Se progresa de forma espectacular en la reducción del número de niños que nacen con el VIH. Sobre la base del éxito del Plan mundial para eliminar las nuevas infecciones por el VIH en niños para el 2015 y mantener con vida a sus madres, y a través de la Declaración política para poner fin al sida que los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron en junio de 2016, se adoptó un compromiso para acelerar el avance para poner fin al sida pediátrico. La iniciativa Start Free Stay Free AIDS Free persigue nuevos y ambiciosos objetivos para 2018 y 2020 y su meta es, desde un enfoque que atienda al ciclo vital, lograr una generación libre de sida, prestando una especial atención a las edades comprendidas entre los 0 y los 24 años. 

Start Free: el riesgo de que una mujer que vive con el VIH le transmita el virus a su hijo puede reducirse a un 5% o menos con un tratamiento antirretrovírico eficaz durante el embarazo, el parto y la lactancia. La prevención primaria de las nuevas infecciones por el VIH entre las mujeres en edad de tener hijos, junto con el acceso temprano a la atención prenatal y a las pruebas del VIH son aspectos fundamentales de esta estrategia, en la que también se anima a las mujeres que viven con el VIH a que sigan bajo tratamiento durante el resto de su vida por el bien de su propia salud. El diagnóstico temprano en los bebés es esencial para identificar el estado serológico de los bebés y para mejorar las intervenciones de prevención y de tratamiento, ya que la máxima mortalidad entre los niños que se han contagiado de VIH se da entre las seis semanas y los cuatro meses de edad. Los resultados de las nuevas tecnologías en los puntos de asistencia y la vinculación a la asistencia y al tratamiento son prometedores, con resultados disponibles en el mismo día para los sanitarios y mejores tasas de vinculación a y seguimiento de la atención sanitaria cuando es necesario.

Stay Free: el período de la adolescencia a la edad adulta temprana es un momento de transición asociado con complejos cambios físicos, emocionales y cognitivos, y en el que la presión de grupo influye notablemente en la toma de decisiones. Un entorno social tolerante que permita que los adolescentes accedan a la información sobre salud sexual y reproductiva, que sigan escolarizados y desarrollen habilidades para su vida, que los prepare para ser económicamente independientes, contribuirá a posibilitar que los jóvenes permanezcan libres del VIH. Las tasas de infección por el VIH en las adolescentes y jóvenes menores de 24 años son significativamente más elevadas que las de los varones de la misma edad en el África subsahariana, lo que denota que existen factores sociales determinantes que las hacen más vulnerables al contagio del VIH. La edad de consentimiento y otros factores limitan el acceso de los adolescentes a las pruebas del VIH en muchos países. El acceso a servicios enfocados a tratar con adolescentes, en los que se les pueda proporcionar información sobre prevención y cuestiones de salud, es un elemento valioso para llegar a los jóvenes y para garantizar que tienen las herramientas y la información que necesitan para que se mantengan libres del VIH.

AIDS Free: a nivel mundial, la cobertura de niños y adolescentes con tratamientos antirretrovíricos que salvan vidas está por detrás de la de los adultos. Con un tratamiento eficaz, los niños pueden crecer y llevar una vida normal. Detectar a los niños que han estado expuestos al VIH es fundamental, y entre las estrategias para hacerlo se incluyen las pruebas tempranas en las visitas para las vacunaciones, fomentar que los familiares adultos lleven al niño a las pruebas, o que se las realicen los profesionales de clínicas y hospitales a donde el niño pudiera acudir por enfermedad o desnutrición. También es fundamental proporcionar servicios enfocados a tratar con los adolescentes, tanto para las pruebas como para el tratamiento, y que estos cuenten con el apoyo de la sociedad para enfrentarse a cuestiones complicadas como la divulgación y la presión social, así como con información que los ayude a tomar decisiones fundadas sobre los cuidados que requieran. Los adolescentes son el único grupo de edad en el que están aumentando las muertes asociadas al sida. Acelerar el desarrollo de fórmulas pediátricas de medicamentos antirretrovíricos apropiadas a su edad, que sean mejores y que se toleren mejor, es una prioridad acuciante.

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