Reportaje

ONUSIDA felicita a Annie Lennox por recibir la Orden del Imperio Británico

04 de enero de 2011

Michel Sidibé y Annie Lennox en un acto sobre el género y el VIH celebrado en Nueva York en 2010. Fotografía: ONUSIDA/ B. Hamilton

Annie Lennox, cantante de prestigio internacional y embajadora de buena voluntad de ONUSIDA, ha sido galardonada con la Orden del Imperio Británico, un reconocimiento concedido por la Reina Isabel II. Este nombramiento se hizo público el 31 de diciembre en la lista de Condecoraciones de Año Nuevo de 2011.

El galardón reconoce el compromiso y la dedicación de Lennox en la respuesta mundial al sida y su apoyo a objetivos de desarrollo cuyo fin es acabar con la pobreza.

Desde que fuera nombrada embajadora de buena voluntad de ONUSIDA en 2010, Lennox ha defendido una mayor inclusión de la mujer en los programas nacionales del VIH así como el final de la violencia que sufren mujeres y niñas.

“En nombre de la familia de ONUSIDA, felicito a la Sra. Lennox por recibir este galardón tan prestigioso”, afirmó el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé. “La Sra. Lennox es una defensora incansable de los que no tienen voz y un modelo para millones de personas de todo el mundo”.

A continuación puede encontrar una entrevista de Annie Lennox que fue publicada originalmente en la revista OUTLOOK de ONUSIDA

¿Qué le inspiró para promover y defender la causa de una forma tan apasionada?
Hace varios años tuve la oportunidad de conocer personas y lugares que habían sido devastados por la pandemia de sida. Entonces comprendí que las mujeres y los niños se encuentran en la primera línea del problema. La cantidad de muertes es enorme, y sin embargo, este tema suele estar fuera del radar de los medios de comunicación occidentales. Como mujer y madre me siento obligada a alzar mi voz y a hacer todo lo que pueda para sensibilizar, para lo que intento utilizar mi posición en la sociedad.

Como la embajadora de buena voluntad del ONUSIDA más reciente, ¿cuáles son sus objetivos?
El VIH es un tema complejo, con muchas facetas distintas que hay que atender. Mientras no haya una vacuna o una cura, las soluciones no serán sencillas. De momento he centrado mi atención sobre todo en Sudáfrica, un país que registra el índice de prevalencia del VIH más alto del mundo, y donde casi una de cada tres mujeres embarazadas es seropositiva.

Espero que con el plan nacional estratégico, cuyo objetivo es reducir a la mitad la tasa de infección y duplicar el suministro del tratamiento, seamos testigos de algún tipo de mejora, pero con la crisis económica y los límites en los presupuestos de los donantes, me preocupa mucho que estos objetivos no se consigan y, más aún, cómo será el futuro en toda África subsahariana. Mi principal objetivo está con las mujeres y los niños, en concreto con el acceso a un tratamiento que puede salvar vidas y que debería ser un derecho humano fundamental, pero por desgracia está fuera de alcance para millones de personas.

Seguiré el consejo del ONUSIDA e intentaré utilizar mis recursos y mi medio para seguir difundiendo ese mensaje y hacer todo lo que esté mi mano para marcar la diferencia.

Como madre y mujer siento empatía y me identifico con mi género, especialmente con las mujeres de los países en desarrollo que apenas tienen acceso a la emancipación, la capacitación, los derechos humanos, la educación, el tratamiento médico, los derechos reproductivos, etc.

Annie Lennox, embajadora de buena voluntad de ONUSIDA

¿Qué podemos hacer para avanzar en la respuesta al sida?
¡Buena pregunta! Me la hago todos los días. Creo que la única respuesta es mantener el compromiso y no perder la esperanza.

Nos gustaría finalizar con algunas preguntas más distendidas...

¿Dónde vivió cuando era niña?
Hasta los ocho años viví con mis padres en un piso humilde de dos habitaciones en Aberdeen, en el noreste de Escocia. Luego nos mudamos a una de las primeras torres de pisos de protección oficial que se construyeron en la ciudad, que por aquel entonces me parecía muy moderna y lujosa porque teníamos un baño como es debido, con bañera dentro de casa, agua caliente, teléfono, ¡y yo tenía mi propia habitación!

¿Qué hace para relajarse?
¡Me voy a la cama! Para mí es el mejor lugar cuando necesito reponer fuerzas y relajarme.

¿Cuál es su comida favorita?
Me gusta todo, sobre todo la comida japonesa y la italiana.

¿Quién es su héroe?
Nelson Mandela.

¿Cuál es su canción favorita?
Es una pregunta imposible de contestar porque amo la música en todas sus formas.

Tengo un gusto muy variado. Tal vez la mejor forma de responder sea diciendo que me encanta la música soul. ¡Quién lo hubiera dicho!

¿Cuál es su libro preferido?
Cualquiera que tenga fotos y una buena portada.

¿Cuál es su película favorita?
“This is Spinal Tap”

¿Cuál es su recuerdo más feliz?
Traer al mundo a mis dos hijas sin ningún percance.

¿Qué la motiva?
Como madre y mujer siento empatía y me identifico con mi género, especialmente con las mujeres de los países en desarrollo que apenas tienen acceso a la emancipación, la capacitación, los derechos humanos, la educación, el tratamiento médico, los derechos reproductivos, etc. Me siento muy afortunada por haber recibido este tipo de privilegios, y al darme cuenta de que dos tercios de las personas más pobres del mundo (las mujeres) no tienen acceso a nada de esto, quiero ayudar y utilizar mi medio y los recursos a mi alcance para intentar marcar la diferencia.

¿Qué cualidad humana es la que más admira?
La bondad.

¿Qué es lo que más valora de sus amigos?
Lo que sea que nos haya unido en un principio. La afinidad es casi imposible de definir, y sobre todo, de cuantificar.

Si se le pudiera conceder un deseo en la vida, ¿qué pediría?
Curar al planeta de toda la destrucción y la locura. Bueno, ¡tú has preguntado!

¿Qué desearía ser cuando sea mayor?
Una persona renovadora.

¿Cuál es su lugar preferido?
Mi habitación.

¿Cuál es su lema?
No tengo ninguno... ¡Nunca estuve en las exploradoras!