Reportaje

Liderazgo y sida: Gregg Gonsalves

09 de mayo de 2008

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No hay más que fijarse en el caso Gregg Gonsalves para saber lo que es un buen ejemplo de liderazgo en el sida.

Su firme compromiso con la aceleración del acceso al tratamiento del VIH para aquellos que más lo necesitan y con la mejora de los derechos humanos relacionados con el sida, junto con la campaña que ha dirigido para lograr una mayor claridad y transparencia en las muchas instituciones que están involucradas en el trabajo con el sida, han ayudado a mejorar la vida de muchas personas.

Gregg ha estado trabajando en nombre de las personas que viven con el VIH desde 1990, año en el que se unió a la Coalición sobre el sida para desencadenar el poder (ACT UP, en sus siglas en inglés), en los Estados Unidos. A principios de la década de los 90, se sabía muy poco sobre cómo funcionaba el virus o sobre los daños que causaba en el sistema inmunitario. Además, no existían tratamientos efectivos para contrarrestar el avance de la enfermedad y casi todos los debates sobre el sida se estaban produciendo en el seno de la comunidad científica.

Gregg, junto con otros activistas, empezó a asistir a las reuniones de los investigadores del ACTG (Grupo de ensayos clínicos sobre el sida) y otros foros científicos, en busca de respuestas que pudieran producir avances en el tratamiento de las personas que veían morir a causa del sida.

Se volcó en la investigación científica, a pesar de que sus estudios universitarios eran de lengua y literatura rusa e inglés. De esta manera se sumergió en los documentos y revistas científicas de mayor actualidad con el fin de ser capaz de conversar con virólogos, científicos de base y farmacéuticos.

Agentes del cambio

Este grupo de activistas con base en los Estados Unidos fue el primero en reclamar que, como personas VIH-positivas que son, pueden desempeñar un papel muy importante, así como exigir los medicamentos necesarios para salvar sus vidas y la información necesaria para saber cómo se usan.

Gregg y otros activistas presionaron con determinación a la comunidad científica, a la industria farmacéutica y a los políticos; y obtuvieron resultados. En muchos sentidos, el actual movimiento mundial de promoción de la causa sobre el sida está asentado en parte de la cultura que creó este grupo. Con ello nació la idea de un movimiento sobre la salud pública mundial basado en las necesidades de las personas que tenían la enfermedad.

El panorama del sida es muy diferente hoy en día. Casi dos décadas más tarde, la epidemia se ha extendido y ya hay 33 millones de personas que viven con el VIH. Se ha progresado en el desarrollo de la terapia antirretrovírica, la cual puede retrasar el progreso del sida. No obstante, el acceso a este tratamiento, así como a otros servicios de prevención y atención, continúa estando fuera del alcance de muchos millones de personas.

Un defensor apasionado de los derechos

Hoy en día, Gonsalves continúa trabajando para mejorar el acceso de las personas al tratamiento del VIH en África meridional como coordinador regional de los programas de alfabetización y sensibilización sobre el tratamiento del sida y la tuberculosis para la Alianza sobre el sida y los derechos en África meridional (ARASA, en sus siglas en inglés). Más de un tercio de las infecciones por el VIH o muertes relacionadas con el sida durante el año pasado, ocurrieron en esta región. La misión de ARASA es promocionar un enfoque del sida basado en los derechos humanos por medio de un aumento de las capacidades y la sensibilización y promoción.

“Gregg es un formidable líder y promotor de la causa que ha aportado la energía y pasión que se necesitaba en las respuestas al sida en América del Norte, a nivel mundial, y en su puesto actual, en África meridional”, indicó Andy Seale, asesor regional de ONUSIDA en África oriental y meridional para la promoción, las comunicaciones y la información.

“Él y otros muchos líderes como él de la sociedad civil desempeñan un papel importante para asegurar que las partes interesadas se mantienen alerta, son cada vez más responsables de las personas más afectadas por esta epidemia y están preparados para responder a los muchos desafíos presentes y futuros".

Gregg es también miembro fundador de la Coalición internacional de preparación para el tratamiento (ITPC), una red compuesta por más de 1.000 personas provenientes de 125 países, que defiende y fomenta el acceso universal al tratamiento del VIH/sida y la tuberculosis.

La fundación John M. Lloyd ha elegido recientemente a Gregg como el primer destinatario de su premio al liderazgo en el sida, consistente en 100.000 dólares. Es un reconocimiento perfecto para este líder en la búsqueda de la respuesta al sida.