Reportaje

Las mujeres hablan claro sobre el VIH en Oriente Medio y África septentrional

13 de julio de 2012

Hind Khatib-Othman, directora del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para Oriente Medio y África septentrional presentando el informe con Hamidreza Setayish, asesora del programa regional de ONUSIDA, Noha El-Mikawy, representante de la Fundación Ford en MENA y Rita Wahab, coordinadora regional de Menarosa.

En “Standing Up, Speaking Out”, (Ponerse en pie, alzar la voz) un nuevo informe de ONUSIDA presentado hoy en el Cairo, Egipto, 140 mujeres que viven con el VIH procedentes de diez países de Oriente Medio y el Norte de África (OMNA) expresan las realidades que conforman las esperanzas y los motivos de queja de sus vidas. Las voces del informe pertenecen a las integrantes de MENA-Rosa, el primer grupo regional dedicado a las mujeres afectadas por el VIH.

Mediante reuniones cara a cara y el establecimiento de una red de contacto a larga distancia, MENA-Rosa ofrece a las mujeres que viven con el VIH la oportunidad de hablar acerca de sus muchos sufrimientos, y ocasionales triunfos, en su relación con el VIH, desde temas médicos hasta asuntos familiares. Pero para que el cambio arraigue en sus vidas personales, las integrantes de MENA-Rosa tratan de establecer el panorama general, concienciando a los responsables de las decisiones clave de sus muchas necesidades y movilizando el dinero para alcanzar sus objetivos.

"Hay mucho que hacer por las mujeres que viven con el VIH en MENA. Se enfrentan a circunstancias particulares y tienen necesidades particulares", dijo Hind Khatib-Othman, directora del equipo de apoyo regional de ONUSIDA para Oriente Medio y África septentrional. "Las soluciones están disponibles, pero tenemos que enfrentarnos al estigma y fomentar la concienciación. Los esfuerzos por proteger los derechos de las mujeres incluyen los derechos de aquellas que viven con el VIH".

De las 470 000 personas que se estima que viven con el VIH en MENA, aproximadamente el 40% son mujeres. En una región que sigue siendo una de las únicas dos donde las infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida continúan aumentando, el nuevo informe arroja luz sobre un complejo conjunto de factores sociales, culturales y económicos que hacen a las mujeres más vulnerables a la infección.

Un testimonio tras otro revelan en el informe que la información sobre la vida con el VIH es, en el mejor de los casos, escasa, si no falta por completo, lo que afecta profundamente a las vidas de las mujeres, que con frecuencia se enfrentan al estigma y la discriminación como consecuencia de su estado serológico. "Al principio, cuando supieron que estaba infectada, en mi familia me dijeron que no durmiera ni me sentara junto a mi hija. Me alejaron de ella. Después, empezaron a entender que no pasaba nada", revela una mujer de Yemen que vive con el VIH.

Espero que en el futuro la gente sea más abierta para que la persona que vive con el VIH no quede aislada de la sociedad. Nosotras no buscamos esta enfermedad, ni elegimos tenerla

Mujer de Argelia que vive con el VIH

El nuevo informe subraya que las mujeres que incurren en conductas de riesgo, incluidos el trabajo sexual y el uso de drogas inyectables, sin la protección adecuada están totalmente expuestas a la infección por el VIH. Algunas mujeres se infectan a través de sus maridos y otras mediante prácticas tradicionales dañinas, como el matrimonio a edades tempranas. La dependencia económica, que reduce el poder de las mujeres de negociar un sexo seguro o abandonar relaciones violentas, también se asocia con un aumento del riesgo de infección por el VIH. La violencia relacionada con el género está muy arraigada en MENA, como indican diversos estudios nacionales.

La salud sexual y reproductiva es un aspecto apremiante en la región, señala el informe. Se calcula que en torno a 20 000 mujeres embarazadas de toda la región necesitan servicios para prevenir la nueva infección por el VIH entre los niños, mientras que se estima que solo un 5% está recibiendo la atención que necesita.

"Las mujeres han estado en el corazón del cambio en una región donde las personas han tomado las calles para demandar una vida de dignidad, igualdad, justicia y derechos humanos", dijo Amr Waked, actor, activista y embajador de buena voluntad regional de ONUSIDA. "Son las mismas demandas que las de las mujeres que viven con el VIH y no merecen menos".

Educación, prevención del VIH y acceso a un tratamiento para el VIH de calidad son fundamentales para la solución, según el informe. No se deberían escatimar esfuerzos para implicar a gobiernos, líderes religiosos y comunitarios para cambiar las políticas, fomentar la igualdad de género y enfrentarse al estigma.

Rita Wahab, coordinadora regional de Menarosa hablando en la presentación del informe “Standing Up, Speaking Out” con Hamidreza Setayish, asesora del programa regional de ONUSIDA.

El nuevo informe compila los cambios y recomendaciones propuestos por las mujeres que viven con el VIH en la región MENA. Algunos de estos cambios son la mejora del acceso a la educación de calidad y al empleo para las niñas y las mujeres; acceso garantizado a la mejor atención para el VIH disponible, incluido el tratamiento antirretrovírico; formación especial de médicos y enfermeros para reducir el estigma y la discriminación hacia las personas que viven con el VIH; y un mejor acceso a la información y a los servicios sobre la salud sexual y reproductiva, incluidas la prevención y la realización de pruebas para mujeres solteras y casadas.

"Espero que en el futuro la gente sea más abierta para que la persona que vive con el VIH no quede aislada de la sociedad. Nosotras no buscamos la enfermedad, ni elegimos tenerla", dijo una mujer de Argelia que vive con el VIH.

Aunque la tarea es vasta, la región MENA está todavía en una etapa inicial de una importante epidemia y tiene la oportunidad de detener el VIH en seco. Grupos como MENA-Rosa están alzando sus voces y reivindicando una reforma. El orden político cambiante en Oriente Medio y África septentrional presenta nuevos desafíos, y nuevas oportunidades, para una vida mejor para todos los ciudadanos. En el caso de las mujeres que viven con el VIH, los cambios que quieren ver no pueden llegar lo bastante pronto.