalda los enfoques culturalmente sensibles a la promoción de los derechos humanos en general, y de los derechos de las mujeres en particular.

Los enfoques culturalmente sensibles requieren la familiaridad con la que trabajan las culturas y con la que trabajar con ellas. El informe sugiere que las asociaciones —particularmente con instituciones y líderes basados en la comunidad— pueden favorecer la creación de estrategias eficaces para promover los derechos humanos y poner fin a los abusos de tales derechos, como la mutilación o escisión genital femenina, la limitación de los derechos de sucesión de la esposa o la violación dentro del matrimonio.

“Las comunidades deben examinar sus valores y prácticas culturales y determinar si entorpecen o favorecen la realización de los derechos humanos. Luego, pueden consolidar los que sean positivos y modificar los negativos,” manifestó la Sra. Thoraya Ahmed Obaid, directora ejecutiva de UNFPA

El informe Estado de la población mundial 2008 advierte que la sensibilidad y el compromiso culturales no significan la aceptación de las prácticas tradicionales perjudiciales o el consentimiento de los abusos de los derechos humanos. En todas las culturas podemos encontrar valores y prácticas que transgreden los derechos humanos. La comprensión de las realidades culturales puede ayudar a encontrar las maneras más eficaces de afrontar estas prácticas culturales dañinas y fortalecer las que sean beneficiosas.

El informe concluye que analizar las decisiones y elecciones de las personas en sus condiciones locales y sus contextos culturales es un requisito previo para unas mejores políticas de desarrollo.