Reportaje

Formas de mejorar la salud de las mujeres en el contexto del VIH

24 de julio de 2012

Jan Beagle, directora ejecutiva adjunta de Dirección y gobernanza de ONUSIDA, habla en la reunión titulada “Garantizar la inversión en VIH e igualdad de género para el cambio social”. Washington DC, 24 de julio de 2012.

El tema principal de la reunión del Grupo de alto nivel celebrada en la 19.ª Conferencia internacional sobre el sida, con el título “Garantizar la inversión en VIH e igualdad de género para el cambio social”, trató sobre la inversión en respuestas al VIH que den solución a las necesidades y los derechos de mujeres y niñas. El objetivo del grupo era el de encontrar formas de garantizar la inversión en VIH e igualdad de género, y encontrar soluciones innovadoras para dar respuesta a retos más amplios en relación a la salud de las mujeres, la justicia social y el desarrollo.

“Necesitamos compartir la responsabilidad y la solidaridad mundial de la inversión en las mujeres y las niñas”, afirmó la directora ejecutiva adjunta de Dirección y gobernanza de ONUSIDA, Jan Beagle. “También necesitamos una estrecha colaboración con las comunidades, donde se incluyen los líderes culturales y tradicionales de las mujeres así como las mujeres que viven con el VIH. Solo juntos seremos capaces de acabar con el sida”, añadió.

Las desigualdades de género y la injusticia social aumentan la vulnerabilidad biológica de las mujeres y las niñas al VIH. Como consecuencia de esto, suponen el 49% de todas las personas que viven con el VIH. De hecho, en el África subsahariana las mujeres suponen el 58% de todas las personas que viven con el VIH. El VIH sigue siendo la principal causa de muerte de las mujeres en edad reproductiva, mientras que la mortalidad materna sería un 20% menor si no existiese el VIH.

A pesar de estos datos, el 60% de los países de renta baja o media no destinan recursos específicos para responder a las necesidades concretas de mujeres y niñas en sus respuestas nacionales al VIH. El discurso político mundial actual también revela que hay puntos de vista enfrentados en relación al avance en los derechos de las mujeres, particularmente en lo que se refiere a sus derechos y salud sexuales y reproductivos en el contexto del desarrollo sostenible.

El grupo debatió sobre las distintas formas de capitalizar la experiencia de la respuesta mundial al VIH y de avanzar en el pensamiento estratégico e innovador que garantice la inversión en VIH e igualdad de género. Los miembros del grupo intercambiaron sus puntos de vista sobre formas de financiación innovadoras y sostenibles para la mejora del VIH, una mejoría en la salud de las mujeres y el cambio social, como el modelo de impuesto del sida ideado por Zimbabwe, la elaboración de presupuestos sensibles al género que evalúen el impacto de los presupuestos en hombres y mujeres, y la transferencia de dinero, en especial para las mujeres y las niñas más vulnerables.

Necesitamos compartir la responsabilidad y la solidaridad mundial de la inversión en las mujeres y las niñas

Jan Beagle, directora ejecutiva adjunta de Dirección y gobernanza de ONUSIDA

El debate también se centró en la responsabilidad en relación a estos datos sanitarios, utilizando como referencia el Llamamiento a la Acción de Harare —un llamamiento para un plan de acción unificado para la salud de las mujeres que se centra fundamentalmente en los derechos y la salud sexuales y reproductivos en el contexto del VIH. El Llamamiento a la Acción de Harare fue el resultado del encuentro inaugural de la GlobalPOWER Africa Women Network en mayo de 2011 que reunió a líderes políticos, culturales y tradicionales de las mujeres, así como a la sociedad civil. El Llamamiento a la Acción de Harare pretender servir como importante herramienta política y de activismo, promocionando en gran medida la responsabilidad compartida y regional para avanzar en la respuesta al sida, así como una agenda más amplia sobre la igualdad de género. Hon Thokozani Khupe, viceprimera ministra de Zimbabwe y presidenta de la GlobalPOWER Africa Women Network, señaló: “Necesitamos tratar el VIH desde la raíz. Dejemos que la financiación se dedique a los motores de la epidemia, particularmente aquellos que afectan a las mujeres y las niñas, y tendremos éxito en nuestra lucha para acabar con el sida”.

Desigualdad de género

La desigualdad de género es uno de los motores clave de la epidemia de VIH. Las mujeres se enfrentan a obstáculos en el acceso a los servicios de prevención, tratamiento y atención relacionados con el VIH debido a un limitado poder en la toma de decisiones, falta de control sobre los recursos financieros, movilidad restringida y las responsabilidades del cuidado de los niños. Con frecuencia, la violencia y las amenazas dificultan la capacidad de las mujeres para protegerse frente a las infecciones por el VIH y/o hacer valer decisiones saludables en relación al sexo.

Según los participantes, se han producido algunos avances, muchos de los cuales se deben al aumento de la inversión en el liderazgo y la participación significativa de mujeres y niñas, particularmente de aquellas que viven con el VIH y que están afectadas por este. Sin embargo, todavía sigue siendo una promesa y un reto garantizar el buen tratamiento de las necesidades y los derechos de las mujeres y las niñas así como garantizar la responsabilidad. En línea con la Declaración política de 2011, ONUSIDA se ha comprometido a seguir avanzando en los derechos humanos, la igualdad de género y la tolerancia cero frente a la violencia en su Estrategia 2011-2015, haciendo uso de la Agenda de ONUSIDA para la acción acelerada de los países para abordar la problemática de las mujeres, las niñas, la igualdad de género y el VIH.