Reportaje

Fortaleciendo los sistemas de salud: ejecución de un programa de salud y desarrollo global

07 de diciembre de 2011

Doctor Paul De Lay, director adjunto de programas de ONUSIDA, y Tedros Adhanom Ghebreyesus, ministro de salud etíope.
Fotografía: ONUSIDA/J. Ose

“Salud y asuntos sociales: funcionamiento de los sistemas de salud para dar una respuesta efectiva al sida” fue el título del debate ministerial celebrado durante el tercer día de la Conferencia Internacional sobre el Sida y las ETS en África (ICASA). En el debate se demostró cómo el impacto de la respuesta al sida ha traído beneficios adicionales para el conjunto del sistema de salud y desarrollo.

El director adjunto de programas de ONUSIDA, el doctor Paul De Lay, participó en el debate junto con el ministro de salud etíope, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director del Centro CDC de Salud Mundial, el doctor Kevin De Cock, y el director ejecutivo de SAfAIDS, Lois Chingandu.

En respuesta a las críticas que arguyen que la respuesta al sida ha creado programas verticales a expensas del conjunto del sistema de salud, el doctor De Cock afirmó que “hay pruebas de que la ampliación de los servicios para el sida ha tenido un impacto positivo en el fortalecimiento de los sistemas de salud en el continente [africano]”.

Por ejemplo, las campañas a favor del tratamiento del VIH han puesto de relieve la falta de recursos humanos, las infraestructuras deficientes, los suministros insuficientes y otras cuestiones afines.

“Es hora de evaluar la cantidad de iniciativas de salud verticales que han tenido resultados medibles pero que también han creado estructuras paralelas, altos costes de transacción netos y fragmentación”, manifestó el doctor De Lay. “Somos fuertes defensores de enfoques integrados que obtengan el máximo rendimiento y logren mejorar la salud más allá del VIH, en todo el sistema de salud”, añadió.

Depende de nosotros el trabajar duro según nuestra propia capacidad para alcanzar los tres ceros. El síndrome de dependencia se puede romper y las comunidades deberían tener la capacidad de dar por sí mismas una respuesta

Auxiria Mwanza del ganador del premio Cinta Roja de Zambia en 2010

El ministro de salud etíope, el Sr. Ghebreyesus, destacó durante su intervención la importancia de la integración de los servicios dentro de los sistemas de salud. “Un sistema de salud fuerte implica conseguir mejores resultados con relación al VIH pero también mejores resultados en otros asuntos de carácter sanitario, como la salud materna y los programas de inmunización”.

Para que los sistemas de salud obtengan buenos resultados, añadió el doctor De Lay, hay que abordar el problema del entorno jurídico, político y legislativo así como el contexto sociocultural, los cuales pueden actuar de barrera para que las personas no puedan acceder a los servicios.

Con frecuencia, el cambio social en la respuesta al sida ha estado impulsado por la sociedad civil y se han aprendido muchas lecciones a partir de esta experiencia. Todavía existe la necesidad de poner en marcha mecanismos clave para el desarrollo de los sistemas de salud, como una sólida defensa del cumplimiento de los compromisos de financiación, el respeto por los derechos humanos o el compromiso político.

“La efectividad de los sistemas depende de la eficacia gubernamental y tiene como base el respeto de los derechos humanos”, proclamó el Sr. Chingandu, uno de los representantes de la sociedad civil. “Los sistemas de salud no pueden ser eficaces sin una sociedad civil fuerte y responsable”, añadió.

Desde el inicio de la epidemia de sida, los activistas no solo han logrado inversiones destinadas al sida sino que también han conseguido reforzar el sentimiento de responsabilidad y de urgencia de los líderes mundiales y nacionales para con el cumplimiento de los compromisos de salud en beneficio de todos.

En el debate se llegó a la conclusión de que la respuesta al sida ha tenido un impacto trascendental e incuestionable sobre la atención sanitaria mundial, que se ha visto traducido en la creación de infraestructuras y sistemas, la mejora de la calidad de los servicios, la atención a grupos socialmente marginados vulnerables y la participación de los consumidores.