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El VIH en situaciones de emergencia, conflicto y crisis humanitarias

02 de diciembre de 2015

Las situaciones de emergencia y conflicto están causando en todo el mundo un fuerte crecimiento en el número de refugiados, solicitantes de asilo y desplazados. El cambio climático y el crecimiento demográfico también están obligando a las personas a emigrar, lo que supone un incremento en el número total de personas desplazadas.

En el 2013, 314 millones de personas se vieron afectadas por situaciones de emergencia; de esos 314 millones de personas, 67 millones resultaron desplazadas por desastres naturales y conflictos. De estos últimos, 1,6 millones fueron personas que viven con el VIH. La emigración y el desplazamiento son algunos de los principales factores que afectan a la salud de las personas, junto con la reducción de su acceso a los servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo en relación con el VIH.

ONUSIDA organizó un acto con el objetivo de valorar las implicaciones de estos desplazamientos humanos, dicho acto fue celebrado durante la 18ª Conferencia Internacional sobre Sida e ITS en África que tuvo lugar en Harare, Zimbabwe. El evento ofreció una oportunidad para que los participantes compartiesen sus experiencias y sus mejores métodos para garantizar que las personas afectadas por crisis humanitarias puedan seguir teniendo acceso a servicios sanitarios relacionados con el VIH.

Durante el mismo acto, también se abordó tanto el aumento de la vulnerabilidad al VIH a causa de la violencia y coacción sexual, como otras violaciones de los derechos humanos que se producen en situaciones de emergencia humanitaria, de conflicto y de post-conflicto.

Citas

“En todo el mundo, 1,6 millones de personas que viven con el VIH se han visto desplazadas a causa de guerras y desastres naturales. Es evidente que no alcanzaremos los tres ceros a menos que tratemos adecuadamente a las personas que se encuentran en situaciones de crisis humanitarias. El VIH debe estar presente en planes nacionales de preparación y respuesta para casos de desastre”

Leo Zekeng, director adjunto del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para África central y occidental.

“Djibouti ya ha puesto en marcha programas de ayuda a los refugiados, pero no podemos hacerlo todo nosotros solos. Agradeceríamos que se desarrollase y aplicase un plan regional que contase con apoyo técnico para la acción y la aplicación conjuntas; de este modo, podríamos compartir una estratega armónica con otros países”.

Bahya Mohamed, secretario ejecutivo del Comité técnico interministerial para la tuberculosis, el sida y la malaria.

“En las zonas propensas al conflicto, conviene estar preparados por anticipado. Los medicamentos y los productos antirretrovíricos, los planes de rotación de tareas y la participación de las comunidades deben formar parte del plan de contingencia. La preparación también debe incluir el suministro de medicamentos a largo plazo, tenemos que preparados”.

Suna Balkan, jefa del Grupo de trabajo sobre el VIH/Sida de Médicos Sin Fronteras.

“Cuando el ébola asoló Liberia, todo el sistema de salud se colapsó. El impacto no se produjo solo en el sistema sanitario, sino que afectó a todos los ámbitos del país. Lo que realmente necesitamos es una respuesta rápida y la disponibilidad de recursos. En segundo lugar, necesitamos una gran participación por parte de la comunidad. Cuando el sistema de salud se vino abajo, nos volvimos hacia la comunidad”

Moses K. Jeuronlon, asesor en materia de VIH, tuberculosis, y malaria de la Oficina regional de la Organización Mundial de la Salud en Liberia.