Reportaje

Las comunidades que están en el núcleo de respuesta al sida en Zambia

07 de marzo de 2018

Zambia ha hecho grandes progresos en la respuesta al sida. En 2016, había más de 800 000 personas que recibían tratamiento contra el VIH en el país. De ellas, el 83 % eran mujeres embarazadas que vivían con el VIH. En aras de comprender mejor el progreso y los retos ante los que se encontraba, Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, visitó las instalaciones sanitarias de Chilenje en Lusaka (Zambia) durante su estancia en el país del 5 al 7 de marzo. 

Las instalaciones de Chilenje ofrecen tratamiento contra el VIH, un programa para la prevención de la transmisión maternoinfantil y servicios individualizados para adolescentes y jóvenes. En estas instalaciones con espacios tan acogedores para la juventud, los educadores inter pares facilitan que los jóvenes hagan uso de sus servicios. Asimismo, también tienden la mano a los colegios y otros grupos sociales de la comunidad mediante el asesoramiento y la sensibilización.

Durante su visita, Michel Sidibé concluyó lo siguiente: “Tenemos que construir ciudades para el futuro en las que los servicios no sólo estén al alcance de la población, sino que además estén adaptados a sus necesidades. Este es el fundamento que subyace a la iniciativa de Acción acelerada en las ciudades. Lusaka es un ejemplo excelente de ello”.

Las instalaciones ofrecen más horas por las tardes y los fines de semana para que las personas que no pueden acceder a los servicios sanitarios fuera del horario establecido tengan la posibilidad de acceder al tratamiento contra el VIH y disfrutar de otros servicios.

“Los jóvenes suelen caer en las brechas del sistema sanitario por miedo a que les juzguen y al estigma. Con la gran cantidad de adolescentes y jóvenes que hay en nuestra comunidad, tenemos que crear espacios acogedores para ellos”, afirma Malinba Chiko, la superintendente de las instalaciones sanitarias de Chilenje.

Algunas horas antes ese mismo día, Sidibé se reunió con los miembros de la sociedad civil. Estos pusieron sobre la mesa la cuestión del acceso de los grupos de población clave a los servicios relativos al VIH y a la salud sexual y reproductiva, especialmente el de los homosexuales, los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres y los trabajadores sexuales. Sidibé insistió en que la sociedad civil constituye el núcleo de respuesta al sida y que, para que sea sostenible, la voz y las decisiones de los civiles son cruciales.