Reportaje

Reducir las diferencias sanitarias en Sudáfrica

09 de noviembre de 2010

Puede encontrar una versión ampliada de este artículo en el boletín de noviembre de la Organización mundial de la salud  

Fotografía: ONUSIDA

Cuando tenía cuatro años, a Thando* la trasladaron a un hospital público de Johannesburgo a fin de recibir tratamiento para el VIH. “La primera vez que la vi fue en 1998, cuando la enfermedad estaba ya avanzada y sus niveles de CD4 estaban por debajo de 50”, declara Ashraf Coovadia, médico pediatra del Hospital maternoinfantil Rahima Moosa. “En 1999 conseguimos hacerle llegar antirretrovíricos a través de un programa de investigación”.

Antes del año 2003, los antirretrovíricos no estaban disponibles en el sistema de salud pública de Sudáfrica, el país con mayor número de personas que viven con el VIH del mundo. Mientras que los pacientes de hospitales privados podían acceder a medicamentos que les salvaran la vida y comprar su supervivencia, muchas personas que dependían del sector público veían cómo ellas no tenían posibilidades.

El punto de partida para la seguridad social sanitaria es acabar con las cada vez mayores diferencias que existen entre los más ricos y los más pobres.

Dr. Aaron Motsoaledi, ministro de Sanidad de Sudáfrica.

El Gobierno sudafricano pretende afrontar esta pronunciada división entre los sectores público y privado mediante la propuesta de un régimen de seguridad social sanitaria, que facilitaría acceso universal a la atención de la salud "por necesidad en vez de por capacidad de pago".

Thando tuvo la suerte de acceder al tratamiento a tiempo y esta "encantadora joven", criada por su tía, es la paciente que durante más tiempo está siendo atendida en el hospital pediátrico. “Hasta la presentación, teníamos a muchísimos niños que estaban accediendo a los antirretrovíricos, que eran menos del 5%". Ahora, la mayoría de los que necesitan tratamiento reciben los medicamentos y evolucionan favorablemente”, apunta Coovadia.

El acceso al tratamiento para el VIH ha crecido considerablemente en la última década, y desde las elecciones democráticas de 1994, el acceso a los servicios sanitarios ha mejorado en general para los sudafricanos más pobres. Sin embargo, algunos creen que el nivel de atención en el sector público se ha venido deteriorando de forma continua.

“Sufáfrica marcó 1994, no sin dificultad, como punto de partida para afrontar la epidemia del VIH; fue sin duda un lanzamiento con efecto”, declara Helen Schneider, investigadora jefe del Centro de investigación y epidemiología de enfermedades infecciosas de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT, por sus siglas en inglés).

Por otra parte, el ministro de Sanidad, Aaron Motsoaledi, declaró en el Boletín que “el punto de partida para la seguridad social sanitaria es acabar con las cada vez mayores diferencias que existen entre los más ricos y los más pobres. Si estoy enfermo, todavía consigo la mejor atención;  si las personas están desempleadas, ya pueden olvidarse de ello”. Según el Dr. Motsoaledi, el actual sistema de salud es "muy costoso, destructor, inaccesible e insostenible”.

En septiembre de 2010, el Congreso nacional africano (ANC, por sus siglas en inglés) vigente presentó las propuestas actuales para la seguridad social sanitaria a fin de someterlas a mayor consulta. De acuerdo con Zweli Mkhize, el presidente del Comité para la salud del ANC, se prevé que el régimen, destinado a facilitar cobertura universal a todos los sudafricanos, suponga un coste adicional de 11.000 millones de rand por encima de los 117.000 millones que el gobierno tenía como presupuesto en materia de salud para el año 2012. Para costear el obligatorio régimen de seguridad social sanitaria, se impondrá un pago de impuestos que, en principio, comenzará en el año 2012 y se prolongará durante 14 años.

Sufáfrica marcó 1994, no sin dificultad, como punto de partida para afrontar la epidemia del VIH; fue sin duda un lanzamiento con efecto.

Helen Schneider, investigadora jefe, Centro de investigación y epidemiología de enfemedades infecciosas.

Econex, asesor económico privado, ha publicado una extensa crítica sobre las propuestas en la que se mofa de alguno de los retos de aplicación, el mayor de ellos el que se refiere al gigantesco coste anticipado del sistema que está siendo conceptualizado en la actualidad.

Además, los modelos de costes que se han presentado al Congreso y que se han desarrollado por los sindicatos sudafricanos, que apoyan fervientemente la introducción del régimen, sugieren que se precisará de una financiación adicional de cerca de 189.000 millones de rand, antes de ahorros administrativos.

El régimen introduciría, asimismo, nuevas dimensiones en el sistema de financiación sanitaria sudafricano, en especial la posibilidad de utilizar recursos públicos mediante la adquisición estratégica de servicios para la población. De acuerdo con Di McIntyre, catedrático del departamento de Ciencias económicas de la salud de la UCT, esto garantizaría que “todo el mundo pudiera acceder a los servicios sanitarios por razones de necesidad de atención y no de capacidad para pagarla”.

 

*El nombre de Thando no es el real.