Reportaje

Datos precisos y fiables de ONUSIDA sobre la epidemia de VIH: la piedra angular de la respuesta al sida

10 de julio de 2017

Una vez al año ONUSIDA publica sus estimaciones sobre el estado mundial de la epidemia de VIH. Dado que los datos pueden influir literalmente en decisiones de vida o muerte sobre el acceso a los servicios de tratamiento y prevención (y sirven para decidir cómo gastar miles de millones de dólares al año), es necesario que sean tan precisos como sea posible y que cualquiera que use esta información pueda confiar en su fiabilidad.

El modo en que recopilamos e interpretamos los datos del VIH tiene consecuencias enormes: una mujer embarazada que acude a una clínica de atención prenatal puede ayudarnos a calcular la magnitud de la epidemia de VIH del país, a definir las políticas nacionales para la respuesta al VIH e influir en la cantidad de ayudas para la respuesta al sida que se destinen del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida y de otros.

Entonces, ¿cómo lo hacemos? 

Recopilación de datos sobre el terreno

No contamos a las personas. No podemos: muchas de las personas que viven con el VIH no lo saben, así que no podemos contarlas.  Tampoco se pueden hacer pruebas cada año a cada habitante de un país para calcular las personas que viven con el VIH. En lugar de eso, hacemos estimaciones.

Los datos que se publican en nuestros informes, citados en los discursos y usados por gobiernos de todo el mundo para planificar y poner en práctica sus respuestas al sida, han sido tomados directamente sobre el terreno, en una clínica, en un hospital o en cualquier sitio donde las personas que viven con el VIH accedan a, o necesiten de, los servicios para el VIH.

Tomemos como ejemplo a una mujer embarazada que acude a una clínica de atención prenatal como parte de sus cuidados prenatales rutinarios. Se le ofrecerá hacerse una prueba del VIH para que sepa si es seropositiva o seronegativa. Si el resultado indica que es seropositiva, se le facilitarán, claro está, los diversos servicios de prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH disponibles para que ella esté bien y su bebé libre del VIH, pero el resultado, sea negativo o positivo, también servirá para determinar la repercusión de los servicios en un contexto más amplio y el éxito de los programas de los países.

Algunos países se valen de los denominados sistemas centinela de sondeo, en los que una red formada por diferentes puntos se encarga de recopilar y transmitir los datos. Si la clínica se encuentra entre uno de esos puntos, una muestra de sangre de carácter anónimo se recopilará junto con los resultados del resto de puntos centinela, lo que dará como resultado un gran conjunto de datos que permitirá hacer estimaciones sobre las tendencias en los puntos centinela a lo largo del tiempo.

En otros países los datos de todas las mujeres a las que en todos los centros de cuidados prenatales se les hacen pruebas del VIH de forma rutinaria se usan para hacer estimaciones de la prevalencia del VIH. Los resultados de sus pruebas se registran y se comunican a la agencia de información del VIH a nivel nacional del país.

La combinación de los datos de las clínicas de atención prenatal con la información de estudios poblacionales más amplios, aunque recopilados con menos frecuencia, constituye la base para la recopilación de datos del VIH en los países en que el VIH se ha propagado a la población general.

En los países en los que las epidemias de VIH afectan principalmente a poblaciones clave delimitadas, los datos que suelen emplearse son los de los estudios de la prevalencia del VIH entre esas poblaciones clave. Estos estudios de la prevalencia se combinan con el número estimado de personas en esas poblaciones clave, una estimación que es difícil de hacer, teniendo en cuenta que algunas de las prácticas de esas poblaciones son ilegales en muchos países.

En los países en los que es obligatorio que los médicos informen sobre los casos de VIH, si es que esos datos son fiables, se usan esos recuentos directos para hacer una estimación de la epidemia. Un número cada vez mayor de países está poniendo en marcha sistemas que tienen en cuenta los casos de diagnósticos de VIH de los que se informa.

Tipos de estudio

Estudios poblacionales: sondeo realizado en una muestra aleatoria de hogares en un país. Se selecciona una muestra que sea representativa del conjunto de las personas del país.

Estudio de prevalencia del VIH: estudio de una población específica entre la que se recopilan muestras de sangre para determinar cuántas personas de esa población viven con el VIH. Normalmente se informa a la persona de los resultados de esas pruebas.

Procesamiento de las cifras

Una vez al año la agencia de información del país, con la ayuda de ONUSIDA y otros colaboradores, hace estimaciones del número de personas que viven con el VIH, el número de personas en tratamiento contra el VIH, el número de nuevas infecciones por el VIH, etc., utilizando un programa llamado Spectrum, que realiza cálculos complejos para obtener las estimaciones.

