Reportaje

Se necesita actuación urgente para combatir el VIH en Haut Mbomou (República Centroafricana)

15 de abril de 2019

En la frontera entre Sudán del Sur y la República Democrática del Congo, Haut Mbomou es la provincia más afectada por el VIH de toda la República Centroafricana, con una prevalencia del 11.9 % frente a la media nacional de 4 %.

Aunque en un principio se salvó del conflicto que tuvo lugar en el país entre 2013 y 2014, Haut Mbomou es, desde 2018, víctima de los enfrentamientos de grupos armados rivales, de la inseguridad constante y del desplazamiento de población a gran escala. Más de 47 000 personas han abandonado la provincia debido a la inseguridad y a la violencia, y ahora se suman a los 3500 refugiados procedentes de Sudán del Sur y de la República Democrática del Congo.

Un Equipo de Tareas formado por el Ministerio de Salud de la República Centroafricana, el Consejo Nacional sobre el Sida, la Organización Mundial de la Salud, la Delegación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y ONUSIDA visitaron Haut Mbomou del 8 al 12 de abril tras recibir avisos alarmantes acerca del permanente desabastecimiento de medicamentos, la deficiente atención de las personas seropositivas y los obstáculos para acceder a los servicios sanitarios y del VIH a causa de la inseguridad en el país. A 1000 km de la capital, Bangui, esta provincia es una de las que cuenta con menos recursos sanitarios y sociales. De hecho, la mitad de los centros de salud permanecen cerrados por falta de personal o por el deterioro de las instalaciones.

En las ciudades de Obo y Zemio, el equipo se reunió con las autoridades locales, proveedores sanitarios, líderes religiosos y comunitarios, desplazados internos, refugiados y personas que viven con el VIH. «Este Equipo de Tareas reúne el alcance de la experiencia nacional, así como el de las Naciones Unidas, para ofrecer soluciones prácticas a los retos sanitarios y del VIH en esta provincia, que vive una seria situación», dijo Patrick Eba, Director Nacional de ONUSIDA de la República Centroafricana.

El equipo señaló los efectos de la inseguridad sobre la población, así como sobre el acceso a la sanidad y a otros servicios. Las rutas de suministro principales permanecen cerradas y la violencia en las zonas periféricas de la ciudad limita en gran medida el acceso a los medicamentos, alimentos y a otros bienes esenciales.

El Hospital de Distrito de Obo, el mayor centro de atención sanitaria en toda la provincia, carece de los equipos de pruebas de laboratorio básicos, entre los que se incluyen los equipos para la seguridad hematológica o la detección de tuberculosis. El acceso a los medicamentos antirretrovíricos es muy restringido porque se agotan de forma regular. La falta de pruebas de medición del recuento de linfocitos CD4, de carga vírica y otras de tipo biológico para aquellos que se someten a la terapia antirretrovírica reduce la calidad de la atención que se ofrece a la población inmigrante y a los refugiados. Al equipo también le preocupaba la ausencia de esfuerzos por prevenir el VIH y por concienciar a la población. Un ejemplo de ello es la indisponibilidad de preservativos.

«¿Cómo podemos vivir con dignidad cuando nos enfrentamos constantemente a la falta de tratamiento antirretrovírico y no recibimos un buen trato por parte del personal sanitario? Muchas personas en tratamiento sufren infecciones oportunistas, pero en el hospital no pueden ofrecernos nada», lamentaba una mujer de mediana edad con aspecto frágil que vive con el VIH en Obo, y que también se manifestó con valentía en contra de la discriminación.

El acceso a los alimentos se está convirtiendo en un problema cada vez mayor, ya que, por una parte, la inseguridad reduce la producción agrícola y piscícola, y la caza; y, por otra, frena el apoyo nutricional proporcionado por agencias humanitarias. Para las personas que viven con el VIH, cuya situación es vulnerable, como el de los refugiados o personas desplazadas, esto es fundamental para asegurar la observancia y la eficacia de los antirretrovíricos.

En Zemio, el equipo habló con algunos miembros de los grupos comunitarios creados por Médicos Sin Fronteras en el marco de un novedoso programa que tiene como objetivo facilitar el acceso a los medicamentos antirretrovíricos. Los dirigentes de los grupos recogen y distribuyen estos medicamentos entre las personas que viven lejos de los hospitales. Los miembros señalaron que el bloqueo de carreteras, la inseguridad y las extorsiones de los grupos armados son algunos de los obstáculos a los que se enfrentan. Además, se entabló un diálogo con las comunidades y los dirigentes de los principales grupos armados de Zemio con el fin de enfatizar la necesidad de facilitar el acceso a los centros de salud.

El equipo indicó la compleja naturaleza de los obstáculos a los que se debe enfrentar la respuesta al VIH en una situación como la que vive la República Centroafricana, que se caracteriza por la inseguridad, el desplazamiento de población y el colapso de los sistemas de atención sanitaria. El gobierno, las Naciones Unidas y otras instituciones necesitan dirigir su atención y actuar urgentemente ante estos obstáculos para abordar los nuevos y graves retos sanitarios y los relativos al VIH. «Es muy importante afrontar estos retos para demostrar que no dejamos estas poblaciones olvidadas», dijo Wilfrid Sylvain Nambei, Ministro Coordinador para el Consejo Nacional sobre el Sida. «Si hay una actuación rápida después de que este equipo cumpla con su tarea, se fortalecerá la confianza en el gobierno y en sus asociados. Asimismo, será de gran ayuda en nuestra labor de consolidación de la paz, reconciliación y reconstrucción para no dejar a nadie al margen».