Reportaje

UNICEF y sus asociados contribuyen a que la Copa Mundial sea una victoria para los niños

09 de julio de 2010

Una versión de este reportaje se publicó anteriormente en unicef.org

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La embajadora de buena voluntad de UNICEF, Angélique Kidjo, baila con varios niños en un “parque seguro” de Soweto, a las afueras de Johannesburgo.
Fotografía: © UNICEF/NYHQ2010-1150/Hearfield

UNICEF se ha servido de la Copa Mundial de la FIFA 2010 para aprovechar el poder del deporte con el fin de promover los derechos infantiles. Varias asociaciones y programas creados en torno al campeonato mundial de fútbol, entre los que se encuentra un proyecto conjunto entre UNICEF y el gobierno sudafricano, han ofrecido a los niños la oportunidad de aprender sobre su mundo y estar mejor protegidos.

Una asociación especial entre UNICEF y el gobierno sudafricano aborda los posibles problemas que puedan surgir debido a la afluencia masiva de personas. En un país donde se calcula que 12 millones de niños viven en la pobreza, se está prestando especial atención a los menores no acompañados, algunos de los cuales podrían verse obligados a viajar a las ciudades donde se celebran los partidos en busca de oportunidades de empleo y aventura.

Asimismo, se ha puesto en marcha una campaña de comunicación en masa para enviar el mensaje de que el abuso y la explotación infantil no tienen cabida en Sudáfrica. Dirigida a niños, padres y turistas, la campaña utiliza medios de difusión digitales, impresos y electrónicos para advertir sobre el abuso infantil, la explotación, el turismo sexual infantil y la trata de niños. Diferentes asociados, entre los que se encuentran hoteles, compañías de alquiler de coches y turoperadores también están distribuyendo información sobre los derechos y la seguridad infantiles a través de sus redes.

Con la ayuda de UNICEF y sus asociados, se han habilitado espacios adecuados para los niños en cuatro de los Fan Fests más importantes de la FIFA, en Soweto, Sandton, Nelspruit y Port Elizabeth, que han acogido a entre 15.000 y 45.000 aficionados, así como a trabajadores sociales, cuidadores de niños y jóvenes, y voluntarios capacitados que se encargan de identificar a los niños que necesitaban protección y atención de emergencia. En estos espacios se proyectan los partidos en pantallas de televisión y se celebran actividades apropiadas para diferentes edades.

UNICEF también ha aprovechado la influencia de algunas de las estrellas internacionales que han visitado el país durante el torneo, como la embajadora de buena voluntad de UNICEF Angélique Kidjo, para hacer hincapié en las enormes necesidades de los niños sudafricanos, a los que la pobreza y el VIH les hace vulnerables.

Fuera de Sudáfrica, un programa piloto llamado "La Copa del Mundo en mi aldea", ofrece a los jóvenes de tres localidades de Rwanda y Zambia la oportunidad de ver los partidos en pantallas gigantes al aire libre a través de proyectores. Además de fútbol, las pantallas emiten información importante sobre la salud de los niños y sus derechos.

Como señaló Anthony Lake, director ejecutivo de UNICEF, desde Nueva York: "La Copa Mundial nos da la oportunidad de centrar una atención pública positiva en los riesgos particulares a los que se enfrentan los niños en países como Sudáfrica y en todo el mundo, así como en los esfuerzos específicos que podemos hacer para protegerlos de estas amenazas".