Para calcular las cifras finales en las estimaciones relativas a la natalidad se tienen en cuenta diversas fuentes de información, como las tasas de fertilidad, la distribución de la fertilidad por edades y el número de mujeres entre 15 y 49 años del país.

Spectrum calcula las estimaciones con respecto a poblaciones y grupos de edad diferentes teniendo en cuenta diversos tipos de datos demográficos y de otras clases, por lo que se consigue una imagen completa de la epidemia de VIH en el país.

Las estimaciones de Spectrum se envían a ONUSIDA a la vez que los datos recopilados en el informe anual GAM (Monitorización Mundial del Sida, por sus siglas en inglés) sobre la respuesta a la epidemia de VIH en el país. ONUSIDA recopila y contrasta todos los archivos procesados por Spectrum y utiliza los datos a nivel nacional para hacer estimaciones globales sobre la epidemia de VIH y su repuesta.

ONUSIDA publica las estimaciones de todos los países cuya población supera el cuarto de millón de personas. ONUSIDA desarrolla sus propios datos, basados en la mejor información disponible, para los pocos países que no alcanzan ese mínimo y para los que no hay estimaciones de Spectrum.

Los intervalos son importantes

En 2015 había 36,7 millones [34,0 millones–39,8 millones] de personas que vivían con el VIH en el mundo. Las cifras entre corchetes son intervalos, es decir, estamos seguros de que el número de personas que viven con el VIH está dentro del intervalo, pero no podemos decir con certeza cuál es exactamente.

En todos los datos de ONUSIDA hay este tipo de intervalos, pero ¿por qué no podemos ser más precisos? Los datos de ONUSIDA son estimaciones cuya precisión varía dependiendo de diversos factores. El tamaño de la muestra tomada para las estimaciones influye en el intervalo: una muestra grande implica un intervalo pequeño en la estimación, y viceversa. Si se realiza un estudio poblacional en un país, el intervalo de la estimación será menor. Además, el número de suposiciones que intervengan a la hora de hacer una estimación influye en cuánto vaya a poder estrecharse el intervalo.

Si se detecta algún error, se corrige

Los modelos de ONUSIDA se actualizan con regularidad de acuerdo a la información nueva. Por ejemplo, los datos de este año mostrarán un ligero aumento en el número de casos registrados de bebés que se contagian del VIH. No se trata de un aumento real del número de bebés que contraen el VIH, sino de un ajuste de acuerdo a lo que sabemos sobre cómo se produce el contagio en la vida real. De hecho, si aplicamos estos conocimientos actualizados en años anteriores, observamos que entonces el número de nuevas infecciones por el VIH entre los bebés también era más alto.

Ahora sabemos que, después del parto, el número de contagios de VIH entre mujeres que están dando el pecho a sus hijos, y transmitiéndoles el virus de esa manera, es mayor. Los modelos no habían captado con exactitud el período de tiempo durante el que las mujeres daban el pecho y durante el que, consecuentemente, había riesgo de que les transmitieran el VIH a sus hijos. Con el modelo adaptado para tener en cuenta las mujeres que están dando el pecho durante más de un año, el número de bebés que contraen el VIH aumentó ligeramente para todos los años desde el comienzo de la epidemia.

Debido a dichos reajustes, las estimaciones de un año no se pueden comparar con las del año anterior. Cuando ONUSIDA publica sus datos anuales, revisamos las estimaciones de todos los años anteriores teniendo en cuenta las revisiones en la metodología. Por ejemplo, antes de que se hubieran incorporado los sondeos en los hogares de una nación, las estimaciones publicadas en 2006 sobre el número de personas que vivían con el VIH en todo el mundo en 2005 fue de 38,6 millones. En 2016, teniendo en cuenta la información adicional proporcionada por los sondeos, la revisión de ese número dio como resultado 31,8 millones. Del mismo modo, la estimación del número de muertes asociadas al sida en 2005 fue de 2,8 millones, y se redujo a 2,0 millones según la revisión de 2016.

Estos reajustes han mejorado de manera constante la precisión de nuestras estimaciones, con el resultado de que las diferencias en las revisiones más recientes se están haciendo más pequeñas: el número estimado de personas que vivían con el VIH en 2013 que obtenido en 2014 fue de 35,0 millones, no muy alejado de las estimaciones actuales de 35,2 millones.