Victoria Beckham sigue siendo una firme defensora de las personas afectadas por el VIH, especialmente de las mujeres y los niños. Reducir el estigma y la discriminación y asegurar que la gente tiene acceso a servicios de prevención, tratamiento y pruebas son sus prioridades. Victoria Beckham compartió sus ideas en una entrevista especial con Media Planet con motivo del Día Mundial del Sida.

¿Por qué es tan importante para ti apoyar la causa del VIH, y por qué decidiste convertirte en embajadora internacional de buena voluntad de ONUSIDA?

Siempre he creído firmemente en las mujeres respaldando a otras mujeres. En mi vida he tenido la suerte de recibir la inspiración y el apoyo de mujeres fantásticas que han cambiado mi visión sobre la vida y que me han llevado a creer en mí misma y en mis habilidades.

Trabajar con ONUSIDA me ha dado la oportunidad de conocer a mujeres increíbles que viven con el VIH y a las personas que las apoyan: los trabajadores sanitarios de la comunidad, los grupos de apoyo entre pares, las enfermeras, los médicos que han dedicado sus vidas a ayudar a las personas que viven con el VIH... Si puedo prestar mi apoyo para lograr cambios usando mi voz para compartir sus historias, claro que lo voy a hacer, ¿quién no lo haría?

¿Cuáles son los retos a los que aún nos enfrentamos en la lucha contra el VIH?

Algo de lo que no me había dado cuenta es del enorme impacto que el VIH sigue teniendo en las familias y comunidades, especialmente en África. Hay alrededor de 37 millones de personas en todo el mundo viviendo con el VIH ahora mismo, el número más alto de todos los tiempos, y la mayoría se encuentra en África. Vivir con el VIH no es fácil.

En primer lugar, hay que conocer tu estado serológico y someterse a la prueba del VIH: 9,4 millones de personas que viven con el VIH todavía no saben que tienen el virus, y por esta razón ONUSIDA centra la Campaña del Día Mundial del Sida de este año en torno a las pruebas.

En segundo lugar, tienes que lidiar con el estigma, que todavía está muy extendido en muchas partes del mundo, ¿se lo digo a mi familia? ¿Cómo protejo a mi pareja? ¿Y si mi jefe se entera? ¿Se encuentran bien mis hijos?

En tercer lugar, tienes que empezar a tomar tratamiento todos los días durante el resto de tu vida... Es una enfermedad difícil de tratar, tanto física como mentalmente, y la gente todavía se infecta a un ritmo alarmantemente alto.

Como ha demostrado ONUSIDA, todavía queda un largo camino para acabar con el VIH. 1,8 millones de personas se infectaron el año pasado, es evidente que se necesita hacer mucho más.

¿Cuáles han sido tus experiencias más importantes como embajadora internacional de buena voluntad de ONUSIDA?

Para mí, ha sido conocer a las mujeres que luchan cada día por mejorar la vida de sus hijos. Algunas de ellas están literalmente arriesgando sus vidas sólo para llegar a fin de mes para asegurarse de que sus hijos reciban alimentos, estén sanos y puedan ir a la escuela con la esperanza de que tengan una vida mejor en el futuro. Como madre, no puedo evitar sentirme emocionada por ello.

Cuando tienes hijos, lo más importante es asegurarse de que estén bien; nuestros hijos son lo primero, siempre. Y también están los niños que conocí mientras viajaba por Etiopía con ONUSIDA, niños nacidos con el VIH cuyos padres han muerto de Sida. Se trata de una tragedia que sigue ocurriendo en todo el mundo a pesar de que actualmente existen medicamentos preventivos.

¿Crees que algún día podremos vivir en un mundo libre del VIH?

Creo firmemente que es posible encontrar una vacuna y una cura, y estoy segura de que eso sucederá mientras yo viva. Hasta entonces, hay muchas cosas que podemos hacer hoy para detener el impacto que el VIH está teniendo en las personas, las familias y las comunidades.

Erradicar el estigma permitirá a los jóvenes obtener la información adecuada sobre cómo protegerse y frenar nuevas infecciones. Permitirá que las personas que creen que pueden haber estado en riesgo de contraer el VIH se hagan la prueba y que las personas que viven con el VIH no tengan miedo de recibir tratamiento y buscar la atención y el apoyo que necesitan. Algún día podremos acabar con el sida, hoy podemos acabar con el impacto del VIH.