Reportaje

Viven con el VIH, pero mueren de tuberculosis

03 de noviembre de 2017

El progreso mundial para acabar con la tuberculosis no es lo suficientemente rápido como para alcanzar los objetivos mundiales contra la TB y el VIH

La tuberculosis (TB) sigue siendo la enfermedad infecciosa más letal del mundo. Según el último informe de la OMS publicado esta semana (WHO Global Tuberculosis Report 2017), el avance mundial hacia la reducción de nuevos casos de tuberculosis (TB) es insuficiente para la consecución de los objetivos mundiales contra la TB y el VIH, a pesar de que la mayor parte de las muertes se pueden prevenir con el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado de estas enfermedades.

En el marco de los esfuerzos mundiales por conseguir avances en la respuesta a la TB, este objetivo adquiere cada vez más importancia en el programa mundial de desarrollo, tal y como prueban la asistencia de cientos de líderes mundiales a la primera Conferencia Ministerial Mundial de la OMS para poner fin a la TB, celebrada en Moscú del 14 al 17 de noviembre, y la Reunión de Alto Nivel sobre la TB de la Asamblea General de las Naciones Unidas programada para 2018.

"Tenemos una oportunidad sin precedentes para que la atención política se centre en las desigualdades que impulsan las epidemias de TB y VIH", declaró Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. "El rendimiento de la inversión en la TB y el VIH no debe medirse solamente en dólares, sino en voces escuchadas, derechos protegidos y vidas salvadas".

En 2016, el riesgo de desarrollar la TB entre los 37 millones de personas que viven con el VIH era aproximadamente 21 veces mayor que el riesgo que corría el resto de la población mundial. Hubo más de un millón de casos de TB entre personas que viven con el VIH: el 10% de todos los casos de esta enfermedad que se registraron a nivel mundial ese mismo año. Las personas que viven con el VIH son mucho más propensas a morir de TB que las personas seronegativas, y una de cada cinco muertes por tuberculosis (el 22%) se produce entre personas que viven con el VIH. En 2016, se registraron 374 000 fallecimientos por TB entre personas que viven con el VIH, lo que representa casi el 40% de todas las muertes relacionadas con el sida.

Las muertes por TB y la propia enfermedad pueden evitarse con una terapia preventiva, pero la mayoría de personas que viven con el VIH y que pueden beneficiarse de ella no la están recibiendo. En 2016, menos de un millón de las personas inscritas en el programa de atención del VIH comenzaron el tratamiento preventivo de la TB. Sudáfrica representa la mayor parte del total con un 41%. Le siguen Mozambique, Zimbabwe y Malawi.

La carga mundial de tuberculosis farmacorresistente sigue aumentando con unas 600 000 personas que requieren tratamiento, pero en 2016 sólo una de cada cinco se inscribió para recibirlo.

La incidencia mundial de TB sólo está disminuyendo en torno al 2% por año, y el 16% de las personas con TB mueren a causa de esta enfermedad. Para 2020, estas cifras tienen que haber descendido del 4 al 5% por año y al 10%, respectivamente, para alcanzar los primeros objetivos de la estrategia Alto a la Tuberculosis de la OMS, previstos para ese mismo año. En este 2017 sigue habiendo lagunas importantes en la financiación mundial para la prevención y tratamiento de la TB (2 300 millones de dólares estadounidenses) y para la investigación en nuevos medicamentos, vacunas y diagnóstico de esta enfermedad (1 200 millones de dólares estadounidenses).