Reportaje

La región de Oriente Medio y África septentrional en el centro de atención

27 de enero de 2010

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Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA, solicita a los países que hagan frente a la epidemia del VIH desde el respeto de la igualdad y los derechos humanos.
Fotografía: ONUSIDA

Aunque pocas veces se destaque la epidemia del VIH en la región de Oriente Medio y África septentrional, ésta crece de manera incesante. Se estima que, en 2008, 310.000 personas vivían con el VIH, un número superior a las 200.000 de 2001. También en 2008 unas 35.000 personas se infectaron por el VIH en la región.

El director ejecutivo de ONUSIDA se encuentra en la región para llamar la atención sobre algunos de los principales temas que deben abordarse con el fin de ofrecer una respuesta al sida efectiva y para solicitar a los países que hagan frente a la epidemia del VIH desde el respeto de la igualdad y los derechos humanos.

 

Aprovechemos la solidaridad de la respuesta mundial al sida para unirnos como una unidad familiar mundial con el fin de acabar con el sufrimiento humano y estimular los logros humanos.

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA

 

El estigma y la discriminación siguen siendo los principales obstáculos que impiden ofrecer una respuesta efectiva al sida y en muchos países la penalización de las conductas de riesgo empuja a las poblaciones afectadas a ocultarse, lo que limita su acceso a los servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo del VIH.

Dado que las poblaciones más expuestas se ven afectadas de manera desproporcionada incluso en lugares donde la prevalencia general es baja, se necesita aceptación por el bien de la salud pública. “La comprensión es un imperativo para sacar de las sombras a aquellos que corren un mayor riesgo y permitirles protegerse a sí mismos y, por extensión, a toda la comunidad”, afirmó Sidibé.

El trabajo de ONUSIDA en la región

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Fotografía: ONUSIDA/P.Virot

ONUSIDA trabaja en la región en estrecha colaboración con gobiernos y asociados de la sociedad civil para promover la eliminación de leyes y políticas opresivas que impiden que se responda de manera efectiva a la epidemia.

En Yemen, el Parlamento votó el 29 de agosto una ley para proteger los derechos de las personas que viven con el VIH con el objetivo de reducir la discriminación. El artículo 51 de dicha ley es un gran paso para proteger los derechos de las personas seropositivas del país.

En Egipto se ha puesto en marcha un programa de difusión para hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que en pocos meses ha facilitado servicios a cientos de personas que viven en situaciones realmente complicadas. Este programa ha sido creado por ONUSIDA en colaboración con diversas ONG y con el apoyo económico de USAIDS y la Fundación Ford.

Otra iniciativa positiva fue la primera conferencia regional sobre la reducción del daño, celebrada en el Líbano el año pasado. Esta conferencia supuso un gran avance para la región y consiguió reunir a diversos expertos y asociados y movilizar el apoyo político de parlamentarios, gobiernos nacionales y organismos de las Naciones Unidas.

Actualmente también se está ampliando la provisión de servicios para poblaciones clave en la región de Oriente Medio y África septentrional con programas de terapia de sustitución oral para usuarios de drogas en Marruecos y el Líbano. En Irán se ofrece cobertura médica para las personas que viven con el VIH y sus familias, y el gobierno cubre la totalidad de los gastos del seguro.

Estos logros son significativos y muestran que la región realmente necesita inversiones para alcanzar el acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionados con el VIH.

La Conferencia de Qatar hace hincapié en los derechos humanos

En su visita a la región, Michel Sidibé acudió al Coloquio sobre la capacitación de la familia en el mundo moderno. Organizado por la Familia Real de Qatar y la Fundación Qatar en Doha, el Coloquio reúne a eruditos para debatir temas como las tendencias y los retos que afectan a la familia, familia y derechos, y familias por el mundo.

Las familias constituyen la primera línea de defensa frente al estigma y al aislamiento, así como la principal fuente de cuidados.

Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA

“Las familias constituyen la primera línea de defensa frente al estigma y al aislamiento, así como la principal fuente de cuidados”, afirmó Sidibé en su discurso inaugural. El director de ONUSIDA también resaltó las últimas conclusiones de un proyecto de investigación realizado durante dos años, la Iniciativa conjunta de aprendizaje sobre los niños y el VIH/sida. Según este informe, las familias asumen aproximadamente el 90% de los costes de los cuidados que requieren los niños infectados o afectados.

Otra de las mayores preocupaciones se centra en la falta de libertad de movimiento de las personas que viven con el VIH, que afecta de manera desproporcionada a los trabajadores migrantes y sus familias. Qatar, al igual que muchos otros países en la región de Oriente Medio y África septentrional, impone restricciones en la entrada, estancia o residencia en función del estado respecto al VIH. Tales restricciones se consideran discriminatorias y no se traducen en beneficios para la salud pública.

“Aprovechemos la solidaridad de la respuesta mundial al sida para unirnos como una unidad familiar mundial con el fin de acabar con el sufrimiento humano y estimular los logros humanos”, afirmó Sidibé.

Retos futuros

Hasta la fecha, la falta de datos adecuados y de confianza sobre la epidemia y las conductas ha dificultado comprender claramente las dinámicas y tendencias de la epidemia del VIH en la región. Aunque la prevalencia del VIH sigue siendo baja, las poblaciones más expuestas al riesgo de infección se ven a menudo gravemente afectadas: las epidemias en los países de la región se concentran normalmente en usuarios de drogas inyectables, hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, profesionales del sexo y sus clientes.

Se han identificado dos patrones de transmisión principales. En primer lugar, muchas personas se están infectando por el VIH cuando viven fuera y suelen exponer a las mujeres con las que mantienen relaciones sexuales a la infección cuando vuelven a su país de origen. En segundo lugar, las transmisiones del VIH se están produciendo dentro de las poblaciones más expuestas, como los usuarios de drogas inyectables o los hombres que tienen relaciones, lo que también puede resultar en el contagio de sus parejas sexuales femeninas.

La Situación de la epidemia 2009 de ONUSIDA sugiere que se intensifiquen los esfuerzos de prevención para las mujeres que son parejas sexuales de hombres que están expuestos al VIH bien sea por trabajar fuera, consumir drogas o mantener relaciones sexuales con otros hombres o con profesionales del sexo.