Reportaje

Una mirada en perspectiva a la Elizabeth Taylor AIDS Foundation

26 de enero de 2015

Durante la 36ª reunión de la Junta de Coordinación del Programa ONUSIDA, celebrada en diciembre de 2014 en Ginebra (Suiza), unaids.org habló con Joel Goldman, Director Gerente de la Elizabeth Taylor AIDS Foundation (ETAF), sobre cómo contribuyen los programas de VIH financiados por fundaciones privadas en la erradicación de la epidemia de sida, el trabajo realizado por la ETAF y el futuro de la respuesta al sida.

¿Cuál es el objetivo de la Elizabeth Taylor AIDS Foundation?

La ETAF es una organización sin ánimo de lucro fundada en 1991 para concienciar y recaudar fondos para la respuesta al sida, además de prestar asistencia a las personas que viven con el VIH. En la actualidad, apoyamos a organizaciones contra el sida de los Estados Unidos de América y de todo el mundo (un total de 33 países hasta la fecha), las cuales brindan atención y servicios directos a las personas y/o educación para la prevención del VIH. Hasta ahora, la ETAF ha donado más de 15 millones de dólares estadounidenses en financiación.

¿Qué hace única a la Elizabeth Taylor AIDS Foundation?

Antes de morir, Elizabeth Taylor hizo provisiones de su herencia para cubrir todos los gastos de funcionamiento de la ETAF. De este modo, cuando una persona realiza una donación a nuestra organización, el 100% de cada dólar va directamente a la asistencia a las personas que viven con el VIH y a la financiación de programas de prevención del VIH. Además, la señora Taylor consideró que el 25% de sus regalías por derechos de imagen fuera a la ETAF. Por tanto, cuando alguien compra una fragancia de Elizabeth Taylor, como White Diamonds, o adquiere algo de la colección de joyería de Elizabeth Taylor en QVC, también está haciendo una buena labor y contribuyendo a la respuesta al sida.

¿Cómo ha ido evolucionando la fundación desde su creación? ¿Y cómo la ve usted en el futuro?

Elizabeth Taylor fue una de los fundadores de la Fundación americana para la investigación sobre el sida, creada como medio para que los investigadores descubrieran tratamientos con el objetivo último de encontrar una cura para el sida. Dado que las personas seropositivas cada vez vivían más, también quería encontrar maneras directas de prestar atención y cuidados a las personas que vivían con el VIH. A lo largo de toda su vida, tuvo que afrontar muchos problemas médicos personales, lo que la llevó a reconocer la importancia del acceso a asistencia médica, una vivienda, comida saludable y apoyo como forma de combatir la enfermedad. En 1991, la señora Taylor fundó la ETAF.

A través de la ETAF financió programas de prevención del VIH sobre educación sexual, intercambio de agujas, acceso a preservativos, etc. Por muy impopular que fuera el tema para la opinión pública, ella siguió adelante. La señora Taylor fue una de las defensoras más acérrimas, tanto en Washington D. C. como en la esfera política internacional, de estas y otras muchas cuestiones, entre ellas los derechos humanos para las personas que viven con el VIH. Elizabeth Taylor estuvo al mando de la ETAF hasta su fallecimiento en 2011.

Mientras avanzamos en esta era de su legado, la ETAF sigue dedicada a la visión de la señora Taylor sobre la atención, la educación y la prevención. En noviembre de 2014, nuestros miembros del Consejo Consultivo y de Administración reafirmaron la misión inicial de nuestra fundadora y centrarán la financiación actual teniendo en cuenta tres prioridades: los grupos de población marginados, la promoción y la innovación.

¿Cuáles cree que son los mayores retos que se afrontan en la actualidad para lograr una respuesta efectiva al sida? ¿Y dónde puede tener un mayor impacto la ETAF?

El mayor reto en la respuesta al sida es la autocomplacencia que existe hoy en día en torno a este tema, en particular entre los jóvenes. Esto se desprende del hecho de que la tasa de mortalidad por enfermedades relacionadas con el sida entre adolescentes haya aumentado un 50% en el último decenio.

