Comunicado de prensa

Los países adoptan la Estrategia de Respuesta Rápida de ONUSIDA para duplicar el número de personas en tratamiento contra el VIH para el 2020

Se estima que 15,8 millones de personas están actualmente en tratamiento contra el VIH, el doble que hace cinco años, a medida que los países adoptan la Estrategia de Respuesta Rápida de ONUSIDA, recurriendo a datos que permiten hacer llegar los servicios de prevención y tratamiento del VIH a las personas dejadas de lado

GINEBRA, 24 de noviembre de 2015— En vísperas del Día Mundial del Sida 2015, ONUSIDA ha publicado un nuevo informe que muestra que los países están adaptando la Respuesta Rápida para acabar con el sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Al adaptarse a un entorno global cambiante y potenciando las innovaciones, los países están logrando una mayor eficiencia y mejores resultados.

El avance en la respuesta al VIH en los últimos 15 años ha sido extraordinario. ONUSIDA estima que en junio de 2015 había 15,8 millones de personas en tratamiento antirretrovírico, en comparación con 7,5 millones en 2010 y 2,2 millones en el punto máximo de la epidemia en 2005. Asimismo, ONUSIDA estima que a finales de 2014 las nuevas infecciones por el VIH habían disminuido en un 35 % desde el máximo del año 2000 y las muertes relacionadas con el sida se redujeron en un 42 % desde el máximo de 2004.

«Cada cinco años hemos aumentado en más del doble el número de personas en tratamiento —dijo Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA—. Ahora tenemos que hacer lo propio solo una vez más para detener la epidemia de sida y evitar que repunte.»

Los beneficios del tratamiento antirretrovírico cambian la vida de quienes viven con el virus, pues les permite vivir más y con más salud, algo que ha contribuido a un aumento del número de personas que viven con el VIH en el mundo. ONUSIDA estima que 36,9 millones de personas vivían con el virus a finales de 2014. Una vez que reciben el diagnóstico, las personas necesitan acceso inmediato al tratamiento.

Los países se están preparando para duplicar el número de personas en tratamiento contra el VIH para el 2020. Este planteamiento de Respuesta Rápida tendrá un papel decisivo en el logro del objetivo de tratamiento 90-90-90 de ONUSIDA, que busca asegurar que el 90 % de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, que el 90 % de las personas que saben que tienen la infección estén en tratamiento, y la supresión de la carga viral del 90 % de quienes están en tratamiento.

«Hoy tenemos más opciones de prevención del VIH que nunca antes. Y con mejores datos, podemos lograr mejores resultados, encontrando las opciones de prevención adecuadas para las personas que lo necesitan», afirmó Sidibé.

Para acabar con el sida en cuanto amenaza para la salud pública, se necesita una respuesta acelerada y más centrada, que use mejores datos para mapear y llegar a las personas en los lugares donde se producen más nuevas infecciones por el VIH. Para apoyar a los países con ese enfoque, ONUSIDA ha publicado un nuevo informe —Centrarse en la ubicación y la población: una Respuesta Rápida para poner fin al sida para el 2030— que reúne ejemplos de más de 50 comunidades, ciudades y países que están utilizando enfoques innovadores, buscando llegar a más personas con servicios integrales de prevención y tratamiento del VIH.

A través del uso responsable de ricos conjuntos de datos nacionales, los países pueden centrarse en un nivel mucho más detallado, mapeando dónde se producen nuevas infecciones por el VIH y dónde se necesitan más servicios. El informe demuestra de qué forma los países pueden redistribuir los recursos para mejorar el acceso a los servicios de prevención y tratamiento del VIH. Con el enfoque de la Respuesta Rápida y una inversión inicial importante, las brechas se cierran más rápido y los recursos llegan más lejos, además de que las necesidades anuales de recursos empezarán a disminuir a partir del 2020.

El informe destaca programas de prevención y tratamiento del VIH de gran impacto —a ejemplo de la profilaxis previa a la exposición, la circuncisión masculina médica voluntaria y los servicios de salud sexual y reproductiva— que se están aplicando con éxito en varios lugares y para poblaciones diversas, como las adolescentes y mujeres jóvenes y sus parejas, las mujeres embarazadas que viven con VIH, las trabajadoras sexuales, los transexuales, los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y los usuarios de drogas intravenosas.

Los siguientes son algunos ejemplos de programas de alto impacto:

  • En Kenia, un mapeo a nivel nacional ha ayudado a llegar a más trabajadoras sexuales con un paquete integral de servicios de VIH y a reducir el número de nuevas infecciones por el VIH en ese grupo. La iniciativa ha conllevado una enorme reducción de la incidencia de infecciones de transmisión sexual, pasando del 27 % entre las personas examinadas en 2013 al 3 % en 2015.
  • En Botswana, un cambio de política incrementó el acceso a la educación secundaria. Cada año adicional de educación secundaria ha demostrado reducir el riesgo acumulado de contraer el VIH en 8,1 puntos porcentuales.
  • En la República Islámica del Irán, en 2002 y 2003 solo una prisión proporcionaba metadona para los presos dependientes de opiáceos. Sin embargo, en 2009, 142 prisiones de las 30 provincias ofrecían este esencial servicio de reducción de daños, llegando a 25 000 prisioneros.
  • Un cuarto de los transexuales de El Salvador viven en la capital, San Salvador. En 2014, se establecieron centros comunitarios en las tres ciudades más grandes del país para ofrecer un paquete integral de servicios de prevención del VIH y atención sanitaria adaptados a las necesidades específicas de esta población altamente marginada. En los primeros seis meses de 2015, esos servicios especializados habían llegado ya a un cuarto de la población transexual de San Salvador.

