Comunicado de prensa

UNICEF: Los jóvenes de Asia central y Europa oriental son víctimas de la culpa y la prohibición


VIENA, 19 de julio de 2010 - Una epidemia clandestina del VIH que asola Europa oriental y Asia central se intensifica a un ritmo alarmante, impulsada por el uso de drogas, un comportamiento sexual de alto riesgo y un sistema de salud y bienestar social que desalienta a la gente que trata de obtener servicios de prevención y tratamiento, según un nuevo informe publicado hoy por UNICEF.

El informe, titulado “Blame and Banishment: The Underground HIV Epidemic Affecting Children in Eastern Europe and Central Asia”, destaca las cuestiones a las que hacen frente los niños que viven con VIH, los adolescentes en situación de riesgo, las mujeres embarazadas que usan drogas y los más de 1 millón de niños y adolescentes que viven y trabajan en las calles de la región.

Estos jóvenes marginados están expuestos diariamente a numerosos riesgos, entre ellos el uso de drogas, las relaciones sexuales comerciales y otros casos de explotación y abuso, lo que aumenta el riesgo de que contraigan el VIH. Las tendencias son especialmente preocupantes, ya que en la región viven 3,7 millones de usuarios de drogas inyectables, casi una cuarta parte del total en el mundo. Para muchos, la iniciación al uso de drogas comienza en la adolescencia.

Pero los servicios existentes de salud y bienestar social no están adaptados a los adolescentes en mayor situación de riesgo, que a menudo se encuentran expuestos a juicios morales, a la recriminación e incluso al enjuiciamiento penal cuando buscan información y tratamiento sobre el VIH.

“Los niños y niñas que viven en los márgenes de la sociedad necesitan acceso a los servicios de salud y bienestar social, no a que se les desapruebe con extrema dureza”, dijo Anthony Lake, Director Ejecutivo de UNICEF.

Para ofrecer servicios y ayudar a los jóvenes que viven con VIH o que corren el riesgo de contraer el virus, las autoridades médicas y civiles tienen que establecer servicios que sean acogedores para los jóvenes y que aborden las necesidades especiales de los adolescentes marginados sin juzgar sus comportamientos.

En la Federación de Rusia, por ejemplo, se han establecido más de 100 establecimientos acogedores para los jóvenes, donde se ofrecen servicios, información, orientación y apoyo psicológico en materia de reproducción y salud sexual. El centro de salud Atis en Moldova es otra iniciativa que ofrece grandes promesas y está salvando vidas.

“No podemos interrumpir la trayectoria de la epidemia del SIDA en Europa oriental y en Asia central sin potenciar y proteger a los niños, las niñas y los adolescentes”, dijo Michel Sidibé,  Director Ejecutivo de ONUSIDA. “No les podemos robar su infancia”.

“Es nuestra responsabilidad garantizar que tengan acceso a los servicios de prevención y tratamiento sobre el VIH”.

Un centro de prevención y tratamiento del VIH en Tayikistán ha eliminado los obstáculos que suponen la falta de confianza para llegar a las niñas adolescentes involucradas en el comercio sexual. Como dijo una joven cliente, “al principio, no creía que la revisión médica, el tratamiento y los preservativos fueran realmente gratuitos y anónimos. Pensé que era otra trampa de la policía. Acepté acudir allí por primera vez con un trabajador social, pero ahora voy sola y animo a mis amigos a que utilizan también el servicio”.

Un estudio realizado recientemente por el PNUD en seis países de la región indica que muchas personas que viven con VIH temen más el estigma social que supone procurar tratamiento que la propia enfermedad, lo que hace que la epidemia se convierta en una enfermedad clandestina.

El estigma asociado con el VIH no se limita a los adolescentes. A los jóvenes que viven con VIH se les deniega sistemáticamente el acceso a la escuela y a las guarderías, y cuando se conoce su situación, tienen que hacer frente al rechazo y a los malos tratos. Alla, la madre de guarda de un niño con VIH, cuenta cómo comenzaron a hacer el vacío a su hijo cuando alguien reveló a otras familias que tenía el virus. “Sus compañeros de clase dicen que es ‘desagradable’ y se niegan a jugar con él”, dijo.

“Este informe es un llamamiento para proteger los derechos y la dignidad de todas las personas que viven con VIH o que corren el riesgo de estar expuestos al virus, pero especialmente los niños, las niñas y los jóvenes vulnerables. Es preciso establecer un entorno de confianza y atención, y no de reprobación y exclusión”, dijo Lake. “Solamente si modificamos radicalmente la discriminación contra la gente vulnerable y que vive con VIH, Europa oriental y Asia central comenzarán a superar la propagación de la epidemia”, dijo Lake.

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