Reportaje

Crisis económica mundial y VIH

06 de julio de 2009

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 Un informe conjunto del Banco Mundial y ONUSIDA evalúa el impacto potencial de la crisis económica mundial en los programas de prevención y tratamiento del VIH de todo el mundo. Gracias a la utilización de los datos recopilados en marzo de 2009 en 71 países, este análisis evalúa cómo podría afectar esta crisis a los cerca de 4 millones de personas seropositivas que siguen el tratamiento antirretrovírico, así como a los 7 millones que lo necesitan pero que no pueden acceder a él, y propone algunas respuestas apropiadas. El informe no solo investiga los posibles efectos en las iniciativas de prevención, sino que también sugiere que el bienestar de millones de personas podría estar en riesgo.

La crisis financiera comenzó en las economías más desarrolladas, pero su repercusión se ha sentido prácticamente en todas las naciones, lo que hace temer que la ayuda de los donantes se verá recortada o no se aumentará, los ingresos financieros de los países en desarrollo disminuirán y las remesas de los trabajadores se reducirán. Muchos hogares pueden ser víctimas de un aumento de la mortalidad y la morbilidad si los compromisos que la comunidad internacional ha adoptado para mantener y ampliar el acceso al tratamiento antirretrovírico no se cumplen, o si los gobiernos reducen los gastos destinados al sida.

El informe señala, además, que durante las crisis anteriores se aprendió una lección importante: que los recortes los gastos para el desarrollo social tienen efectos negativos a largo plazo. Responder a las dificultades económicas reduciendo el gasto destinado al VIH hará retroceder los logros más recientes y requerirá medidas para compensar esta situación que serán muy costosas a largo plazo.

El tratamiento en riesgo

Actualmente, cerca de 4 millones de personas siguen el tratamiento antirretrovírico en los países encuestados. Sin embargo, son muchos más los que se beneficiarían del tratamiento si pudieran acceder a él. El tratamiento antirretrovírico de combinación, que consiste normalmente en tres tipos de medicamentos que se toman diariamente, disminuye los niveles de VIH (la llamada "carga vírica”) en la sangre hasta niveles indetectables, y detiene el daño progresivo del sistema inmunitario del organismo. Si se toman los medicamentos siguiendo la prescripción del médico, las personas seropositivas pueden llevar una vida saludable y productiva. Sin embargo, si se interrumpe el tratamiento, por ejemplo como consecuencia de los recortes en la financiación de los programas de tratamiento para el sida, el VIH seguirá replicándose y se desarrollarán enfermedades que amenazarán la vida, y aumentará asimismo la resistencia a los medicamentos y la posibilidad de transmitir el VIH.

El informe describe cómo los encuestados del 11% de los países entrevistados (donde viven 427.000 personas en tratamiento) afirmaron que la crisis mundial ya había afectado a los programas de tratamiento de sus países. Los encuestados de un 31% de los países, donde viven 1,8 millones de personas en tratamiento, afirmaron que esperan que este impacto se produzca este año, mientras que en el 30% de los países dudaban si el tratamiento se vería afectado. Los programas son especialmente vulnerables en África subsahariana, Europa central y oriental y el Caribe.

Esto se debe a diferentes motivos, entre los que se encuentran la reducción de los ingresos de los hogares (en África, por ejemplo, los gastos del hogar representan un 60% de los gastos totales en salud) y la incertidumbre sobre la ayuda externa. No obstante, el informe señala que los efectos serán los mismos, independientemente de la razón por la que el programa se haya restringido; a saber:  aumento de la mortalidad y morbilidad, mayor riesgo de transmisión, mayores costes financieros a largo plazo y mayor carga en los sistemas sanitarios, ya que más gente enferma acudirá a los hospitales públicos.

Prevención

Por cada dos personas que acceden al tratamiento del VIH, cinco se infectan por el virus. Por lo tanto, prevenir las nuevas infecciones es esencial para responder a la epidemia. Con todo, este estudio descubrió que en 34 países, donde vive el 75% de las personas seropositivas, se prevé que los programas de prevención para las poblaciones más expuestas se verán afectados. Esto es así porque estos programas son los más sencillos de recortar. No obstante, las consecuencias serían peores: disminuir los esfuerzos de prevención daría lugar a un aumento de las nuevas infecciones, lo que a su vez supondría un aumento de las necesidades de tratamiento en el futuro, con grandes implicaciones económicas.

Responder a la crisis

Aunque los resultados de este estudio sean preocupantes, el informe también ofrece recomendaciones para desarrollar iniciativas que ayuden a hacer frente a la crisis. Utilizar los fondos existentes de manera más efectiva trasladando los recursos de los programas de menor impacto a los de mayor impacto y abordando las deficiencias en la financiación urgentemente son medidas que se deberían tomar. Los sistemas de seguimiento, incluidos los de las interrupciones del tratamiento y la importancia de planificar ante un entorno de incertidumbre son otras cuestiones que requieren atención.