Reportaje

El Equipo de trabajo de ONUSIDA elabora herramientas eficaces para ayudar a los jóvenes frente al VIH

05 de junio de 2009

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La elaboración de los siete Informes de orientación sobre jóvenes y VIH contribuye a reforzar la respuesta a la epidemia dentro de este grupo clave.

En 2007, aproximadamente un 40% de las nuevas infecciones se dieron en personas con una edad comprendida entre los 15 y los 24 años y, en la actualidad, más de 5 millones de jóvenes viven con el VIH, de los cuales un 60% son niñas.

Proporcionar a los jóvenes los instrumentos que les permitan protegerse del VIH constituye uno de las ocho puntos de atención prioritaria para ONUSIDA y sus copatrocinadores en el marco de la Acción conjunta para conseguir resultados: Marco de resultados de ONUSIDA, 2009-2011.

Así, el Equipo de trabajo interinstitucional de ONUSIDA (ETI) sobre el VIH y los jóvenes ha elaborado siete informes de orientación, con el objetivo de ofrecerles la atención urgente que necesitan.

A fecha de 2007, cabe destacar que tan solo un 40% de los jóvenes de sexo masculino y un 36% de las mujeres jóvenes habían recibido la información necesaria sobre el VIH; dato que, por su parte, evidencia que ni siquiera los programas básicos de sensibilización tuvieron el suficiente alcance... Por ello, es esencial que afiancemos los esfuerzos conseguidos y que sigamos ampliando la respuesta a la enfermedad.

Purnima Mane, directora ejecutiva del UNFPA y Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA

El objetivo del Equipo de trabajo, convocado por el UNFPA, es que los Informes sean una guía para trabajadores, gobiernos, donantes y la sociedad civil sobre cómo desarrollar y poner en marcha una respuesta eficaz al VIH dentro del grupo de los jóvenes. Sus necesidades requieren una atención especial, pese a que, en cierto modo, reflejan también las de toda la población en general. En el prólogo de dichos informes, Purnima Mane, directora ejecutiva del UNFPA y Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, hacen hincapié en que todavía queda un largo camino por recorrer en lo que se refiere a garantizar que todos los jóvenes tengan acceso a la información que necesitan.

Así, sostienen que, pese al compromiso mundial de asegurar que, para el año 2010, el 95% de la gente joven reciba la información, la educación, los servicios y la preparación adecuadas en materia de VIH, "a fecha de 2007, cabe destacar que tan solo un 40% de los jóvenes de sexo masculino y un 36% de las mujeres jóvenes habían recibido la información necesaria sobre el VIH; dato que, por su parte, evidencia que ni siquiera los programas básicos de sensibilización tuvieron el suficiente alcance... Por ello, es esencial que afiancemos los esfuerzos conseguidos y que sigamos ampliando la respuesta a la enfermedad".

Con frecuencia, las necesidades de los jóvenes suelen pasarse por alto durante el proceso de elaboración de políticas, dado que estos apenas tienen voz en la toma de decisiones dirigidas a llevar a cabo intervenciones para su colectivo. En los informes se presta especial atención al hecho de que, según los datos recopilados a nivel mundial, su participación en el desarrollo de programas de prevención del VIH no sólo es deseable, sino que también es "fundamental para que dichos programas tengan éxito".

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Fotografía: UNFPA

Así, por ejemplo, en el cuarto Informe de orientación, que se centra en las campañas comunitarias, se muestra de forma clara cómo la gente joven puede participar en la prevención del VIH y, de este modo, marcar la diferencia. En Ecuador, varios jóvenes transexuales involucrados en el Proyecto de prevención de fronteras crearon su propio programa con el fin de movilizar a sus compañeros, pertenecientes a un grupo de alto riesgo, para que hagan frente a la epidemia. El informe indica, asimismo, que lograron formar, más tarde, la primera organización no gubernamental de transexuales del país; entre sus propósitos, destacan la demanda de servicios sanitarios, el fin de la discriminación y la promoción de sus derechos humanos. Los jóvenes de Zambia también están comenzando a involucrarse en la causa, y proporcionan atención y apoyo a las personas que viven con el VIH dentro de sus propias comunidades.

La serie de informes incluye un resumen de cuatro ámbitos de acción clave, centrados en reducir los efectos de la epidemia en los más jóvenes:

  1. Información para adquirir conocimientos
  2. Oportunidades para desarrollar las aptitudes necesarias para la vida
  3. Servicios sanitarios adecuados para su edad
  4. La creación de un entorno que ofrezca seguridad y apoyo.

Para que las campañas realizadas sean eficaces, estos últimos recursos deben proporcionarse de forma simultánea y por medio de estrategias de comunicación que impliquen un cambio de comportamiento.

Los otros Informes estudian la situación de los jóvenes de mayor riesgo, así como la de la juventud en diferentes entornos: emergencias humanitarias, iniciativas comunitarias, en los sectores sanitario y educativo, y en el lugar de trabajo. De esta forma, se vuelve a demostrar el carácter central y la importancia de los jóvenes en la definición de su propio papel a la hora de hacer frente al VIH. En el último Informe, relativo al lugar de trabajo, se afirma que la OIT y sus asociados en Rwanda han organizado una consulta para los jóvenes con el objetivo de conocer sus problemas y sus necesidades, así como para llegar a una respuesta conjunta. Los jóvenes, por su parte, indicaron que las oportunidades de tener un trabajo digno y la prevención del VIH representaban las "dos caras de una misma moneda". A raíz de la reunión celebrada en noviembre de 2007, surgió el programa "El llamamiento de Kigali", que incluye diferentes medidas destinadas a promover la contratación de jóvenes y continuar con la búsqueda de una respuesta al VIH.

Esta serie de informes no ha sido diseñada como patrón "de talla única" que todos los países deban adoptar. El Equipo de trabajo espera, así pues, que, al presentar un gran número de posibles campañas basadas en resultados, los Informes de orientación animen a los asociados a estudiar cuáles son las estrategias más eficaces, a fin de garantizar que la próxima generación se libre del VIH, y siempre en colaboración con los jóvenes.

El Equipo de trabajo interinstitucional de ONUSIDA (ETI) sobre el VIH y los jóvenes se creó en 2001 y está compuesto por la Secretaría de ONUSIDA, sus diez copatrocinadores, grupos de jóvenes y de la sociedad civil, instituciones de investigación y donantes.