Reportaje

Las mujeres toman la iniciativa para reducir el impacto del VIH y la violencia de género en Oriente Medio y África del Norte

23 de abril de 2019

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sido víctima de la violencia. En algunas regiones, las que han sufrido violencia ejercida por parejas sentimentales son 1,5 veces más propensas a contraer el VIH que aquellas que no la han sufrido. En las poblaciones marginadas, como las trabajadoras sexuales o las mujeres transgénero, se relaciona la elevada prevalencia de la violencia con las altas tasas de infección por el virus.

En la región de Oriente Medio y África del Norte (MENA, por sus siglas en inglés), ONUSIDA calcula que alrededor de 220 000 personas viven con el VIH. Además, se incrementaron las nuevas infecciones en un 12 % entre 2010 y 2017, así como lo hicieron las muertes relacionadas con el sida en un 11 % durante el mismo período. El estigma y la discriminación que se asocian al VIH están dificultando el progreso de varios países en la lucha contra la epidemia, además de los altos niveles de violencia de género, que se encuentra estrechamente relacionada con normas y estereotipos de género muy perjudiciales.

En 2018, se puso en marcha el proyecto LEARN MENA con el fin de ofrecer a las mujeres una plataforma en la que compartir experiencias y analizar la relación entre la violencia de género y el VIH en la región. Este se encuadra en el proyecto de investigación Action Linking Initiatives in Violence against Women and VIH Everywhere (ALIV(H)E), que recopila pruebas sobre las medidas que funcionan en la prevención de la violencia y conciencia a las mujeres para que comprendan y se enfrenten a esta relación entre la violencia y el virus.

Gracias a los diálogos comunitarios que dirige MENA-Rosa, una red regional de mujeres seropositivas o que se encuentran afectadas por el VIH, se ha logrado que las mujeres comprendan mejor las causas fundamentales de la relación entre la violencia de género y el VIH. Estos diálogos han puesto de relieve el hecho de que la desigualdad de género es la principal causa de la violencia y del mayor riesgo de infección por el VIH. Por ejemplo, muchas mujeres revelaron que no habían ido nunca a la escuela , así como otras comentaron que habían contraído matrimonio a una edad temprana o que este había sido forzoso. Desgraciadamente, muchas mujeres se infectan por el VIH como consecuencia de la violencia sexual, incluso dentro de su propio matrimonio.

«La violencia está en todas partes. Con el tiempo, a medida que vas creciendo, llega a verse como algo normal», afirmó una participante argelina. 

Las participantes expusieron múltiples formas de violencia en diferentes entornos, entre ellos los centros de atención sanitaria, en los que se les impidió el acceso a servicios como los de prevención y de tratamiento del VIH.

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Hasta la fecha, se ha puesto en marcha el proyecto en siete países: Argelia, Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos, Sudán y Túnez.

Los resultados del proyecto están siendo de gran ayuda para que las mujeres afectadas y que viven con el VIH aboguen por una respuesta más eficaz a la epidemia en la región y por medidas que reduzcan los efectos de la violencia. Los diálogos han dado voz a las mujeres que se encuentran marginadas y han alentado a los responsables de la toma de decisiones y a los asociados a elaborar respuestas comunitarias más sólidas a nivel nacional. ONUSIDA apoya a los países para que apliquen las recomendaciones y los planes de acción que se han elaborado a partir del proyecto.

«Las dirigentes de MENA-Rosa se han concienciado de la necesidad de denunciar la violencia contra nosotras en vez de esconderla a lo largo de este doloroso proceso», afirmó Rita Wahab, Coordinadora Regional de MENA-Rosa. «Este empoderamiento permitirá que todas las mujeres conozcan y sean conscientes de sus derechos. Nuestras mediadoras seguirán en este camino para exponer la relación entre la violencia contra las mujeres y el VIH. La igualdad de género empieza en casa, crece en sociedad y florece en el entorno legal propicio».

LEARN MENA se ha puesto en marcha gracias a ONUSIDA, Frontline AIDS y MENA-Rosa, con el apoyo financiero de USAID. Salamander Trust, creador principal del proyecto ALIV(H)E, ofrece el apoyo técnico adicional.