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Inversiones en programas de reducción de daños: la necesidad de convertir una crisis mundial en una solución mundial

14 de octubre de 2016

Progreso global

El mundo ha recorrido un largo camino en la prestación de los servicios que reduzcan los daños causados a los consumidores de drogas.  Reducción de Daños Internacional (HRI por sus siglas en inglés)  ha publicado los datos de la última década, que muestran que hoy en día hay un cierto nivel de programación para la reducción de los daños en más de la mitad de los 158 países donde está documentado el consumo de drogas inyectables. Cuando ha actuado, la reducción de daños ha mejorado y protegido considerablemente la salud, el bienestar y los derechos humanos de los consumidores de drogas.

Acción global

En 2016, en la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en abril, sobre el problema mundial de la droga y en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en junio, sobre la erradicación del sida, los Miembros se comprometieron con firmeza a reducir los daños. Ahora es preciso convertir estos compromisos en las políticas y los cambios programáticos necesarios, así como invertir en programas de reducción de daños.

Crisis global

A pesar de la creciente aceptación de la reducción de daños en todo el mundo, la aplicación dista mucho de ser la necesaria, sobre todo en las cárceles. En el último recuento, solamente se gastaron 160 millones de dólares en la reducción de daños en los países con rentas bajas y medias. Lo más preocupante, en los últimos años, es que, puesto que los donantes han comenzado a derivar los fondos hacia los países con rentas bajas, los avances logrados están en riesgo debido a que la gran mayoría de los consumidores de drogas inyectables vive en países con rentas altas y medias. 

“Los consumidores de drogas siguen estando penalizados en todo el mundo, una ineficaz respuesta de la justicia penal a un problema de salud pública y de derechos humanos que sigue alimentando la transmisión del VIH”, afirma Jamie Bridge, alto directivo de políticas y operaciones del Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas. “Incluso en los casos en que existen servicios de reducción de daños sólidamente financiados y bien diseñados, estos tendrán que luchar para ejercer su influencia si los entornos legal y político estigmatizan a los consumidores de drogas y, en última instancia, les impiden acceder a las ayudas. Por lo tanto, la reforma política debe ser considerada una parte fundamental de la respuesta”, añadió.

Solución global

A principios de este año, los datos publicados por HRI y el Instituto Burnet en el informe de HRI The case for a harm reduction decade (El caso de una década de reducción de daños) demostraron que es posible erradicar la epidemia de sida entre los consumidores de drogas inyectadas mediante la reorientación de tan solo el 7,5% de los 100 000 millones de dólares que se gastan actualmente al  año en el control de drogas para la reducción de daños.

La campaña “10 para el 20” de HRI insta a los gobiernos a que redirijan el 10% del gasto destinado al control de las drogas hacia la reducción de daños para el año 2020. El impacto que esto ejercería sobre la erradicación de la epidemia de sida ya se ha descrito, pero también financiaría la prevención y el tratamiento de la hepatitis vírica, junto con la naloxona, que revierte la sobredosis por opiáceos para salvar vidas. También fortalecería las relaciones entre los consumidores de drogas y las organizaciones de la sociedad civil que abogan por los derechos humanos y la reducción de daños.

“Este Día Mundial del Sida, los gobiernos, los donantes y los organismos internacionales no deben simplemente 'levantar la mano' en favor de la reducción de daños. Tienen que meter las manos en los bolsillos y garantizar la financiación total de los servicios de reducción de daños que pueden salvar vidas”, dice Rick Lines, director ejecutivo de Reducción de Daños Internacional.