Reportaje

Informe mundial sobre las drogas 2015 de la UNODC: El consumo de drogas debe tratarse como un problema apremiante de salud pública

26 de junio de 2015

El consumo de drogas ilícitas debe entenderse como una situación social y sanitaria que requiere una prevención, un tratamiento y una atención continuados. Esta es una de las principales conclusiones que se derivan del Informe mundial sobre las drogas 2015, publicado el 26 de junio por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

El informe, presentado con ocasión del Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, ofrece un panorama detallado de las últimas novedades sobre el consumo, producción, tráfico y consecuencias para la salud de las drogas. Según el informe, unos 27 millones de personas son drogodependientes, de los que la mitad consume drogas inyectables; en torno a 1,65 millones de consumidores de drogas por inyección vivían con el VIH en 2013 (en torno al 13,5 %) y las mujeres que se inyectan la droga, aunque inferiores en número, tienen muchas más probabilidades de infectarse que los hombres.

En un capítulo específico sobre el VIH, también se indica que existe un problema importante de acceso al tratamiento antirretrovírico y a los programas de reducción del daño entre los usuarios de drogas inyectables y que solo uno de cada seis usuarios que sufren trastornos por el consumo o dependencia de las drogas se beneficia de dichos programas, que incluyen el intercambio de agujas y jeringuillas y el tratamiento sustitutivo con opiáceos. El informe reconoce que se han hecho algunos progresos para reducir la transmisión del VIH entre las personas que se inyectan la droga: los casos recién diagnosticados de VIH en este grupo descendieron aproximadamente un 10 % entre 2010 y 2013. Sin embargo, la comunidad internacional está muy lejos del objetivo mundial de reducir la transmisión en un 50 % para 2015, fijado en la Declaración Política de las Naciones Unidas sobre VIH y sida de 2011.

Las implicaciones para la salud pública del consumo de drogas ilícitas que se destacan en el informe se estudiaron de forma detallada durante una reunión informativa especial celebrada en Ginebra por UNODC, ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Durante el acto, el director ejecutivo adjunto de UNODC, Aldo Lale-Demoz, subrayó la necesidad de un enfoque sobre varios frentes que vaya más allá del desmantelamiento de las redes criminales. "Hay que hacer más cosas para fomentar la importancia de entender y abordar el consumo de drogas como una situación social y sanitaria que requiere una prevención, un tratamiento y una atención continuados", afirmó.

Luiz Loures, director ejecutivo adjunto de ONUSIDA, subrayó que se necesitaba un enfoque centrado en las personas para llegar a los consumidores de drogas. "Tenemos los conocimientos y la tecnología para poner fin a la epidemia de sida, pero el acceso ha sido selectivo. La diferencia viene determinada por una buena o una mala política. Los derechos humanos deben estar garantizados y la salud debe estar en el centro de la respuesta".

Según Shekhar Saxena, director del departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, los sistemas nacionales de atención sanitaria con frecuencia carecen de la capacidad de proporcionar un tratamiento y una atención eficaces a los consumidores de drogas. Añadió que la OMS seguiría ofreciendo orientación y ayuda a los países "para reforzar los sistemas de atención sanitaria a fin de alcanzar el principal objetivo de las Convenciones sobre drogas de las Naciones Unidas: proteger la salud y el bienestar de la humanidad".

Los usuarios de drogas inyectables representan más del 30 % de nuevas infecciones por el VIH fuera del África subsahariana y dos subregiones presentan unas tasas notablemente elevadas de infección por el VIH entre los consumidores de drogas por inyección: se calcula que un 29 % en el sudeste asiático y en torno a un 23 % en el este y el sudeste de Europa, una región con aproximadamente el 40 % de la cifra mundial de consumidores que viven con el VIH, principalmente en la Federación Rusa y Ucrania.