Comunicado de prensa

Preocupación de ONUSIDA, el PNUD y la OMS por la sostenibilidad y la ampliación del tratamiento del VIH


ONUSIDA, el PNUD y la OMS animan a los países a aprovechar las flexibilidades establecidas por el acuerdo sobre los ADPIC para reducir costes y mejorar el acceso al tratamiento del VIH

Ginebra, 15 de marzo 2011—El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH y sida (ONUSIDA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han expresado su preocupación por la sostenibilidad a largo plazo del acceso a un tratamiento asequible del VIH.

En un nuevo informe de política (en inglés) informe de política publicado hoy, ONUSIDA, el PNUD y la OMS instan a los países a utilizar, cuando proceda, las flexibilidades en materia de propiedad intelectual y comercio establecidas tanto en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) de la Organización Mundial del Comercio como en la Declaración ministerial de Doha sobre los ADPIC y la salud pública, con el objetivo de reducir el precio de los medicamentos contra el VIH y ampliar el acceso a los mismos de los más necesitados.

"Estamos muy preocupados por el futuro de los programas sobre el tratamiento del VIH", ha declarado Paul De Lay, director ejecutivo adjunto de la División del Programa, ONUSIDA. "Solo cerca de un tercio de las personas que lo necesitan tiene acceso al tratamiento; y en la situación económica actual, será un reto incluso mantener estas cifras a largo plazo. Los países deberán utilizar todos los medios a su alcance, incluso las flexibilidades de los ADPIC, para garantizar la sostenibilidad y un aumento significativo de los servicios relacionados con el VIH para los más necesitados". 

A finales de 2009, se calculó que aproximadamente 15 millones de personas necesitarían tener acceso al tratamiento antirretrovírico, pero que únicamente 5,2 millones se beneficiaban de él.  

Durante los últimos 10 años el coste anual del tratamiento antirretrovírico de primera línea para los países de ingresos bajos ha disminuido en casi un 99%, pasando de más de 10.000 dólares estadounidenses por persona en el año 2000 a menos de 116 para el más barato recomendado por la OMS en el 2010. Sin embargo, estos precios siguen siendo demasiado elevados para muchos países de ingresos bajos y medianos, especialmente en el caso de los tratamientos de segunda línea.

Según el Dr. Gottfried Hirnschall, director del Departamento de VIH/sida de la OMS, "millones de personas procedentes de países en desarrollo dependen de un suministro constante de tratamientos antirretrovíricos asequibles y de primera línea. Si se interrumpe este tratamiento y se desarrolla resistencia a los medicamentos, los pacientes deberán cambiar a uno de segunda línea, que puede llegar a costar seis veces más. Así pues, ahora es imprescindible aprovechar al máximo las flexibilidades relacionadas con el comercio y otras estrategias de reducción de costes para conseguir medicamentos de calidad".

Estas dificultades se pueden agravar aún más teniendo en cuenta la incertidumbre del clima económico actual. En el año 2009 la financiación para el VIH fue menor que en el 2008, y, además, debe competir con otras prioridades, lo que supone un problema cada vez mayor para los programas de tratamiento existentes. Además, los acuerdos bilaterales y regionales de libre comercio podrían limitar la capacidad de los países en desarrollo para usar las flexibilidades de los ADPIC. Los gobiernos de los países tanto desarrollados como en desarrollo deberían garantizar que todos los acuerdos de libre comercio respeten los principios de la Declaración de Doha. 

Según Jeffrey O'Malley, director del grupo VIH/sida del PNUD, "la utilización de las flexibilidades de los ADPIC permitirá a los países conceder licencias obligatorias y usar otros mecanismos recogidos tanto en el acuerdo sobre los ADPIC como en la Declaración de Doha para conseguir medicamentos antirretrovíricos genéricos y asequibles. Gracias a esto, un país podría producir medicamentos genéricos a un precio más bajo o, si carecen de capacidad de fabricación, importarlos de otro país".

Brasil concedió la licencia obligatoria para el medicamento efavirenz gracias a las flexibilidades de los ADPIC y consiguió reducir su precio en más de dos tercios, pasando de 1,60 dólares estadounidenses por dosis a 0,45 por el genérico. Esta diferencia en el precio repercute enormemente en la capacidad de las autoridades nacionales y de otros proveedores de servicios de proporcionar el tratamiento antirretrovírico a quienes más lo necesitan.

A pesar de las oportunidades brindadas por las flexibilidades de los ADPIC, muchos países tienen que modificar aún sus disposiciones legales para poder incorporarlas. ONUSIDA, el PNUD y la OMS continuarán apoyando a estos países, si así lo solicitan, a fin de que aumente el acceso al tratamiento y de que se proporcione la asistencia técnica necesaria para aplicar las flexibilidades de los ADPIC y, por consiguiente, se amplíe el acceso a los medicamentos antirretrovíricos.

En 2010, ONUSIDA y el OMS lanzaron una iniciativa llamada Tratamiento 2.0 para acelerar el acceso a medicamentos y a diagnósticos más efectivos, baratos y llevaderos. Es imprescindible seguir fomentando la tan necesaria innovación en el desarrollo de nuevos medicamentos y apoyando nuevos enfoques en los derechos de propiedad intelectual. En los próximos años, la incorporación y el uso de las flexibilidades de los ADPIC también resultarán esenciales a la hora de ampliar el acceso al tratamiento del VIH.

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