Reportaje

Informe de la OMS sobre la salud en el mundo: el camino hacia la cobertura universal

22 de noviembre de 2010

Si los países están para garantizar una buena calidad de vida para sus habitantes y asegurar el desarrollo socioeconómico, entonces es crucial fomentar y proteger la salud. Sin embargo, de no existir un mayor énfasis en la financiación de los sistemas de salud, esta meta seguirá siendo inalcanzable para los pobres, dice el Informe sobre la salud en el mundo 2010 de la OMS, publicado hoy.

El informe subtitulado La financiación de los sistemas de salud: el camino hacia la cobertura universal, proporciona un análisis detallado de cómo puede lograrse con la provisión de un acceso a tiempo a los servicios de salud asequibles y de alta calidad.

El concepto de cobertura universal aparece a partir de un compromiso de los estados miembro de la OMS en 2005 para desarrollar sistemas de financiación de salud. Tal como el informe lo indica, en una era de “globalización de enfermedades” y ante las crecientes demandas de atención de enfermedades crónicas, por ejemplo de personas que viven con VIH por un período de tratamiento antirretrovírico a largo plazo, la cobertura universal será de importancia capital.

De acuerdo con el Informe sobre la salud en el mundo, la falta de cobertura universal tiene consecuencias para los pobres. En algunos países, por ejemplo, la proporción de nacimientos atendidos por un trabajador calificado puede ser tan solo del 10%. Esta cifra es cercana al 100% en las naciones ricas.

Se considera que lograr una cobertura universal es relativamente simple en principio pero se torna difícil en la práctica y estas dos acciones claves —entre otras— están destacadas en el informe.

Captación de recursos suficientes para la salud 

En primer lugar, los países deben captar suficientes fondos. Para muchas naciones de ingresos bajos esto puede parecer imposible en el corto plazo y la comunidad internacional necesitará respaldar financieramente sus esfuerzos. Dichas naciones actualmente destinan aproximadamente 32 dólares per cápita en salud. Para brindar cobertura universal este monto debe elevarse a 60 dólares para el año 2015.

Los países receptores también pueden aumentar la captación de fondos propios para la salud mediante la redistribución de los presupuestos. Pocos países africanos, por ejemplo, destinan el 15% de sus presupuestos gubernamentales para salud, a lo que se comprometieron en la Declaración de Abuja de 2001. De hecho, 20 países de la región que firmaron el compromiso asignan en realidad menos ahora de lo que asignaron hace nueve años; a pesar de que varios, incluso Tanzania y Liberia, han superado este objetivo.

Otro ejemplo es la donación de Ruanda de 1 millón de dólares en la convocatoria de reposición de fondos de este año del Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria y el anuncio de Sudáfrica a comienzos de este año de una inversión a nivel nacional de 1.1 millones de dólares en respuesta al SIDA.

Invertir en salud debe ser una responsabilidad compartida entre los asociados para el desarrollo y el gobierno nacional.

Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA

“Invertir en salud debe ser una responsabilidad compartida entre los asociados para el desarrollo y el gobierno nacional”, dijo el Sr. Michel Sidibé, Director Ejecutivo de ONUSIDA. 

También puede explorarse la financiación innovadora. El aumento de los impuestos sobre los pasajes aéreos, la transacción de divisas y el tabaco podría ser utilizado para aumentar los presupuestos de salud. El informe establece que, por ejemplo, un aumento del 50% en impuestos indirectos sobre el tabaco generaría 1.42 mil millones de dólares de fondos adicionales en 22 países de ingresos bajos sobre los cuales hay datos disponibles. En países tales como la República Democrática Popular Lao, Madagascar y Vietnam, el ingreso extra representaría un aumento del 10% o más del gasto total en salud y más de un 25% de aumento en el presupuesto gubernamental total destinado a la salud.

Promover la eficacia y eliminar las pérdidas

Por último, el informe sugiere que la ineficacia y las pérdidas pueden ser extremadamente nocivas para los sistemas de atención a la salud. Se aduce que se pierde entre un 20 y un 40% de los recursos destinados a la salud. Se puede lograr un ahorro del 5% en gastos de salud si se reducen gastos innecesarios en medicamentos, si se éstos utilizan de manera más apropiada y si se mejora el control de calidad.

Otras formas de aumentar la eficacia incluyen; lograr lo máximo posible de las tecnologías y los servicios de salud; motivar a los trabajadores de la salud; reducir los errores médicos y eliminar la corrupción.