Reportaje

Creciente preocupación por los derechos y el tratamiento de personas LGBT en países de altos ingresos

22 de octubre de 2010

ONUSIDA habla con organizaciones de América del Norte y Europa para comprender mejor los patrones de las violaciones a los derechos humanos y las conexiones con la salud

Fotografía: ONUSIDA

Los suicidios recientes entre adolescentes gays en los Estados Unidos de América (EE. UU.) después del trato cruel y el hostigamiento causados por la percepción de su orientación sexual señala que la homofobia continúa existiendo en todas las sociedades. A pesar de la aceptación que tienen en la cultura popular de muchos países, las personas jóvenes lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT, por sus siglas en inglés) pueden enfrentarse a algunas de esas mismas barreras presentadas por el estigma y la discriminación que sufrieron las generaciones anteriores.

“La violencia contra miembros de la comunidad LGBT es inaceptable, no importa en qué parte del mundo ocurra”, dijo Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. “Los gobiernos deben cumplir con los derechos de todas las personas, independientemente de su orientación sexual y de su identidad de género”.

Una encuesta de opinión pública realizada en los EE. UU. en mayo de este año reveló que mientras más de la mitad de los estadounidenses creía que eran aceptables las relaciones entre gays y lesbianas, el 43% aún siente que esas relaciones son moralmente inaceptables.

“Queda claro que los restos de homofobia son un serio problema en los Estados Unidos, aunque pienso que nos estamos moviendo en la dirección correcta; no lo hacemos lo suficientemente rápido”, dijo Chris Collins, Vicepresidente de Política Pública para la Fundación Americana para la Investigación del Sida (amfAR, por sus siglas en inglés).

A raíz de la reciente violencia antigay, una alianza de fe en los EE. UU. apeló a la Iglesia Universal para trabajar por el fin de la violencia y el odio contra los hermanos y hermanas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales”.

La homofobia institucional es más fácil de señalar como discriminatoria, tal es el caso de las leyes punitivas que penalizan comportamientos sexuales con el mismo sexo. Sin embargo, pueden existir actitudes negativas hacia los miembros de la comunidad LGBT incluso cuando las leyes protectoras están vigentes y éstas son más difíciles de abordar.

La estudiante universitaria Emily Carson, miembro de la Coalición Global de Jóvenes contra el VIH/SIDA, es de Connecticut, un estado que tiene leyes protectoras. Al haber crecido en una pequeña ciudad conservadora, la señorita Carson dijo haber sido acosada y hostigada durante años porque la percibían como diferente. Cuando escuchó por primera vez el tema de los suicidios entre adolescentes homosexuales en los EE. UU., la señorita Carson dijo que se sintió muy afligida. Tenía la esperanza de que las escuelas fuesen mejores.

La violencia contra miembros de la comunidad LGBT es inaceptable, no importa en qué parte del mundo ocurra

Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA

Aunque la señorita Carson tiene también una preocupación diferente: “esto sucede cada tanto (los jóvenes gays que se suicidan o el ciclo de debates políticos sobre el matrimonio gay) y las personas comienzan a hablar de la antihomofobia. Temo que esta protesta pública se vaya esfumando hasta la próxima vez que algo suceda”, dijo. “Necesitamos prestar atención a esto todos los días, no solamente cuando sucede una tragedia”.

El cambio social requiere más que una reforma legal y una situación similar se está dando en Europa. Alex Müller, nacido en Alemania, miembro de la Junta de la Organización Internacional de Jóvenes y Estudiantes Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales y Queer (IGLYO, por sus siglas en inglés), coincide en que “por un lado existe un progreso legislativo en Europa, pero al mismo tiempo, prevalecen las percepciones homofóbicas en toda la sociedad”.

Crecen las denuncias de delitos motivados por el odio en Europa

El número de delitos motivados por el odio denunciados contra personas LGBT se ha incrementado en los últimos años en los países de Europa, según la región europea de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA Europa), aunque la organización considera que estas denuncias son la punta del iceberg.

Por un lado existe un progreso legislativo en Europa, pero al mismo tiempo, prevalecen las percepciones homofóbicas en toda la sociedad

Alex Müller, miembro de IGLYO

“Todos los miembros de nuestras organizaciones coinciden en que existe una tasa muy alta de delitos motivados por el odio que no se denuncian”, dice Joel Le Deroff, funcionario de Políticas y Programas en ILGA Europa. “La paradoja es que el alto número de incidencias denunciadas, generalmente significa que existe confianza entre los organismos que hacen cumplir las leyes y las víctimas”.

Por eso es difícil saber si esta tendencia al crecimiento del número de casos denunciados representa un aumento real del número de delitos motivados por el odio o se trata de un cambio positivo en el ámbito que fomenta la acción de denunciar los maltratos. Algo de lo que el Sr. Le Deroff está seguro es que la comunidad de LGBT deberá trabajar en conjunto con los organismos que hacen cumplir las leyes. Esto servirá para establecer la confianza necesaria para que las personas que sufrieron experiencias de discriminación y violencia a raíz de su orientación sexual las denuncien.

