Reportaje

Pampaida: desarrollo del milenio en acción en Nigeria

22 de febrero de 2010

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El director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé, conoce a Agnes, 21 de febrero de 2010.
Fotografía: ONUSIDA

Agnes, con apenas seis meses de edad, se sentía cómoda en los brazos de completos desconocidos, sonriendo y agarrando con fuerza los dedos que se extendían hacia ella. Ella visita con regularidad la clínica junto a su madre Sarah y su padre Yusuf Samalia. Estas visitas son posibles gracias al Proyecto Aldeas del Milenio, que está llevando a cabo programas integrales de salud, educación y reducción de la pobreza en el pueblo de Pampaida, situado en el estado de Kaduna, Nigeria. De las 20.000 personas que viven en la zona, alrededor del 44% pertenece a grupos en edad reproductiva.

Hace cinco años eran pocas las mujeres embarazadas que acudían a un centro sanitario para realizarse una revisión prenatal. La mayoría no volvía tras la primera consulta. Lo normal era que las mujeres dieran a luz en casa, recibiendo frecuentemente una ayuda no cualificada y sin poder recurrir a la atención sanitaria en caso de emergencia.

Yusuf y Sarah han mostrado su valor realizándose las pruebas y asegurándose de que dan a su hija la oportunidad de nacer sin el VIH. Podemos y debemos eliminar la transmisión maternoinfantil para 2015.

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA

Sin embargo, Sarah pertenece a una generación que ha sido testigo de cómo su aldea se transformaba según se convertía en adulta. El trabajador sanitario de su pueblo animó a Sarah y a otras mujeres a que acudieran a la clínica de salud local para realizarse revisiones rutinarias. Allí, doctores y enfermeros cualificados ofrecen atención sanitaria de calidad. La comunidad puede sentir los resultados. Entre 2007 y 2009 se produjeron unos 240 partos en estos centros, triplicándose el número de mujeres que se han beneficiado de servicios de salud materna e infantil más cerca de sus hogares. Solo se produjeron cuatro fallecimientos por complicaciones en el embarazo, una cifra muy inferior a la de antes de que se iniciara el proyecto.

En una de sus revisiones prenatales se diagnosticó que Sarah vivía con el VIH. Le ofrecieron tratamiento y asesoramiento para evitar que su hijo se infectara. Sarah logró que su marido se hiciera las pruebas del VIH en la clínica. Él también tenía el virus.

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Una madre y su hijo acuden a la clínica de salud de la aldea de Pampaida, 21 de febrero de 2010.
Fotografía: ONUSIDA

Yusuf tiene una segunda mujer. “Ahora estoy intentando convencerla para que venga y se haga las pruebas”, afirmó. Sus ojos tienen la esperanza de que ella no se haya infectado.

El Dr. Ojo Euitayo y su equipo remitieron a Sarah al hospital, a unos 30 kilómetros de su aldea, una distancia que para las personas del pueblo es prácticamente insalvable, tanto física como económicamente. Pero los padres estaban decididos a garantizar que su hija naciera sin el VIH. “Tenemos que acabar con todas las nuevas infecciones. Es nuestro deber moral”, les dijo Yusuf al director ejecutivo de ONUSIDA y al subgobernador del Estado de Kaduna durante su visita.

“Yusuf y Sarah han mostrado su valor realizándose las pruebas y asegurándose de que dan a su hija la oportunidad de nacer sin el VIH”, afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. “Podemos y debemos eliminar la transmisión maternoinfantil para 2015".

Agnes nació en el hospital de referencia de Kaduna y recibió profilaxis antirretrovírica tras el parto. Su madre decidió darle el pecho. “Asesoramos a todas las madres sobre las opciones de alimentación de sus bebés, incluida la alimentación de sustitución. Sin embargo la mayoría no puede permitírselo”, afirma el Dr. Ojo. “Una vez que la madre toma una decisión, hacemos todo lo posible para ayudarla”.

El proyecto del milenio en Pampaida demuestra de muchas maneras cómo podría ser el mundo si alcanzáramos los objetivos de desarrollo del milenio.

Janthomas Hiemstra, director nacional adjunto de programas para el PNUD

La clínica es un buen modelo de atención sanitaria básica. Utiliza la ayuda de los trabajadores sanitarios de la aldea como Ibrahim, quien puede tratar la malaria y la diarrea y ayuda a derivar a la clínica a pacientes con tuberculosis. Los trabajadores sanitarios del pueblo son ahora profesionales por derecho propio, aunque apenas hayan finalizado la escuela. Con la ayuda de una formación intensiva han sido capaces de emprender diversas tareas y alivian la carga de enfermeros y doctores para que estos se centren en las necesidades más importantes. La clínica del pueblo está ahora experimentando con teléfonos móviles, buscando el asesoramiento de profesionales y realizando un seguimiento de los progresos en la salud de la aldea.

En un centro juvenil vecino se está produciendo otro tipo de transformación. Vuhu Lawal está aprendiendo a utilizar el ordenador e internet junto a uno de sus amigos. Su también joven y enérgico profesor, Yusuf Ibrahim, se enorgullece de su centro. Entre clase y clase sobre cómo utilizar un procesador de texto suele hablar a los jóvenes sobre el VIH y otras cuestiones. Actualmente son más los niños y jóvenes que acuden a la escuela, especialmente chicas. Asimismo, gracias a los préstamos y a la formación que han recibido, los granjeros han podido cultivar los campos alrededor de la escuela y de la clínica. El acceso a un mercado próspero ha ayudado a prescindir de los intermediarios, consiguiendo así más dinero para los hogares. Hoy, la mayoría de las personas están viviendo por encima de la línea de pobreza, pues ganan más de 1 US$ al día. Todo esto ha sido posible gracias a una pequeña pero efectiva inversión de 110 US$ por persona.

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Centro local de recursos de Pampaida, 21 de febrero de 2010.
Fotografía: ONUSIDA

“El proyecto del milenio en Pampaida demuestra de muchas maneras cómo podría ser el mundo si alcanzáramos los objetivos de desarrollo del milenio”, afirma Janthomas Hiemstra, director nacional adjunto de programas para el PNUD, que lleva a cabo el proyecto. El éxito creciente del programa ha atraído otras inversiones para el desarrollo en la zona. En gobierno estatal de Kaduna ha construido una carretera hasta el pueblo y los servidores de telefonía móvil han instalado una torre de distribución.

El subgobernador del estado de Kaduna, Patrick Ibrahim Yakowa, se muestra satisfecho por el éxito del pueblo y por la atención nacional e internacional que está suscitando. “Debemos tomar las lecciones que hemos aprendido en Pampaida y aplicarlas en el resto de Kaduna. Trabajaremos para eliminar la trasmisión maternoinfantil y conseguir que las nuevas infecciones en Kaduna sean cero”, prometió.

Yusuf y Sarah son en muchos sentidos privilegiados por vivir en una aldea del milenio. En otros lugares sus conciudadanos no han sido tan afortunados. Sólo el 11% de las mujeres seropositivas embarazadas tiene acceso a los servicios de prevención de la transmisión maternoinfantil. A Agnes se le ha dado la oportunidad de nacer sin el VIH, pero sus padres y los profesionales sanitarios están esperando para averiguar su estado serológico, ya que actualmente el centro de salud no cuenta con material que permita diagnosticar el VIH rápidamente en niños. El director general de la Agencia nacional para el control del sida, Dr. Joseph Idoko, ha prometido conseguirlo de manera inmediata. Hasta entonces, Yusuf y Sarah tendrán que aguardar y esperar que todo salga bien.