Reportaje

Superar los tabús sociales: los parlamentarios inician un diálogo inclusivo con los grupos de población clave en Pakistán

27 de octubre de 2009

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Trabajadores inter pares de difusión. Infection Control Society de Pakistán, Karachi.
Fotografía: ONUSIDA/P. Virot

En un intento de acabar con la exclusión social y cambiar las prácticas discriminatorias, el gobierno, miembros del parlamento y las comunidades que normalmente son olvidadas por los responsables de formular políticas han iniciado un diálogo en Pakistán. El mes pasado se celebró una reunión histórica en la que algunos parlamentarios entablaron un diálogo con los miembros de dichas comunidades sobre los retos a los que se enfrentan las personas transexuales, los usuarios de drogas y las personas seropositivas. Esta reunión fue un punto de partida cuyo objetivo era crear un entorno habilitante para cambiar políticas relacionadas con el VIH.

La prevalencia del VIH entre la población general en Pakistán es menor de un 0,1%. Sin embargo, los resultados de una Vigilancia de segunda generación del VIH realizada en el país indican que los usuarios de drogas inyectables y los transexuales son las dos poblaciones con mayor tasa de infección por el VIH, con una prevalencia estimada de un 20% y un 7% respectivamente. La infección por el VIH no es el único motivo de preocupación para estas poblaciones, que también pueden verse envueltas en un ciclo de exclusión social y económica que les expone a la marginación y a la violencia, un acceso limitado a los servicios sanitarios y de otros tipos y, en lo que respecta a los usuarios de drogas inyectables, una carencia de programas de sustitución.

El liderazgo mostrado por unos pocos, mediante un diálogo audaz con los parlamentarios, representa una voz a favor del cambio para muchos otros.

Oussama Tawil, coordinador de ONUSIDA en Pakistán

Este diálogo, celebrado en un subcomité parlamentario, reunió a parlamentarios de diverso signo político, asociaciones y grupos que representan a personas que viven con el VIH como la Iniciativa Red Ribbon, Pak Plus y New Light AIDS Control Society, la Fundación Sathi para transexuales, y Nai Zindagi, una organización que ofrece servicios para los usuarios de drogas.

La reunión también dio la oportunidad a los parlamentarios de dialogar con oficiales superiores de política, fiscalización de estupefacientes y salud sobre la necesidad de cambiar políticas y prácticas que afectan a estos grupos clave. El diálogo cubrió desde un llamamiento urgente a impulsar una terapia piloto de sustitución que todavía está pendiente de la aprobación final del gobierno, hasta la necesidad de prestar una atención especial a los transexuales dentro de la formación y la investigación de los policías sobre la violencia sexual y el maltrato de los que son víctimas.

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Trabajador de difusión entre usuarios de drogas. Nai Zindagi, Lahore. Fotografía: ONUSIDA/P. Virot

El gobierno de Pakistán ya ha aprobado medidas de reducción del daño en un enfoque más general sobre la prevención y la fiscalización de los estupefacientes, y las organizaciones no gubernamentales colaboran estrechamente con el Ministerio de Salud en programas de intercambio de agujas.

Los debates también tocaron temas que afectan a la población general. Las personas que viven con el VIH en Pakistán corren el riesgo de perder sus empleos o a menudo se encuentran con que los profesionales sanitarios se niegan a atenderlos, y personas que trabajan fuera del país, como en los Estados del Golfo, han sido deportadas a Pakistán cuando se les detectó el VIH.

La respuesta del Gobierno pakistaní al VIH comenzó en 1987 con el establecimiento de un Comité Federal sobre el sida dependiente del Ministerio de Salud poco después de que se detectara el primer caso de sida. Actualmente, el Programa nacional para el control del sida se articula en torno a unidades de aplicación federales y provinciales.

Carencias en la financiación

Sin embargo, Pakistán se está enfrentando actualmente a una gran carencia de fondos para ampliar las iniciativas comunitarias, que representan la columna vertebral de la respuesta nacional al sida. El país se beneficia de la asistencia de los donantes, en especial del Banco Mundial, Reino Unido y otras partes bilaterales, para ampliar la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH. Sin embargo, aparte de las solicitudes presentadas al Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria en los últimos años, el país todavía necesita conseguir subvenciones para el VIH, pues las necesidades son evidentes.

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Programa de eliminación de agujas orientado a consumidores de drogas inyectables. Nai Zindagi, Lahore.
Fotografía: ONUSIDA/P. Virot

Durante la reunión, la Dra. Donya Aziz, miembro de la Asamblea Nacional y presidenta del Subcomité parlamentario sobre el sida, afirmó, “La ayuda de los donantes es esencial para nosotros en este punto, pero, a largo plazo, no podemos depender de los fondos externos. Los sectores público y privado deben movilizar recursos y se necesitan decisiones políticas para garantizar los servicios y hacer frente a la exclusión social en nuestras comunidades”.

A pesar de los retos futuros, aquellos que participaron en la reunión del pasado mes coincidieron en que los avances para hacer frente a la desconfianza que surge en torno a los grupos de población clave son un hito importante que puede servir de base para seguir progresando.

Este diálogo es solo el comienzo, y tras él se celebrarán una serie de reuniones entre un foro mayor de parlamentarios de diverso signo político y grupos de la sociedad civil. Se espera con entusiasmo que esto impulse un cambio político y de actitudes.

El coordinador de ONUSIDA en Pakistán, Oussama Tawil, se hace eco de esta esperanza “El liderazgo mostrado por unos pocos, mediante un diálogo audaz con los parlamentarios, representa una voz a favor del cambio para muchos otros".