Reportaje

Ampliando las transferencias de efectivo para la prevención del VIH entre chicas adolescentes y mujeres jóvenes

18 de agosto de 2014

Una estudiante universitaria de Sudáfrica de 19 años, Noxolo Myeketsi, comenzó a recibir una subvención de asistencia social en 2005. Como parte de un programa de patrocinio estatal para asistir a los hogares pobres, las transferencias de efectivo la han permitido permanecer en la escuela, y a su abuela comprar comida y pagar las facturas.

La subvención cambió la vida de Noxolo a mejor. Otras adolescentes recurrieron a mantener relaciones sexuales con hombres mayores a cambio de satisfacer las necesidades básicas, y se expusieron al contagio de enfermedades de transmisión sexual y VIH.

"Creo que sin el apoyo de la subvención no hubiera sido capaz de tomar las decisiones adecuadas para mi salud durante mi vida. A lo mejor hubiese terminado siendo una mantenida a cambio de sexo, como otras chicas de mi zona, o hubiese terminado contrayendo VIH", ha dicho Noxolo.

Los esquemas de protección social, entre los que se encuentran los incentivos financieros, pueden marcar la diferencia de muchas maneras. El Banco Mundial informa de que, a escala mundial, hay pruebas de peso para considerar que las transferencias de efectivo mejoran la educación, la salud y los ingresos de los beneficiarios durante toda su vida.

"Los programas de transferencia de efectivo sirven para la prevención del VIH e implican también otros resultados de desarrollo, al mismo tiempo que se pueden expandir", dijo David Wilson, director del Programa Mundial de Lucha contra el VIH/Sida del Banco Mundial.

Los estudios realizados en Sudáfrica muestran que las pequeñas subvenciones en efectivo que se conceden a hogares pobres permiten a las adolescentes tomar decisiones más seguras sobre su sexualidad, y pueden así reducir significativamente el número de infecciones por el VIH. Cuando al dinero en efectivo se añade atención y apoyo psicosocial, los resultados para las adolescentes son todavía mejores.

En la reunión de la Junta Coordinadora del Programa (JCP) de ONUSIDA celebrada en Ginebra en julio, se organizó una sesión temática para tratar los condicionantes socioeconómicos del VIH a través de la protección social. Allí Noxolo habló sobre el efecto positivo que pueden tener las subvenciones.

Después de la reunión de la JCP, ONUSIDA y el Banco Mundial prometieron apoyar a los gobiernos en el proceso de expandir los programas de protección social, entre ellos las transferencias de efectivo, para la prevención del VIH en África oriental y meridional, cubriendo Botswana, Kenya, Lesotho, Malawi, Sudáfrica, Swazilandia, República Unida de Tanzanía y Zambia.

"Es apropiado que Sudáfrica sea el centro de la iniciativa porque el país suma el 23% de las nuevas infecciones por el VIH del África subsahariana, el 18% de toda la carga mundial de VIH y tiene uno de los mayores programas de protección social del mundo", dijo Benjamin Ali, director nacional de ONUSIDA en Sudáfrica.

Se apremiará a los países y los asociados para que colaboren en una revisión integral de los sistemas de protección social. Entre las propuestas para hacer estos sistemas más sensibles al VIH se encuentra el modificar las franjas de edad y otros criterios de selección para garantizar que los grupos más afectados y con riesgo de infección por el VIH estén atendidos, otorgando un dinero en efectivo directamente a las adolescentes y mujeres jóvenes, y vinculando los incentivos en metálico con el cumplimiento de los programas de prevención y tratamiento del VIH.

Copatrocinadores de ONUSIDA

Banco Mundial