Reportaje

Oriente Medio y África septentrional están preparados para ampliar los servicios de reducción de daños en la respuesta al sida

13 de abril de 2011

Un hombre recibe terapia de sustitución de opiáceos como parte del programa de reducción de daños en la República Islámica del Irán. Créditos: ONUSIDA/P.Virot

El consumo de drogas inyectables y la creciente epidemia de VIH en Oriente Medio y África septentrional constituyeron los temas centrales de la conferencia Reducción del daño 2011, que tuvo lugar en Beirut (Líbano) entre el 3 y el 7 de abril de 2011.

Unos 1000 científicos, investigadores, usuarios de drogas inyectables, médicos y políticos de 80 países participaron en la primera conferencia internacional sobre aspectos relacionados con los estupefacientes que se celebra en la región de Oriente Medio y África septentrional (MENA, por sus siglas en inglés).

Los debates se centraron en la existencia de una legislación en la zona que impide la ejecución de programas de reducción de daños. Casi un millón de personas en Oriente Medio y África septentrional (MENA) consumen drogas inyectables. Este se ha convertido en el modo más frecuente de transmisión del VIH en Afganistán, Pakistán, la República Islámica del Irán (más del 67% de los casos registrados) y Libia (más del 90%). También tiene una incidencia significativa en Omán y Bahrein, y ha crecido en Marruecos y Egipto.

Poco a poco, en la región se está aumentando la disponibilidad de programas de reducción de daños, aunque los países se encuentran en etapas diferentes del proceso para la introducción de los distintos componentes de este tipo de programas. La República Islámica del Irán es un referente, debido a su próspero plan para proporcionar equipos de inyección, terapia de sustitución de opiáceos (TSO), asesoramiento y pruebas del VIH, y servicios de tratamiento para las infecciones de transmisión sexual. Asimismo, Marruecos ha incluido políticas de reducción de daños en su plan estratégico nacional sobre el sida. Se han establecido centros pilotos de acogida y consulta con intercambio de equipos de inyección y se están preparando para introducir TSO.

El apoyo del Gobierno a las medidas de reducción de daños, como el suministro de buprenorfina, se basa en nuestra creencia de que dichas medidas son imprescindibles.

Dr. Walid Ammar, director general del Ministerio de Salud Pública en Libia.

Durante la conferencia, el ministro libio de Sanidad anunció la puesta en marcha de un programa piloto consistente en la primera venta legal de buprenorfina en hospitales estatales, destinada a los consumidores de drogas inyectables. El Dr. Walid Ammar, director general del Ministerio de Salud Pública de Libia declaró lo siguiente: “El apoyo del Gobierno a las medidas de reducción de daños, como el suministro de buprenorfina, se basa en nuestra creencia de que dichas medidas son imprescindibles. Su aplicación ha ayudado a contener las infecciones por el VIH y la hepatitis entre los consumidores de drogas inyectables de todos los países en los que se han introducido estas medidas”.

Pese a estos cambios positivos que se están dando en algunos países, en la región aún predominan las medidas represivas y la criminalización de los consumidores de drogas. Ello aleja de los servicios para el tratamiento del VIH a quienes se encuentran en mayor riesgo de transmisión.

Obtención de fondos para la reducción de daños

La aceptación de programas para la reducción de daños se ha producido lentamente en la mayor parte de la región debido a la falta de concienciación de Gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, así como por la falta de capacidad para desarrollar actividades efectivas para la reducción de daños.

Para contrarrestar esta situación, el Fondo mundial para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria ha donado 8,3 millones de dólares estadounidenses a un proyecto plurinacional. Con ello se pretende concienciar, defender y capacitar a las organizaciones de la sociedad civil para aumentar su provisión de servicios para la reducción de daños en 12 países durante los próximos tres años. Los 12 países incluidos en el proyecto son Irán, Pakistán, Libia, Líbano, Siria, Jordania, Bahrein, Marruecos, Egipto, Afganistán, Omán, Cisjordania y Gaza.

El proyecto se pondrá en marcha en julio de 2011 y su coordinación correrá a cargo de la Asociación para la Reducción de Daños en Oriente Medio y el Norte de África (MENAHRA, por sus siglas en inglés), con sede en Beirut.