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La mayor disponibilidad de antirretrovíricos y su efecto beneficioso en la supresión de la carga vírica de las personas que viven con el VIH está contribuyendo a la reducción de las nuevas infecciones por el VIH. Sin embargo, esto por sí solo no basta. Para poner fin a la epidemia de sida para 2030 se requiere la ampliación urgente de los esfuerzos dirigidos de prevención combinada.

En una nueva publicación, Acelerar la prevención combinada: hacia la reducción de las nuevas infecciones por el VIH a menos de 500 000 para 2020, ONUSIDA destaca la importancia de los programas centrados e integrados de prevención combinada del VIH. El informe redefine qué significa la prevención combinada y estudia los elementos que hacen que una prevención combinada tenga éxito y en qué medida pueden ser eficaces.

ONUSIDA especifica seis requisitos que los países deben seguir para aprovechar al máximo el impacto de los programas de prevención combinada. Estos son: un sólido compromiso con la prevención del VIH, incluida una asignación presupuestaria adecuada; enfoque de los programas de prevención allí donde se necesitan; fortalecimiento de las sinergias entre los diferentes elementos de los programas de tratamiento y prevención combinada; suministro a escala; incorporación y control de la ampliación y establecimiento de objetivos y mecanismos de responsabilización claros para todos los implicados.