Reportaje

La crisis financiera golpea al sector sanitario y hace peligrar la financiación de los medicamentos para el sida

28 de abril de 2009

Un nuevo informe del Banco Mundial ofrece unas conclusiones preliminares de una encuesta realizada por el Banco Mundial, ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud en 69 países, que muestran que los encuestados en 22 países de África, el Caribe, Europa y Asia central, Asia y el Pacífico consideran que la crisis económica repercutirá en los programas de tratamiento del VIH durante el próximo año. Juntos, estos países acogen a más del 60% de las personas que siguen el tratamiento antirretrovírico en el mundo.

Este es el segundo de una serie de artículos sobre cómo la desaceleración económica impacta en las personas afectadas por el VIH y sobre cómo invertir en una financiación sostenible es esencial para las repuestas mundiales al sida y de desarrollo.



20090428_WB_200.jpg
Evitar una crisis humanitaria durante la recesión mundial: Opciones políticas de la red de desarrollo humano del Banco Mundial (Policy Options from the World Bank's Human Development Network ) afirma que ya existen diversos países que carecen de medicamentos para el sida debido a la crisis económica.
Fotografía: Cortesía del Bando Mundial

La actual crisis de los mercados financieros y de la economía mundial está afectando seriamente a los compromisos de desarrollo mundiales de los gobiernos y a los recursos nacionales. Los hogares que ya eran vulnerables a la pobreza corren el riesgo de empobrecerse aún más ya que cada vez hay más paro y se reducen los ingresos. Existe una preocupación creciente de que se frenen seriamente los progresos en salud y educación.

Evitar una crisis humanitaria durante la recesión mundial: Opciones políticas de la red de desarrollo humano del Bando Mundial , ofrece conclusiones preliminares de una encuesta realizada en 69 países, de los cuales 8 ya carecen de medicamentos antirretrovíricos o se enfrentan a otras interrupciones del tratamiento para el sida. La encuesta, realizada por el Banco Mundial, ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud el pasado mes también revela que, en total, los encuestados de 22 países de África, el Caribe, Europa y Asia central y Asia y el Pacífico prevén que la crisis repercutirá en los programas de tratamiento durante el próximo año. Juntos, estos países acogen a más del 60% de las personas que siguen el tratamiento antirretrovírico en el mundo.

Es una situación bastante grave. A pesar del crecimiento rápido de los números de personas que siguen el tratamiento actualmente, dos tercios de aquellos que lo necesitan todavía no lo reciben. Esta necesidad está creciendo a un ritmo más rápido que la ampliación del acceso al tratamiento. Parece previsible que la crisis mundial empeore la situación.

“Este nuevo informe muestra que las personas que reciben el tratamiento antirretrovírico podrían correr el riesgo de perder su sitio en el bote salvavidas", afirma Jow Phumaphi, vicepresidente para el Desarrollo Humano del Banco Mundial y antiguo ministro de Salud de Botswana.

Los programas de prevención, en peligro

No podemos permitirnos la “pérdida” de una generación de personas como consecuencia de la crisis. Es esencial que los países en desarrollo y los donantes actúen ahora para proteger y ampliar su gasto en salud, educación y otros servicios sociales básicos, y que dirijan estas iniciativas para garantizar que lleguen a los grupos más pobres y vulnerables.

Joy Phumaphi, vicepresidente para el Desarrollo Humano del Banco Mundial

 

Los programas de prevención del VIH también están en peligro. El informe afirma que los entrevistados de 34 países, donde vive el 75% de las personas seropositivas, prevén que los programas de prevención para las poblaciones más expuestas al riesgo de infección (como los profesionales del sexo y los usuarios de drogas inyectables), resultarán afectados negativamente ya que normalmente son marginados y suelen recibir menor prioridad que, por ejemplo, las mujeres y los niños.

El mundo ha adoptado el compromiso internacional de ofrecer acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH a aquellos que lo necesiten para 2010. Alcanzar este objetivo esencial, un proceso que ha estado en buen camino, ahora puede verse seriamente amenazado por lo que el informe denomina como "estos tiempos tan extraordinariamente desafiantes para la economía mundial".

En Evitar una crisis humanitaria durante la recesión mundial, el Banco alienta a los países que dependen ampliamente de la financiación para el sida de donantes externos a que identifiquen las carencias lo más pronto posible y que actúen con el Banco y otros asociados para ayudar a poner en marcha una "financiación puente" que ayude a evitar las interrupciones del tratamiento de sida. Al mismo tiempo, el Banco advierte de que mantener y ampliar programas efectivos de prevención durante la crisis actual es esencial para evitar un resurgimiento de nuevas infecciones.

Posibles recortes en la financiación sanitaria y educativa

El Banco Mundial está preocupado por el hecho de que la crisis pueda conllevar recortes en la financiación sanitaria y educativa en todos los frentes, no solo en el contexto del sida. El informe también muestra que las crisis anteriores han forzado a los países en desarrollo a reducir gastos en estas áreas. La experiencia de crisis anteriores en Argentina, Indonesia, Tailandia y Rusia muestra que los gobiernos se vieron forzados a hacer recortes en los servicios sanitarios debido a la escasez de los presupuestos, y que volver a la situación anterior a la crisis lleva de unos 10 a 15 años.

“No podemos permitirnos la “pérdida” de una generación de personas como consecuencia de la crisis", declara Phumaphi. “Es esencial que los países en desarrollo y los donantes actúen ahora para proteger y ampliar su gasto en salud, educación y otros servicios sociales básicos, y que dirijan estas iniciativas para garantizar que lleguen a los grupos más pobres y vulnerables".

Para respaldar esta estrategia, el Banco Mundial declaró el 24 de abril que está movilizando hasta US$ 3.100 millones este año en financiación sanitaria para ayudar a los países pobres a luchar contra las amenazas a las que se enfrentan sus servicios sociales durante la crisis mundial. Triplica así su ayuda de US$ 1.000 millones de 2008, y se utilizará para fortalecer los sistemas sanitarios en los países pobres, ayudarles en sus iniciativas de prevención y tratamiento de enfermedades transmisibles, y mejorar la salud infantil y materna, la higiene y la sanidad.

El Banco también ha afirmado que está duplicando la financiación destinada a la educación (hasta US$ 4.090 millones) este año para los países de ingresos medios y bajos.

Este informe se basa en gran medida en un trabajo en curso de colaboración entre el Banco Mundial, ONUSIDA y la OMS, que se publicará pronto en una publicación conjunta. La información ha sido recopilada por representantes de los organismos que han trabajado en estrecha colaboración con las autoridades nacionales de sida en 69 países de ingresos medios y bajos, donde viven la mayoría de las personas que reciben tratamiento en el mundo en desarrollo. Las conclusiones preliminares se indican aquí para que sean evaluadas en las reuniones de primavera del Banco mundial y el FMI de 2009 en Washington DC.