Reportaje

De superviviente del VIH a primera interviniente contra la COVID-19

03 de marzo de 2021

Ingrid Bretón descubrió que estaba viviendo con el VIH a la edad de 19 años. Corría el año 1994 y el tratamiento contra el VIH no estaba disponible todavía en la República Dominicana.

«Viví durante casi 5 años, pero muerta por dentro», recuerda. «Pasé por todo tipo de procesos de negación que cualquier persona recién diagnosticada experimenta. En los centros de salud no querían atenderme. Viví todo tipo de estigma y discriminación».

En La Romana, su ciudad, era conocida como «la chica del sida».  Era imposible encontrar trabajo.  

El tratamiento contra el VIH le ayudó a cambiar el rumbo de su vida. Con la ayuda de su médico, José Román, se convirtió en la primera mujer que vivía con el VIH en La Romana conocida por haber dado a luz un bebé libre de VIH. Al continuar con el tratamiento, pensó que estaba perfectamente sana y que podía vivir una vida significativa.

«Pensé para mí, "no estoy enferma, no se me está cayendo el pelo, no tengo úlceras, no tengo sida. Quiero hacer cosas"», recuerda la señora Bretón.

En 2002 creó la Fundación Grupo Paloma, que ofrece apoyo psicosocial, asistencia legal y oportunidades laborales para personas que viven o que están afectadas por el VIH en la región este del país. La organización desempeña también un papel activista clave al dar visibilidad a cuestiones como el cumplimiento del tratamiento, la prevención y el estigma y la discriminación.

Una de las innovaciones puestas en marcha por la fundación es un proyecto de agricultura que contrata a personas que viven con el VIH.

«Es un proceso bonito», dice la señora Bretón mientras camina por los soleados campos de tierra roja, entre tomates, papayas y bananas. «La idea es que la gente que vive con el VIH pueda seguir adelante, trabajando y manteniendo a sus familias».

Las familias con las que trabaja la Fundación Grupo Paloma se han visto afectadas directamente por la pandemia de COVID-19. El trabajo de la fundación ha sido crucial durante este tiempo. Sus voluntarios reparten comida, medicamentos y ropa a domicilio. La fundación es una fuente de conexión y de apoyo emocional en un tiempo en el que las comunidades que viven con el VIH están más aisladas que nunca debido a las medidas de distancia social.

La primera Encuesta Rápida sobre las Necesidades de las Personas que Viven con VIH en el contexto de la COVID-19 reveló que, mientras que el 92 % de los encuestados había recibido terapia antirretroviral, aproximadamente uno de cada seis tenía suministros para menos de un mes. Gracias al activismo de la Delegación Nacional de ONUSIDA en la República Dominicana los protocolos se han enmendado para que las personas que viven con el VIH y que acceden al tratamiento a través del sistema público de salud puedan recibir un suministro de medicamentos para 3 o 6 meses de una sola vez.

La Delegación Nacional ha instado al gobierno a que refuerze los programas de atención integral, a través también de alianzas con la sociedad civil. Por ejemplo, la Fundación Grupo Paloma ha atendido a personas que viven con el VIH en el Hospital Provincial Francisco Gonzalvo durante un periodo de cinco meses en 2020 cuando el personal sanitario no podía en las instalaciones de La Romana.

La Delegación Nacional de ONUSIDA en la República Dominicana ha pedido que se preste especial atención a la protección social y a las necesidades de seguridad alimentaria de las personas que viven con el VIH que se encuentran en una situación económica delicada. La Delegación respondió rápidamente a las secuelas de la COVID-19 y ofreció apoyo a la Fundación Grupo Paloma y a otras organizaciones comunitarias que contribuyen a la respuesta nacional al VIH. La respuesta integral de ONUSIDA incluía proveer de equipos de protección individual e información específica a la comunidad de personas que viven con el VIH. En la segunda fase de su respuesta se incluía la movilización de apoyo nutricional.

«Esto fue muy valorado por las familias, dada la crisis económica causada por la COVID-19», afirma la señora Bretón.

«La sociedad civil desempeña un importante papel a la hora de concienciar a las comunidades y abogar por la causa en su nombre», asegura la Directora Nacional de ONUSIDA, Bethania Betances. «Como hacemos frente a dos pandemias, el VIH y la COVID-19, es crucial que ellos participen en la toma de decisiones para ayudar a crear una respuesta efectiva y humana».

Ver: La extraordinaria historia de una mujer que vive con el VIH en la República Dominicana