Reportaje

Un ambicioso proyecto consigue que los países clave de África oriental y meridional estén más cerca de “conocer sus epidemias".

25 de mayo de 2009

Cover of Swaziland report

Si se quiere que las estrategias nacionales de prevención del VIH se pongan en marcha con éxito, todos los países deben conocer el carácter y los factores impulsores de sus epidemias y centrarse en las necesidades ya demostradas a través de intervenciones efectivas y continuadas. No obstante, la relación que se establece entre los esfuerzos de prevención del VIH que se están llevando a cabo y los factores que están contribuyendo a la aparición de nuevas infecciones, con frecuencia no es del todo acertada. Este hecho puede dar lugar a que se destinen recursos importantes a programas apenas efectivos que no llegan a los grupos de población más expuestos. Las autoridades nacionales del sida de cinco países africanos, en colaboración con ONUSIDA y el Banco Mundial, han redactado una serie de informes detallados cuyo objetivo consiste en caracterizar no solo la verdadera naturaleza de sus respectivas epidemias y sus causas, sino también la respuesta actual prevención del virus que y la asignación de fondos para dicho fin. 

Los últimos informes de síntesis emitidos por Kenya, Lesotho, Swazilandia y Uganda, basados en datos nuevos y otros ya existentes, estudian la distribución de nuevas infecciones prevista para los próximos 12 meses.  (Mozambique, el quinto país, publicará muy pronto su informe; el de Zambia, por su parte, también está en proceso de elaboración). De acuerdo con dichos datos, todos los informes evalúan la posible conexión entre estos indicios y las diferentes intervenciones y políticas sobre el VIH que se han aprobado en los mencionados países. Los cuatro informes proporcionan además recomendaciones para mejorar las estrategias nacionales de prevención del VIH.  Algunas de ellas ya han influido de forma positiva en los análisis de los planes y las políticas nacionales existentes, y en algunos países incluso han contribuido al desarrollo y la revisión de estrategias de prevención y a la orientación sobre la creación de nuevas políticas.   

Los estudios realizados presentan ejemplos muy específicos de los retos que se están planteando como consecuencia de la relativa ausencia de políticas y programas basados en pruebas. No obstante, en ellos también se reconoce el considerable progreso que han experimentado todos los países en cuanto a la respuesta al VIH, así como la estabilización de la epidemia que algunos de ellos han conseguido alcanzar.

Así, en Lesotho, cuya prevalencia en adultos es la tercera más alta del mundo, el estudio muestra que existe un número “extraordinariamente elevado” de personas que tienen múltiples parejas sexuales de forma simultánea antes y durante el matrimonio. En un principio, se esperaba que la mayor parte de las nuevas infecciones registradas en 2008 se dieran en aquellos que afirmaban tener una única pareja sexual (35-62%) y los que tenían más de una. Sin embargo, según los datos que recoge el informe, las estrategias nacionales de prevención no están enfocadas directamente a aquellos con parejas simultáneas ni contemplan ninguna actividad específica para adultos, matrimonios o personas con una relación estable. 

En el informe de Kenya, por su parte, se describe una epidemia mixta que presenta variaciones considerables a lo largo de todo el país, de manera que es necesario desarrollar y poner en marcha acciones a nivel local. No obstante, se determinó que las estrategias que se estaban aplicando eran "globales y generales", y no estaban dirigidas a los grupos de población más expuestos, entre los que se encuentran todas aquellas personas cuyo puesto de trabajo no tiene un lugar fijo, tales como los pescadores y los camioneros.  Es más, el apoyo económico que otros grupos de riesgo reciben por parte del gobierno, como los profesionales del sexo, sus clientes, los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres y los usuarios de drogas inyectables, es "mínimo o nulo”, aun cuando existen pruebas fehacientes de que lo necesitan.

De esto último se deduce, por tanto, que en muchos países una considerable cantidad de recursos se destina a una serie de medidas de prevención en las que no se evalúa de forma rigurosa su "impacto o calidad”, mientras que, en otros, la inversión es, simplemente, muy pequeña.  (El gasto en prevención va desde el 13% del presupuesto nacional para el sida que dedica Lesotho, donde la prevalencia del VIH en adultos es del 23,2%, hasta el 34% que destina Uganda, país que registra una prevalencia en adultos del 5,4%).

Según afirma Debrework Zewdie, director de la unidad global para el VIH y el sida del Banco Mundial, “la situación económica mundial en la que nos encontramos requiere, más que nunca, que las inversiones que se realicen en materia de prevención logren el mayor impacto posible. Estos informes han sido elaborados para comprender mejor la respuesta y la epidemia de cada país a partir del creciente volumen de datos e información de que disponemos, así como para identificar cómo se puede conseguir que la prevención sea más efectiva. Estos estudios son la base de los programas que cuentan con nuestro apoyo".

Asimismo, en los informes se presentan recomendaciones concretas sobre cómo lograr un uso más eficiente de los recursos gracias a la elaboración de más estrategias de prevención basadas en pruebas. Uganda, por ejemplo, recomendó poner en práctica políticas, normas y directrices claras, con el fin de mejorar los servicios de asesoramiento y pruebas, la IEC y las medidas destinadas a obtener un cambio de comportamiento en las personas casadas y con parejas sexuales estables, así como en aquellas que viven con el VIH o pertenecen a algún grupo de riesgo. Asimismo, Swazilandia aconsejó que las parejas casadas, estables o que viven en el mismo domicilio se consideren como un grupo de población prioritario en términos de prevención. También recomendó ejercer un liderazgo político más sólido en la prevención del VIH  para conseguir una mayor participación a la hora de dar una respuesta a las complejas normas que subyacen tras el nivel de vulnerabilidad a la infección existente en el país. 
Las autoridades nacionales del sida y los equipos de ONUSIDA y el Banco Mundial que han elaborado estos informes tan completos y rigurosos, consideran que estos constituyen un buen punto de partida para el trabajo de síntesis que formará parte de las evaluaciones que se lleven a cabo en materia de sida, con el fin de reforzar y mejorar las respuestas nacionales a la epidemia.

Nota: El Análisis de la respuesta de  prevención y el Estudio de los modos de transmisión forman parte de un programa de trabajo dirigido por las Autoridades nacionales del sida y los equipos de distintas delegaciones nacionales de ONUSIDA, en colaboración con el Equipo de apoyo regional de ONUSIDA para África oriental y meridional, la sede central de ONUSIDA en Ginebra y el Programa mundial sobre el sida del Banco Mundial.