Reportaje

Protección social: ayudar a las familias afectadas por el VIH a sobrellevar la crisis financiera

24 de septiembre de 2009

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La campaña Unidos por la infancia, unidos contra el sida ha producido un pbreve vídeo sobre la importancia de la protección social para los niños

Mientras que los líderes se reúnen en la cumbre del G20 en Pittsburg, la campaña Unidos por la infancia, unidos contra el sida, encabezada por UNICEF y apoyada por ONUSIDA, entre otros asociados, está fomentando un debate sobre el papel de la protección social para los niños y las familias afectados por el sida, como la familia de Margaret Nyambura.

La señora Nyambura tiene casi 70 años y hace todo lo posible para cuidar de sus cinco nietos, con los que vive en una pequeña casa en las afueras de la capital de Kenya, Nairobi. Sus nietos, de edades comprendidas entre los cinco y los 14 años, perdieron a sus padres como consecuencia de enfermedades relacionadas con el sida. Poder subsistir es una batalla diaria para Margaret, que no tiene trabajo. Su familia está prácticamente en la miseria y apenas puede sufragar los gastos de los alimentos, el hogar y la educación de sus nietos. Margaret se enfrenta a un conflicto de prioridades y cuenta con escasos recursos para abordarlas. 

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Maureen Sakala vive en Lusaka, Zambia, con su madre, sus hermanos y doce niños huérfanos, algunos de los cuales tuvieron un hermano que murió de una enfermedad relacionada con el sida. Estas familias se pueden beneficiar de un aumento de la protección social. Fotografía: UNICEF/NYHQ2009-0309/Nesbitt

Esta situación es común entre las familias pobres que viven en países gravemente afectados por el sida. La epidemia puede empeorar la pobreza cuando las necesidades relativas al VIH entran en conflicto con necesidades diarias como la comida, o con inversiones a largo plazo como la educación. Asimismo, puede empujar a los niños a convertirse en el sostén económico y en cuidadores de la familia antes de tiempo.

Los datos demuestran que la crisis económica actual está exacerbando la situación ya de por sí precaria de estas familias, sobre quienes recae aproximadamente el 90% del coste de la atención de los niños infectados y afectados. Cada vez crece más el número de "Margarets". El Banco Mundial ya ha señalado que se está produciendo un descenso del crecimiento económico en las naciones más pobres y prevé que este año disminuirán las remesas que los trabajadores envían a sus familias.

La crisis económica se ha sumado a las crisis de alimentos y sida existentes que ya habían llevado a las familias al límite

Dra. Rachel Yates, asesora principal sobre niños y VIH de UNICEF

UNICEF sostiene que la crisis económica hace que las necesidades de millones de niños afectados por el VIH en todo el mundo sean aún más urgentes. Tal y como mantiene la Dra. Rachel Yates, asesora principal sobre niños y VIH de UNICEF, "la crisis económica se ha sumado a las crisis de alimentos y sida existentes que ya habían llevado a las familias al límite”. La situación también amenaza con socavar los derechos fundamentales de los niños a la salud, la supervivencia y una calidad de vida digna.

Tal y como queda reflejado en una declaración reciente de UNICEF y diversos asociados, la protección social utiliza una serie de acciones para acabar con la vulnerabilidad y la exclusión. Esta forma de protección permite a los países ofrecer diversas opciones para proteger a las familias más pobres del impacto de los grandes eventos adversos, como pueden ser una recesión mundial o una enfermedad crónica. Cuando se adapta a las necesidades de los niños, este enfoque se conoce como "protección social dirigida a la infancia".

Como describe Yates, “la protección social dirigida a la infancia, que incluye transferencias de efectivo y servicios de apoyo a las familias, ha demostrado ser una forma eficaz de proteger a familias y niños en los momentos de mayor necesidad, incluidos a los niños más afectados por la epidemia del sida."

Las transferencias sociales, como los pagos de efectivo, las pensiones y los vales de alimentación, pueden poner los recursos directamente en manos de aquellos que más los necesitan, y son uno de los componentes esenciales de la protección social. Por ejemplo, el Departamento Británico para el Desarrollo Internacional ha trabajado con UNICEF y el gobierno de Kenya para tramitar pagos de efectivo a Margaret y a sus nietos, así como a otras personas que se encuentran en situaciones similares.

No obstante, como también señala la declaración conjunta, las familias pobres y afectadas por el sida requieren una ayuda que va más allá de estas transferencias sociales. Asimismo, deberían estar disponibles una serie de intervenciones diversas que van desde una mejora de los servicios sociales a políticas y leyes de apoyo, o desde detener el estigma y la discriminación hasta garantizar que los niños tengan los certificados de nacimiento que necesitan para acudir a la escuela.

Cada vez hay un mayor consenso político sobre la necesidad de los sistemas de protección social sólidos para proteger a familias y comunidades de las garras predadoras de la pobreza, la falta de oportunidades y la vulnerabilidad ante el sida. En abril de 2009, el G20 respaldó este enfoque. Los líderes de Unión Africana también han ofrecido su apoyo. 

La campaña Unidos por la infancia, unidos contra el sida hace un llamamiento a los líderes de la cumbre de Pittsburg para que reafirmen el compromiso que han adoptado previamente con la protección social y que hagan que los niños formen una parte esencial de éste. Se espera que los líderes mundiales se unan para ayudar a los niños, sus familias, y a los responsables del cuidado de otras personas en los países en desarrollo a sobrellevar tanto a la crisis económica mundial como a la epidemia de sida.

Para Chris Desmond, de la Escuela de Salud Pública de Harvard y uno de los miembros principales de la Iniciativa conjunta de aprendizaje sobre los niños y el VIH/sida (JLICA, por sus siglas en inglés), de la cual son asociados UNICEF y ONUSIDA, la protección social en tiempos de dificultades económicas no es un lujo, sino una necesidad:

“Siempre hay un beneficio en la protección social. Es en muchos aspectos una inversión en el futuro de un país… Necesitamos esos recursos, necesitamos esos recursos humanos. No deberíamos considerar la protección social en un sentido negativo, como si estuviéramos ofreciendo algún tipo de ayuda caritativa. Lo que estamos protegiendo son los activos de nuestra sociedad: los recursos humanos son bienes fundamentales de nuestra sociedad”.