Reportaje

El Fondo Mundial aprueba nuevas subvenciones por un valor de US$ 2,400 millones

12 de noviembre de 2009

La Junta de Directores del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria aprobó nuevas subvenciones de dos años por un valor de US$ 2,400 millones. Su vigésima reunión se celebró en Addis Abeba (Etiopía) y concluyó el 11 de noviembre. Las conversaciones sobre las consecuencias de la crisis económica mundial para el despliegue de una respuesta frente al sida plenamente financiada ocuparon un lugar prioritario en el orden del día de la reunión.

La Junta del Fondo Mundial también anunció el lanzamiento de su nueva ronda de subvenciones en mayo del 2010, cuya aprobación se considerará en una reunión de la Junta que tendrá lugar en alguna fecha entre noviembre de 2010 y enero de 2011.

El Dr. Michel Kazatchkine, Director Ejecutivo del Fondo Mundial, afirmó que “’hay una demanda formidable de financiamiento” y agregó que “los países están demostrando que son capaces de transformar eficazmente grandes cantidades de dinero procedentes de los donantes en programas de prevención, atención y tratamiento contra el sida, la tuberculosis y la malaria, que a su vez salvarán millones de vidas”.

Al dirigirse a la Junta del Fondo Mundial en los primeros días de la semana, el Director Ejecutivo del ONUSIDA, el Sr. Michel Sidibé, felicitó al Dr. Kazatchkine por los excelentes avances realizados durante el último año.

El Sr. Sidibé también manifestó su preocupación por el hecho de que la demanda mundial de recursos en el escenario del financiamiento es más elevada de lo que se previó en la reunión sobre la reconstitución de las reservas, celebrada en Berlín en el 2007, lo cual expone al Fondo Mundial a la posibilidad de enfrentar una deficiencia de recursos en el período que va del 2009 y al 2010. Asimismo, reiteró su exhortación a los países donantes para que velen por que el Fondo Mundial cuente con los recursos suficientes. También hizo un llamamiento para que se hagan inversiones pertinentes en materia de prevención que estén a la altura de la situación epidémica, por ejemplo, en Europa Oriental, donde el VIH se transmite principalmente por el uso de drogas inyectables.

Al referirse a las posibles repercusiones de la crisis económica sobre la respuesta frente al sida, el Sr. Sidibé exhortó a que se concibieran criterios innovadores y se atendiera la necesidad de establecer asociaciones nuevas para responder al sida.

Mediante la aplicación de sus criterios fundamentales —identificación con el país, inclusión, rendición de cuentas y financiamiento basado en el desempeño—, el Fondo Mundial está estableciendo las normas relacionadas con el financiamiento para el desarrollo y está en plena armonía con los principios de eficacia de la ayuda. El Sr. Sidibé elogió esta estrategia y alentó a que se adquiriera un compromiso todavía mayor para proporcionar herramientas y medios a los países y a las comunidades.

El Sr. Sidibé también se comprometió a aumentar el apoyo técnico prestado por el Sistema de las Naciones Unidas, y a que el programa del ONUSIDA en los niveles nacional y regional ampliaría su apoyo al Fondo Mundial. Afirmó que “una asociación fortalecida en el nivel de país dará lugar a una mayor cohesión y sostenibilidad de la respuesta”.

Una asociación fortalecida en el nivel de país dará lugar a una mayor cohesión y sostenibilidad de la respuesta.

Michel Sidibé, Director Ejecutivo del ONUSIDA

La Junta del Fondo Mundial también aprobó una estructura nueva para las subvenciones, con el fin de simplificar su administración y la notificación por parte de los países, así como facilitar su planificación estratégica a largo plazo.

El Fondo Mundial se estableció en el 2002 para aumentar notablemente los recursos destinados a combatir tres de las enfermedades más devastadoras en el mundo —el sida, la tuberculosis y la malaria— y orientarlos a las áreas donde más se requieren. Desde entonces, ha aprobado la asignación de fondos por un valor de US$ 18,400 millones para 144 países. El Fondo Mundial es una asociación mundial de carácter público y privado que reúne a los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y las comunidades afectadas; representa una nueva estrategia para el financiamiento internacional en materia de salud.