Reportaje

Las muertes maternas se reducen en una tercera parte en el mundo

15 de septiembre de 2010

El número de mujeres que mueren debido a complicaciones durante el embarazo y el parto se ha reducido en un 34%, pasando de una cifra estimada de 546.000 en 1990 a 358.000 en 2008. Esto es lo que muestra un nuevo informe titulado Tendencias de mortalidad materna, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Banco Mundial.

A pesar de este notable avance, la tasa de descenso anual es menos de la mitad de la necesaria para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir la tasa de mortalidad materna (el número de muertes por cada 100.000 nacidos vivos) en un 75% entre 1990 y 2015. Eso requeriría un descenso anual del 5,5%, mientras que el descenso medio anual actual es de solo el 2,3%.

"La noticia de la reducción global de las tasas de mortalidad materna es alentadora", dice Margaret Chan, directora general de la OMS. "Ninguna mujer debería morir por falta de acceso a la planificación familiar o a la asistencia durante el embarazo y el parto".

En los países con alta prevalencia del VIH, el sida se ha convertido en la principal causa de muerte durante el embarazo y después del nacimiento. Existen también evidencias de que las mujeres que viven con el VIH presentan un mayor riesgo de muerte materna. En general, se estima que en 2008 se produjeron 42.000 muertes por sida en mujeres embarazadas en todo el mundo, de las que se calcula que la mitad fueron muertes maternas. La parte correspondiente al VIH fue mayor en el África subsahariana, donde el 9% de todas las muertes maternas estaban relacionadas con el sida.

"La integración de los servicios de VIH con los servicios de salud materna y salud sexual y reproductiva es imprescindible para evitar que las madres mueran y que los bebés nazcan con el VIH", afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. "El movimiento contra el sida debe ser aprovechado para lograr reducir la mortalidad materna e infantil".  

Según el citado informe, las muertes entre mujeres embarazadas se producen por cuatro causas principales: hemorragias graves tras el parto, infecciones, trastornos hipertensivos y aborto peligroso. En 2008, unas 1000 mujeres murieron cada día debido a tales complicaciones, más de la mitad en el África subsahariana. El riesgo de una mujer de un país de bajos ingresos de morir por una causa relacionada con el embarazo durante su vida es unas 35 veces mayor que el de una mujer que vive en un país de altos ingresos.

"Para lograr nuestro objetivo global de mejorar la salud materna y para salvar vidas de mujeres tenemos que prestar más asistencia a los que tienen un mayor riesgo", dice Anthony Lake, directora ejecutiva de UNICEF. "Eso significa prestar asistencia a las mujeres que viven en las zonas rurales y a las familias más pobres, a las mujeres de minorías étnicas y grupos indígenas, y a las mujeres que viven con el VIH y en zonas de conflicto".

Los nuevos cálculos muestran que es posible impedir la muerte de muchas más mujeres. Los países necesitan invertir en los sistemas de salud y en la calidad de la atención.

"Todos los nacimientos deberían ser seguros, y todos los embarazos, deseados", dice Thoraya Ahmed Obaid, directora ejecutiva del UNFPA. "La falta de asistencia sanitaria materna viola los derechos de la mujer a la vida, la salud, la igualdad y la no discriminación".

Agencias de la ONU, donantes y otros asociados coordinan su asistencia a los países centrándose cada vez más en aquellos con mayores necesidades.

Según Tamar Manuelyan Atinc, vicepresidente de Desarrollo Humano del Banco Mundial, "dada la debilidad de los sistemas sanitarios de muchos países, debemos trabajar en estrecha colaboración con gobiernos, donantes y agencias de ayuda y otros asociados para fortalecer estos sistemas".