Estos programas innovadores utilizan datos nacionales y subnacionales y el conocimiento local de las poblaciones que presentan un mayor riesgo de infección por el VIH para ofrecerles servicios relacionados con el VIH y otros servicios conexos adaptados a sus necesidades, con el fin de llegar a las personas que se están quedando atrás, con lo que se logra un mayor impacto a un coste menor.

  • Desde julio de 2014, la organización comunitaria Colectivo Amigos Contra el Sida (CAS) proporciona servicios integrales de VIH en la Ciudad de Guatemala, divulgados mediante redes sociales y aplicaciones de citas gais. Los servicios se proporcionan en actividades de difusión en lugares de reunión populares, como parques, zonas peatonales, saunas y discotecas. Estos esfuerzos han aumentado el alcance de los servicios de prevención del VIH en un 61 %, y el número de personas que se han hecho la prueba ha aumentado en un 32 %. Sin embargo, el mapa muestra que la cobertura de los servicios sigue siendo muy baja en muchos puntos de la ciudad.
  • En el distrito de Blantyre, en Malawi, se proporcionaron kits de pruebas de autodiagnóstico a 16 000 vecinos. En un año, el 76 % de los residentes se habían hecho la prueba y habían comunicado los resultados a un orientador voluntario.
  • En 2012 y 2013, los servicios de salud de Guangxi, en China, comenzaron a ofrecer la iniciación inmediata del tratamiento antirretrovírico tras el diagnóstico de la infección. Gracias a ello, el tiempo medio transcurrido entre el diagnóstico del VIH y el inicio del tratamiento pasó de 53 días a tan solo cinco días. La mortalidad también se redujo en aproximadamente dos tercios durante el mismo período, pasando del 27 % al 10 %.
  • Rwanda ha introducido programas de prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH en los servicios de salud materna, neonatal e infantil. Con ello, en 2014 se habían reducido las nuevas infecciones por el VIH en niños en un 88 % respecto a 2009.  

En el informe, ONUSIDA identifica 35 países que han de adoptar la Respuesta Rápida, los cuales, juntos, suman el 90 % de las nuevas infecciones por el VIH. Centrándose en la localización y la población y en los programas que ofrezcan el mayor impacto, se obtendrán grandes beneficios para el año 2030: se evitarán 21 millones de muertes relacionadas con el sida, 28 millones de infecciones por el VIH y 5,9 de infecciones en niños hasta el año 2030.

«Todo el mundo tiene derecho a una vida larga y saludable —dijo el Sr. Sidibé—. Tenemos que llevar los servicios relacionados con el VIH a las personas más afectadas, y hacer que esos servicios se presten en un ambiente seguro, sin discriminación y que respecte la dignidad de las personas.»

El informe muestra que las zonas con menor número de personas con el VIH y baja prevalencia de la infección son más propensas a presentar actitudes discriminatorias que las áreas que tienen más casos de la infección por el VIH. Este resultado aparentemente paradójico se explica debido a que la educación y la comprensión sobre el VIH suelen ser mayores en los países donde el VIH es más prevalente y donde más personas están recibiendo tratamiento. Sin embargo, esas actitudes discriminatorias hacen que sea más difícil para las personas de las regiones de baja prevalencia acudir en busca de servicios relacionados con el VIH por miedo a la estigmatización y a represalias.

Si se adopta la estrategia de Respuesta Rápida de ONUSIDA, con un fuerte liderazgo y una inversión a la altura en las comunidades, las ciudades y los países más afectados, podremos poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 


  Se calcula que en 2014-2015:

            15,8 millones de personas estaban en tratamiento antirretrovírico (junio de 2015)

            36,9 millones [34,3-41,4 millones] de personas vivían con el VIH en el mundo (finales de        2014)

            2 millones [1,9-2,2 millones] de personas contrajeron el VIH (finales de 2014)

            1,2 millones [980 000-1,6 millones] de personas murieron a causa de enfermedades             relacionadas con el sida (finales de 2014)

[FIN]

 

ONUSIDA

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) lidera e inspira al mundo para hacer realidad su meta global de cero nuevas infecciones por el VIH, cero discriminación y cero muertes relacionadas con el sida. ONUSIDA aúna los esfuerzos de 11 organizaciones de las Naciones Unidas (ACNUR, UNICEF, PMA, PNUD, UNFPA, UNODC, ONU Mujeres, OIT, UNESCO, OMS y Banco Mundial) y trabaja en estrecha colaboración con asociados mundiales y nacionales para poner fin a la epidemia de sida para el 2030 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Obtenga más información en unaids.org y conecte con nosotros a través de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

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UNAIDS
Sophie Barton-Knott
tel. +41 79 514 6896
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