Leyes protectoras y cambios sociales

En Dinamarca, país generalmente considerado progresista y liberal respecto de la sexualidad, muy poco se sabe sobre la extensión y el carácter de los delitos motivados por el odio contra miembros de la comunidad LGBT, de acuerdo con un informe reciente de la Agencia de la Unión Europea para los Derechos Fundamentales.

En 2007, un portal en línea de una LGBT danesa realizó una encuesta entre sus usuarios en la cual se preguntó si habían pasado por la experiencia de padecer delitos motivados por el odio a causa de su sexualidad. De las 9473 personas que respondieron, el 12% afirmó que habían sufrido agresiones físicas y el 39% reportó haber sufrido agresiones verbales.

Steffen Jensen, vocero de la política internacional de la Asociación Danesa Nacional para hombres gays, lesbianas, bisexuales y transexuales advirtió que “la actitud general hacia las minorías está cambiando hacia una postura menos tolerante. Necesitamos amplias campañas de concientización pública, de información básica para todos y lo más importante: ¡educación!”.

Homofobia y salud

El estigma y la discriminación como resultado de la homofobia tienen su efecto, ya sea que los miembros de la comunidad LGBT puedan buscar y obtener o no los servicios de atención a la salud que necesitan. La marginación social de aquellos que se involucran en relaciones con personas del mismo sexo actúa como barrera para acceder a la prevención, tratamiento, atención y servicios de asistencia del VIH.

La prevalencia del VIH entre hombres que tienen sexo con hombres y con transexuales es casi siempre más alta que en la población general. En Francia, por ejemplo, los hombres que tienen sexo con hombres tienen una prevalencia estimada de VIH que es casi 100 veces mayor que el promedio nacional.

De acuerdo con el Sr. Collins de amfAR, la homofobia tiene importantes implicancias tanto para la salud física como para la mental de las personas LGBT. Un estudio reciente en los EE. UU. mostró que los adultos LGBT que habían sufrido fuertes rechazos familiares tenían 3,4 veces más probabilidad de tener comportamiento sexual riesgoso y tenían 8,4 veces más probabilidad de haber intentado suicidarse, en comparación con las personas que cuentan con el apoyo familiar.

Liderazgo político vital

La homofobia también puede conducir a una falta de disposición por parte de los líderes políticos para invertir en la salud de hombres que tienen sexo con hombres, transexuales y otros individuos que varían de género.

Un estudio realizado en Italia en 2005 mostró que a una tercera parte de los hombres gays encuestados les resultó difícil encontrar información sobre qué comportamientos sexuales implican riesgo de contraer la infección por VIH. La mayoría de los encuestados no se identificó como gay ante sus médicos y uno de cada tres tuvo temor de recibir un peor tratamiento por parte de los trabajadores de la salud debido a su orientación sexual.

Cuando el parlamento italiano rechazó este proyecto nos envió un mensaje que decía que los delitos motivados por el odio no formaban parte de las prioridades políticas y que la homofobia es legítima

Joel Le Deroff, ILGA Europa

En el 2009 se presentó un proyecto de ley ante el parlamento italiano para expandir las disposiciones para el castigo por delitos motivados por el odio y la incitación al odio por raza, etnia o religión para encubrir delitos motivados por la homofobia o transfobia (este proyecto de ley fue rechazado). El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos lo declaró un retroceso en el tema de los derechos humanos en Italia.

“Cuando el parlamento italiano rechazó este proyecto nos envió un mensaje que decía que los delitos motivados por el odio no formaban parte de las prioridades políticas y que la homofobia es legítima”, dijo el Sr. Le Deroff de ILGA Europa.

Está claro que las conexiones entre las violaciones de los derechos humanos, la homofobia y la salud son muchas. Los diferentes matices y niveles de discriminación alcanzan desde la más evidente discriminación institucional proscribiendo el comportamiento sexual con personas del mismo género, hasta la no revelación de la orientación sexual a un profesional de atención de la salud por miedo al ridículo. Para asegurar un ámbito donde las personas puedan vivir, trabajar y amar de manera segura, los gobiernos no solo deben cumplir y proteger los derechos de las personas de las comunidades LGBT, sino también promoverlos.

ONUSIDA está comprometido en capacitar a todas las personas, independientemente de su orientación sexual, para protegerse a sí mismos de la infección por VIH y proteger a todas personas seropositivas que necesitan un acceso completo a la terapia antirretroviral. Esto significa que hay que garantizar que los organismos que se encargan de hacer cumplir las leyes y el sistema judicial protejan los derechos humanos de todas las personas con inclusión de los miembros de la comunidad LGBT. Esto también significa tratar de resolver los sentimientos homofóbicos que traban una efectiva respuesta al VIH, dondequiera que estos sentimientos existan.