Reportaje

Un nuevo informe urge a invertir US$ 25.000 millones para asegurar que los países alcancen las metas de 2010

10 de febrero de 2009

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“Qué necesitan los países: las inversiones requeridas para alcanzar las metas de 2010”

Un nuevo informe publicado por ONUSIDA, titulado Qué necesitan los países: las inversiones requeridas para alcanzar las metas de 2010, estima que se necesitará destinar US$ 25.000 millones para la respuesta mundial al sida en los países de ingresos bajos y medianos en 2010, lo que significa una inversión de US$ 11.300 millones más que la suma actualmente disponible.

“No será nada fácil reducir esta diferencia, pero ello no sólo es posible sino absolutamente necesario si pretendemos acelerar el ritmo de la respuesta a la epidemia de sida,” ha manifestado el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé.

Las necesidades de inversión se basan en las metas establecidas por los países para alcanzar el acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH para 2010. El nuevo informe anticipa que cerca de una tercera parte de estos fondos procederán de fuentes nacionales, mientras que se requerirán inversiones de fuentes multilaterales y bilaterales para los restantes US$ 17.000 millones.

El informe pone de relieve que, del total de inversiones requeridas, alrededor de un tercio irá destinado a actividades relacionadas con el cambio de comportamiento, los factores sociales impulsores de la epidemia, la mitigación social y otros servicios gestionados fuera del sistema sanitario a través de programas multisectoriales.

Otro tercio estará dirigido a fortalecer los sistemas de salud. La debilidad de dichos sistemas es un obstáculo importante a la ampliación gradual del acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH.

El tercio restante tendrá como beneficiarios a los servicios de salud específicos para el VIH, como los programas para reducir la transmisión maternoinfantil del VIH, la seguridad hematológica y el suministro de terapia antirretrovírica para los que la necesitan.

Prevención, tratamiento y atención del VIH

Se estima que se necesitarán cerca de US$ 11.600 millones para la prevención del VIH y otros US$ 7.000 millones para el tratamiento del sida.

“No podemos dejar que la crisis económica nos paralice. Paquetes de estímulo y ajustes económicos deben hacerse teniendo en cuenta a las personas. Una madre no debería tener que escoger entre continuar el tratamiento del vih o alimentar a sus hijos. No podemos abandonar a los 4 millones de personas que toman tratamiento y a los millones más que lo necesitan hoy. ”

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA

Los servicios de prevención del VIH elegidos de forma prioritaria por los países están basados en las directrices de ONUSIDA en materia de prevención, que instan a los países a dar prioridad a los programas con arreglo al tipo de epidemia nacional. Por ejemplo, los países con epidemias generalizadas tienen la necesidad urgente de ampliar los servicios de prevención para los jóvenes. Por su parte, a los países con epidemias concentradas se les recomienda que primero se centren en facilitar servicios y programas a las poblaciones más expuestas, incluidos los profesionales del sexo y sus clientes, los usuarios de drogas inyectables, y los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

Las necesidades de fondos para el tratamiento y la atención incluyen mucho más que el suministro de tratamiento antirretrovírico. Además de los costos de dicho tratamiento, también comprenden las pruebas y el asesoramiento iniciados por el proveedor, el tratamiento y la profilaxis de las infecciones oportunistas, el apoyo nutricional, las pruebas de laboratorio, los cuidados paliativos y el costo de la logística de suministro de medicamentos. También se incluyen los costos de las pruebas de linfocitos CD4 para vigilar la respuesta a la terapia antirretrovírica y la progresión de la enfermedad.

¿Qué puede lograrse con estos US$ 25.000 millones?

Si se alcanzan las metas establecidas por los países en cuanto a servicios relacionados con el VIH, en 2010 habrá alrededor de 6,7 millones de personas que recibirán tratamiento antirretrovírico. Más de 70 millones de mujeres embarazadas se someterán a las pruebas de detección del VIH y recibirán servicios de prevención de la transmisión maternoinfantil; 20 millones de hombres que tienen relaciones con hombres, 7 millones de profesionales del sexo y 10 millones de usuarios de drogas inyectables se beneficiarán de servicios de prevención del VIH. Siete millones de huérfanos recibirán apoyo, y se distribuirán cerca de 8.100 millones de preservativos masculinos y femeninos. Todo ello tendrá como resultado la evitación de 2,6 millones de nuevas infecciones por el VIH, la reducción de la incidencia del VIH en cerca del 50% y la prevención de 1,3 millones de fallecimientos.

El logro de las metas fijadas por los países para 2010 presenta una oportunidad para cambiar el ritmo de la respuesta a la epidemia de sida. Ayudará a salvar vidas al facilitar tratamiento a un mayor número de personas, proteger a los lactantes y jóvenes de contraer la infección, y asegurar que una generación entera de huérfanos complete la escolarización. También pondrá las bases para sostener la respuesta al sida durante los próximos años y contribuirá a fortalecer los sistemas de salud y aumentar los recursos humanos. Ayudará asimismo a reducir la homofobia, el estigma y la discriminación, particularmente de las personas sin voz y marginadas. Y contribuirá a reducir la violencia contra las mujeres y las niñas y a darles poder de decisión para protegerse a sí mismas del VIH y del abuso sexual.

No hay duda de que en el clima financiero actual las inversiones deben hacerse con prudencia. Pero hay que tener en mente el rostro humano, pues detrás de cada reducción o recorte hay una persona y una familia.

“No podemos dejar que la crisis económica nos paralice,” ha declarado el Sr. Sidibé. “Las medidas de estímulo y ajustes económicos deben hacerse teniendo en cuenta a las personas. Una madre no debería tener que escoger entre continuar el tratamiento del VIH o alimentar a sus hijos. No podemos dejar sin tratamiento a 4 millones de personas que lo están siguiendo ni a otros millones más que lo necesitan hoy día.”

Como concluye el informe, el acceso universal debe pasar a ser una realidad para los cientos de millones de personas que son vulnerables a la infección por el VIH y los millones de personas que viven con el VIH y sus seres queridos. Las inversiones que ya se han hecho en la respuesta al sida están dando sus frutos. Es el momento de ampliarlas, no de reducirlas.