Reportaje

Los progresos económicos no son suficientes para cambiar el futuro curso de la epidemia: la respuesta al sida necesita grandes cambios políticos en Asia

20 de agosto de 2009

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Seis países asiáticos que están experimentando una transición económica rápida todavía tienen que dar prioridad a los recursos de prevención del VIH para que los programas tengan una mayor repercusión. Se necesita asimismo voluntad política y aceptación social para que estos recursos se puedan destinar a servicios del VIH dirigidos a profesionales del sexo y sus clientes, usuarios de drogas inyectables y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

Estas son las principales conclusiones que presenta un estudio realizado en China, India, Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam bajo los auspicios de la iniciativa aids2031.

El estudio, titulado Economías asiáticas en rápida transición: el VIH ahora y hasta el 2031, se presentó en el IX Congreso internacional sobre el sida en Asia y el Pacífico. El informe pone de manifiesto la transformación demográfica, económica y social que se está produciendo en los seis países, y hace un intento por analizar y prever cómo podrían repercutir estos rápidos cambios en la propagación del VIH durante los próximos años. También recomienda una serie de medidas esenciales, sostenibles y a largo plazo que se deberán adoptar para reducir la epidemia y su impacto en estos países.

Se espera que dichos países aumenten su producto interior bruto (PIB) per cápita entre un 3 y un 10 por ciento anual durante los próximos 25 años, lo que revertiría en un crecimiento de los ingresos públicos y del gasto sanitario. Para 2031, cada uno de estos países necesitará destinar menos de un 0,25% de su PIB al acceso universal a la prevención, la atención y el tratamiento del VIH. La financiación destinada a los programas de sida requerirá menos del uno por ciento del presupuesto sanitario, excepto en el caso de Indonesia.

Las nuevas tendencias en estos seis países cambiarán el escenario de la epidemia del VIH. Los grandes avances de la información y de las tecnologías de la comunicación, el aumento de la migración y de las poblaciones móviles, la mejora del poder adquisitivo y el uso creciente de drogas recreativas pueden desembocar en un aumento de las conductas sexuales de riesgo. Preocupa especialmente las consecuencias de estas nuevas tendencias en los jóvenes, un segmento de la población cada vez mayor en los seis países.

Según el informe, para aplicar programas de difusión innovadores, el apoyo político y los recursos económicos destinados a intervenciones para los grupos de población más expuestos deben ir de la mano.  Al mismo tiempo, se debe adoptar un enfoque que respete los derechos humanos para acabar con los prejuicios sociales y el estigma que podrían impedir que estos servicios llegaran a los grupos más vulnerables.

“Si se pretende detener la epidemia de sida”, indica Myung-Hwan Cho, copresidente del Grupo de trabajo, “los gobiernos de estos países deben utilizar estos recursos crecientes y reunir la voluntad política para adaptar normativas y desarrollar iniciativas sólidas de programas que aborden las desigualdades, el estigma y las prácticas discriminatorias".

Economías asiáticas en rápida transición: el VIH ahora y hasta el 2031 es el primer informe que presenta aids2031, un comité internacional de expertos que ofrece nuevas ideas sobre qué pasos hay que dar en cada momento para responder a la epidemia de sida hasta el 2031.