Reportaje

La sociedad civil dispone de soluciones que ONUSIDA y sus colaboradores tienen que aprovechar

21 de febrero de 2018

Los líderes de la sociedad civil de África central y occidental han trazado una hoja de ruta para asumir un papel más activo en la ampliación de los servicios de prevención y tratamiento del VIH en la región. Los ocho líderes reiteraron que sin su implicación y sin su ayuda, resultaría mucho más difícil llegar a las personas y alcanzar los objetivos de tratamiento.

“Queremos implicarnos más porque somos nosotros quienes estamos aquí y somos nosotros los afectados”, exponía Daouda Diouf, director de ENDA Dakar y ponente del encuentro de tres días entre la sociedad civil, ONUSIDA y sus colaboradores, que tuvo lugar del 19 al 21 de febrero en Ginebra (Suiza).

En 2016, la región occidental y central de África afrontó un número de muertes relacionadas con el sida desproporcionadamente mayor de lo que cabría suponer de acuerdo al porcentaje que supone su población con respecto a la población mundial. Aunque la prevalencia del VIH en la región sigue siendo baja, son pocas las personas que viven con el VIH allí que tienen acceso al tratamiento.

Los líderes señalaron la cantidad de dificultades a las que tienen que hacer frente. En numerosos países francófonos, la asistencia médica sigue estando demasiado centralizada y se lleva a cabo casi exclusivamente en las clínicas, lo que limita las posibilidades de intervenir de los educadores inter pares y de los trabajadores comunitarios. Apuntaron además que el estigma y la discriminación impiden a muchos acceder a ella. Las políticas nacionales de salud a menudo impiden que la sociedad civil preste servicios fundamentales, como las pruebas del VIH.

Por otro lado, los costes extra que tiene que pagar el paciente por los servicios sanitarios también hacen que mucha gente no busque ayuda, y la financiación y la voluntad política se han reducido en los últimos años, por lo que la cobertura ha empeorado.

Aliou Sylla, director de Coalition Internationale Sida-Plus, hizo hincapié en que la sociedad civil cuenta con muchas soluciones y con la experiencia de los programas piloto cuya eficacia ha quedado demostrada.

“Tenemos clínicas que no parecen clínicas, llevamos a cabo pruebas del VIH inter pares y ofrecemos asesoramiento, y es por todo ello que estamos en una posición mucho mejor para llegar a las personas en situación de vulnerabilidad”, sostenía. “Solo necesitamos que se confíe en nosotros”.

Su colega coincidía plenamente con su afirmación. Ibrahima Ba, coordinador de la organización no gubernamental Bokk Yakkar y líder de la red regional para las personas que viven con el VIH, añadió que la sociedad civil no solo puede llegar a la gente, sino que también puede hacer el seguimiento del progreso de los planes nacionales y regionales para el VIH. “Podéis contar con nosotros para supervisar los programas además de para implementarlos; de esta forma, los gobiernos no tendrán otra opción que responsabilizarse”.

La hoja de ruta incluye la próxima reunión regional en la que se reunirá a la sociedad civil de 12 países de África Central y Occidental para que aporten sus puntos de vista en relación a los planes nacionales para el VIH. ONUSIDA les estará apoyando para que logren una mayor influencia en sus países.

Al finalizar el encuentro, Luiz Loures, director ejecutivo adjunto, dijo “Los datos y las pruebas muestran que no estamos sacando el máximo partido de nuestros esfuerzos por dar una respuesta al sida en esta región”. Y, mirando a los líderes de la sociedad civil, concluyó, “La sociedad civil tiene que ser nuestro motor”.