Reportaje

Las mujeres de todo el mundo tienen derecho al consentimiento informado

08 de agosto de 2012

Tratamiento antirretrovírico para mujeres embarazadas.
Fotografía: ONUSIDA/J. Naar

Cuando en enero de 2008 el personal de la Comunidad Internacional de Mujeres que Viven con el VIH/Sida (ICW) inició una serie de debates de grupo sobre temas específicos con mujeres que viven con el VIH en Namibia sobre sus experiencias hasta la fecha, estaban lejos de imaginar lo que iban a descubrir. De las 230 mujeres entrevistadas, la mayoría notificó alguna forma de discriminación en los servicios sanitarios y cerca del 20% afirmó que habían sido coaccionadas o forzadas a someterse a una esterilización. Varias mujeres notificaron que se les pidió que firmaran los formularios de consentimiento informado mientras padecían fuertes dolores o tras el parto y sin haber sido adecuadamente informadas antes de la esterilización. "Nos conmoció lo que oímos", dijo Jennifer Gatsi-Mallet de la ICW y directora de la Red por la Salud de las Mujeres de Namibia. "La capacidad de reproducción desempeña un importante papel en el estatus y la posición de una mujer en la sociedad".

La publicación de los datos del estudio de Namibia atrajo de nuevo la atención sobre las prácticas coercitivas contra las mujeres que viven con el VIH y condujo a similares investigaciones en otros países y regiones.  Desde 2008, se han notificado casos de esterilización forzadas en Chile, República Dominicana, Kenya, México, Sudáfrica, Venezuela y Zambia, entre otros. Un estudio en múltiples países realizado en Bangladesh, Camboya, India, Indonesia, Nepal y Vietnam por la Red Asiática de Personas que Viven con el VIH descubrió también que "en general, al 30% de las mujeres encuestadas se le animó a plantearse la esterilización debido a su estado seropositivo".

"No existe justificación para la esterilización forzada de las mujeres que viven con el VIH", afirmó Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA. "Con el acceso al tratamiento antirretrovírico, las mujeres que viven con el VIH pueden seguir teniendo una vida saludable y productiva y dar a luz a hijos sin el VIH".

30 años de aumento de la concienciación sobre el VIH y de significativos avances en la prevención, tratamiento y atención del VIH han tenido como resultado un enorme progreso en la reducción de las nuevas infecciones por el VIH y en la ampliación del acceso a los servicios para el VIH. Solo en los dos últimos años, se calcula que los casos de nuevas infecciones en niños han descendido un 24%, ya que más mujeres embarazadas que viven con el VIH han tenido acceso al tratamiento antirretrovírico que reduce el riesgo de transmisión del virus a sus hijos por debajo del 5%.

No existe justificación para la esterilización forzada de las mujeres que viven con el VIH. Con el acceso al tratamiento antirretrovírico, las mujeres que viven con el VIH pueden seguir teniendo una vida saludable y productiva y dar a luz a hijos sin el VIH.

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA

A pesar de este avance, el estigma, la discriminación y otras violaciones de los derechos humanos basadas en el estado serológico de una persona todavía demuestran ser un obstáculo importante para el aumento a gran escala de la respuesta.

Las mujeres que viven con el VIH siguen siendo particularmente vulnerables a las violaciones de los derechos humanos, incluidos los incumplimientos ilícitos de la confidencialidad, la denegación de prestación de servicios sanitarios, la realización obligatoria de pruebas de detección del VIH y, en algunos casos, la esterilización forzada.

Con demasiada frecuencia, las mujeres que viven con el VIH carecen de los medios y del apoyo necesarios para desafiar la violación de sus derechos humanos. Sin embargo, en Namibia, con la ayuda de Legal Assistance Centre (Centro de asistencia jurídica), una organización local para los derechos humanos, tres mujeres que viven con el VIH emprendieron acciones legales por haber sido esterilizadas sin su consentimiento informado.

Tras cuatro años de procesos judiciales, el Tribunal Superior de Namibia falló el 30 de julio de 2012 que los profesionales médicos tienen el "deber legal de obtener el consentimiento informado del paciente" y que el consentimiento obtenido durante el parto no representa un consentimiento informado. Aunque el tribunal no encontró un vínculo entre las esterilizaciones y el estado serológico de las mujeres, su fallo afirma claramente el derecho de todas las personas al consentimiento informado para someterse a procedimientos médicos, incluida la esterilización. El caso ha captado una amplia atención de medios de comunicación, grupos de derechos humanos y organizaciones que trabajan en asuntos relacionados con las mujeres y el VIH, de todo el mundo. El fallo se ha considerado un paso adelante en el reconocimiento de los derechos sobre salud reproductiva de todas las mujeres, independientemente de su estado serológico.

"Esta resolución sienta jurisprudencia para las mujeres de Namibia y de todo el mundo", dijo el Sr. Sidibé. "Los países deben investigar y tratar todos los informes de esterilización forzadas y otras prácticas de coacción contra las mujeres, incluidas las mujeres que viven con el VIH. No alcanzaremos nuestros objetivos comunes para la respuesta al sida si la gente pierde la confianza en el sistema de atención sanitaria debido al miedo a la coacción".