Aunque ella ya no esté con nosotros, la marca Elizabeth Taylor y su reputación todavía conservan el prestigio para asociarse con las celebridades adecuadas, las organizaciones y fundaciones más efectivas y las mejores corporaciones y líderes estratégicos mundiales, como ONUSIDA. También se están ultimando futuras campañas y programas publicitarios que reavivarán el debate y ayudarán a concienciar sobre la educación y la prevención del VIH entre las personas más vulnerables.

¿Hay algún proyecto en particular, financiado por la fundación, que le haya impresionado o del que se sienta especialmente orgulloso?

Me siento especialmente orgulloso de la Global AIDS Interfaith Alliance (GAIA) / Elizabeth Taylor Mobile Health Clinics de Malawi. La señora Taylor reconoció que la carencia crónica del acceso a la atención sanitaria es el principal obstáculo en la lucha contra el VIH en África. Afirmó: "Si las personas no pueden acceder a la atención sanitaria, ¿por qué no podemos proporcionarles atención sanitaria?". En 2008, la ETAF se asoció con la GAIA para crear clínicas sanitarias móviles que ofrezcan programas de prevención y detección del VIH en las regiones más afectadas de Malawi. Todos los días de la semana nuestras siete clínicas rotan a una nueva ubicación. El año pasado, un promedio de 1.000 pacientes fueron tratados cada día; el 40% de ellos eran niños menores de cinco años.

Para 2015 estamos orgullosos de reconocer un hito importante en el programa de clínicas sanitarias móviles de la Elizabeth Taylor: cada uno de los 900.000 residentes de los distritos de Phalombe y Mulanje de Malawi vive ahora a una hora a pie de los servicios de atención sanitaria para el mantenimiento de la vida. Se trata de un gran logro, sobre todo teniendo en cuenta el desafío que supone la infraestructura de carreteras del país.

A nivel personal, me diagnosticaron el VIH hace 23 años, en una época en la que existían muy pocos programas de prevención del VIH. Por tanto, los proyectos que más me impresionan son los que fomentan la prevención del VIH entre jóvenes. Cuando la ETAF financia iniciativas como el Sex Squad de la University of California (Los Ángeles), para extender su programa de educación a las escuelas secundarias y universitarias de la región meridional de los Estados Unidos de América, o la Grassroot Soccer, para complementar nuestras clínicas sanitarias móviles de Malawi, personalmente estoy muy satisfecho por estos enfoques innovadores y efectivos tan bien planteados que llegan a los jóvenes.

¿Cuál cree que es el papel que desempeñan las fundaciones en el panorama de la salud a nivel internacional en la actualidad?

Las fundaciones pueden paliar las carencias en las que no pueden trabajar algunos organismos gubernamentales. Muchas fundaciones privadas y familiares pueden resultar flexibles y financiar la innovación a un ritmo más rápido. La valiente declaración de la Junta de Coordinación del Programa ONUSIDA de erradicar el sida para el año 2030 me pareció inspiradora. Sin embargo, muchos oradores dijeron que el mundo necesitaba hacer las cosas de otra forma para lograr este objetivo. Aquí es donde las fundaciones pueden desempeñar su función. Si colaboramos para apoyar el mensaje de ONUSIDA en todos los aspectos, al mismo tiempo que volcamos nuestros esfuerzos conjuntos en desarrollar y financiar proyectos que nos acerquen más a nuestra meta, nuestro músculo colectivo puede impulsarnos a seguir adelante.

Elizabeth Taylor ayudó a sacar de la sombra al sida y situarlo en primer plano a nivel nacional e internacional. Nos corresponde ahora a nosotros tomar el relevo, seguir el impulso del que fui testigo en Ginebra y eliminar esta enfermedad. Ha llegado el momento, sobre todo ahora que la erradicación de la epidemia de sida está fuera de nuestro alcance.