Reportaje

"Escucha nuestra voz" dicen los jóvenes de los grupos más expuestos del Asia-Pacífico

07 de febrero de 2012

Ayu Oktariani, joven de 24 años de Indonesia que vive con el VIH, forma parte de la red Youth LEAD para grupos de población clave afectados.
Fotografía: ONUSIDA

Cuando Palitha Wijebandara, de Sri Lanka, se enteró de que había dado positivo en la prueba del VIH, se sintió alarmado y confundido. Las pruebas se las realizaron como parte de la política de su empresa, sin su consentimiento ni el asesoramiento adecuado. Es más, cuando recibió los resultados, no comprendió bien las implicaciones de estos.

Palitha es una de las miles de personas en Asia y el Pacífico que tienen que afrontar el reto de descubrir su estado serológico a una edad tan temprana. Con tan solo 23 años, se encontraba solo. No sabía cómo enfrentarse a su familia. Temía que descubrieran su estado y que había tenido relaciones con otros hombres.

En Asia y el Pacífico, las pruebas muestran que el 95% de los nuevos casos de VIH entre la juventud se dan en los grupos de población más expuestos: jóvenes que pagan o que se venden a cambio de sexo, hombres jóvenes que tienen relaciones sexuales con hombres, jóvenes transexuales y adolescentes que consumen drogas.

No hay muchos datos específicos sobre este colectivo en la región. Pero las estimaciones existentes generan preocupaciones. En algunos países asiáticos, tres de cada cinco mujeres profesionales del sexo y casi la mitad de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres son menores de 25 años. En la República Democrática Popular Lao, el 82% de los profesionales del sexo se encuentran en ese grupo de edad.  En Nepal, la mitad de las personas que consumen drogas intravenosas comienzan esta práctica en la adolescencia, cuando tienen entre 15 y 21 años. Cuando alguien ha estado inyectándose droga durante un año, hay un 33% de posibilidades de que haya contraído el VIH.

Numerosos Retos

A pesar de la alta vulnerabilidad al VIH, a los jóvenes con mayor riesgo les resulta difícil conseguir información sobre este virus, material de inyección esterilizado o acceder a otros servicios, tales como las pruebas del VIH o apoyo. En la región del Asia-Pacífico, los programas centrados en los jóvenes con mayor riesgo suelen ser escasos.

"Las campañas de prevención no llegan a las profesionales del sexo ya que muchas veces no buscamos información, y si lo hacemos, no nos dicen nada", afirmó Ms Fulmaya*, una trabajadora del sexo joven de Nepal.

"Si eres un joven homosexual, es difícil hablar abiertamente sobre ciertos asuntos y te preocupa que, si dices tales cosas, la gente te vaya a discriminar. La primera vez que quise hacerme una prueba del VIH, no tenía ni idea de adónde ir y estaba demasiado asustado como para acudir al hospital", declara Xiao Chen*, 21 años, de China.

El estigma, la penalización de ciertos comportamientos y otros obstáculos legales impiden el acercamiento a los jóvenes pertenecientes a los grupos de población con mayor riesgo. En muchos países, es necesaria la autorización del padre o tutor para hacerse una prueba del VIH, seguir un tratamiento o utilizar servicios de salud reproductiva o de reducción de daños.

"No puedo someterme a una prueba prueba del VIH gratuita, porque no quiero que mi madre sepa que lo estoy haciendo, así que no puedo llevar el consentimiento de mis padres a la clínica. Sólo quiero saber mi estado serológico" afirmó Bugoi, un transexual joven que trabaja como profesional del sexo en Filipinas.

Muchos adolescentes encuentran intimidantes los centros de infecciones de transmisión sexual y del VIH. Se sienten incómodos hablando de temas tan íntimos con el personal encargado, que es mucho mayor que ellos, y que puede criticarlos. Los programas de reducción del daño para consumidores de drogas se centran, generalmente, en hombres adultos. Sin embargo, las estadísticas muestran que algunos usuarios jóvenes comienzan a inyectarse incluso a los 12 años y las mujeres jóvenes también necesitan estos servicios.

"He oído que hay organizaciones que reparten agujas, pero muchas están lejos y solo se las dan a los chicos", explica Payal, una joven de 18 años nepalí que consume drogas.

Los jóvenes pertenecientes a los grupos de población de mayor riesgo en Asia suelen sentirse frustrados, en muchas ocasiones, porque sienten que se les arrebatan la voz para describir, discutir y cambiar su realidad.

"La juventud tiene mucho que contar, pero no se escuchan sus voces. Creo que si la gente prestara más atención al VIH y la voz de la comunidad se fortaleciera un poco, más personas conocerían el virus y comprenderían los problemas y lo que necesitamos", declara Xiao Chen*.

Es hora de tomar las riendas

Ya se están llevando a cabo acciones importantes para comunicar las palabras de los grupos de jóvenes afectados: organizaciones y redes de jóvenes pertenecientes a esta colectivo de mayor riesgo se fortalecen cada vez más.

Palitha Wijebandara, de Sri Lanka, que descubrió su estado mediante una prueba no autorizada, sacó fuerzas gracias a los grupos de apoyo y, más recientemente, gracias a sus esfuerzos por promover los derechos de estos jóvenes en la organización Youth LEAD. Esta red regional del Asia-Pacífico creada en 2010 está ayudando a fomentar el liderazgo juvenil en las poblaciones clave de mayor riesgo. Gracias a ello, se fortalecerá su participación en los programas regionales, nacionales o de la comunidad. Los representantes de Youth LEAD y de otras organizaciones de jóvenes con mayor riesgo tienen un papel cada vez más importante en las políticas regionales y en los debates.

Necesitamos tener más poder y apoyo para poder hacer frente al sida. Estamos aquí para rogar que nos dejen participar, que nos escuchen, que trabajen con nosotros y, juntos, podremos conseguir grandes cosas

Ayu Oktariani, joven de 24 años de Indonesia

Del 6 al 8 de febrero, se celebrará en Bangkok, Tailandia, una reunión de alto nivel de las Naciones Unidas. Uno de los principales temas de discusión será la necesidad de aumentar la atención y la participación de la juventud perteneciente a los grupos de población clave en la respuesta al sida del Asia-Pacífico. Este colectivo se reunirá con los líderes políticos y los altos funcionarios de ministerios de Sanidad, de justicia, de aplicación de la ley, de desarrollo social y de agencias de control de drogas. También estarán presentes sus homólogos, de mayor edad, de la sociedad civil pertenecientes a grupos de población clave y personas que viven con el VIH para hacer referencia a las barreras legales y políticas que impiden el acceso a los servicios relacionados con el VIH en la región.

Según el Director del Equipo de Apoyo Regional para Asia y el Pacífico de ONUSIDA, Steve Kraus, la reunión regional de la ONU sobre el sida proporciona una oportunidad perfecta para que los jóvenes de las comunidades clave "hablen alto, sean escuchados y sean honestos sobre lo que es fundamental para Llegar a Cero en esta región".

Para Ayu Oktariani, una joven de 24 años de Indonesia que vive con VIH, y que participa en la reunión de Bangkok conYouth LEAD, el mensaje es muy sencillo: "Necesitamos tener más poder y apoyo para poder hacer frente al sida. Estamos aquí para rogar que nos dejen participar, que nos escuchen, que trabajen con nosotros y, juntos, podremos conseguir grandes cosas".

En la siguiente publicación de ONUSIDA, se publicó anteriormente una versión más larga de este reportaje: HIV in Asia and the Pacific - Getting to Zero, August 2011.

*A petición de los entrevistados, se han cambiado algunos nombres para proteger su identidad.