Reportaje

Los países ricos vacunan a una persona por segundo, mientras la mayoría de las naciones pobres aún no han puesto ni una sola dosis

10 de marzo de 2021

Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea bloquean las propuestas presentadas en la OMC para ayudar a los países pobres a conseguir vacunas con mayor rapidez

Un año después de que la COVID-19 fuese declarada como pandemia, la Alianza "People's Vaccine" alerta de que los países en desarrollo sufren una escasez crítica de oxígeno y suministros médicos para hacer frente a la COVID-19. A pesar de ello, la mayoría aún no han podido administrar ni una sola dosis de la vacuna, mientras que los países ricos han vacunado a su población a un ritmo de una persona por segundo durante el último mes. 

La mayoría de estos países ricos, como Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, están bloqueando una propuesta presentada por más de 100 países en desarrollo, que se debatirá hoy en el seno de la Organización Mundial del Comercio, y que permitiría acabar con el monopolio de las empresas farmacéuticas y aumentar la producción de vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19. Esta medida debe adoptarse de manera urgente a fin de garantizar que los países más pobres pueden acceder a dosis de estas vacunas que necesitan desesperadamente. 

Se prevé que un mayor número de países pobres reciban dosis de las vacunas en los próximos días gracias al Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud, también llamado COVAX; no obstante, la escasez de vacunas implica que, a mediados de año, tan solo se habrá vacunado a un 3 % de la población de estos países, y a una quinta parte, en el mejor de los casos, a finales de 2021. 

Aproximadamente un millón de personas de todo el mundo han firmado un llamamiento promovido por la Alianza "People's Vaccine" – una plataforma de organizaciones de activismo como Oxfam, Frontline AIDS, ONU SIDA, Global Justice Now y el Centro Yunus – para exigir a los países ricos que dejen de anteponer el monopolio y los beneficios de las grandes empresas farmacéuticas en detrimento de las vidas de las personas. El 11 de marzo tendrán lugar protestas frente a las sedes de las empresas farmacéuticas, en el marco de un día mundial de acción protagonizado por activistas de todo el mundo. 

Las encuestas de opinión realizadas recientemente por YouGov para la Alianza en Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido revelan que, en promedio, más de dos tercios de la población de estos países (el 69 %) cree que los Gobiernos deben garantizar que los conocimientos científicos sobre la vacuna se comparten con empresas productoras cualificadas de todo el mundo, en lugar de seguir siendo propiedad exclusiva de unos pocos gigantes farmacéuticos, y que debería compensarse adecuadamente a quienes han creado las vacunas. 

La directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Gabriela Bucher, ha declarado: “Ya hemos perdido dos millones y medio de vidas en todo el mundo a causa de esta brutal enfermedad, contra la que la mayoría de los países luchan sin contar con atención médica adecuada ni vacunas. Cuando permiten que un pequeño grupo de empresas farmacéuticas decida quién vive y quién muere, los países ricos están prolongando esta emergencia sanitaria global sin precedentes, y arriesgando incontables vidas más. En este momento crucial, los países en desarrollo necesitan apoyo, no oposición”.

La Alianza advierte de que la historia puede repetirse en Sudáfrica, Malaui, y otros países del continente africano. A principios de la década de los años 2000, millones de personas murieron a causa del monopolio de las empresas farmacéuticas sobre los tratamientos eficaces contra el VIH, a los que pusieron precios inalcanzables que llegaban a rondar los 10 000 dólares anuales.

Lois Chingandu, activista y directora de Investigación e Influencia en Frontline AIDS, cuenta que “aquí en Zimbabue, he perdido a muchos amigos y amigas muy queridos, que en sus últimos momentos apenas podían respirar. Resulta de una ironía cruel que activistas que lucharon incansablemente por la gratuidad de los tratamientos contra el VIH ahora mueran por COVID-19 porque, de nuevo, se anteponen los beneficios de las farmacéuticas a las vidas humanas.” 

Finalmente se consiguió poner fin al monopolio de las empresas farmacéuticas sobre los medicamentos contra el VIH, permitiendo la producción masiva de tratamientos baratos y eficaces para tratar a las personas con VIH, millones de personas que a día de hoy siguen vivas y que, en caso contrario, habrían muerto. 

El 10 y 11 de marzo, más de 100 países en desarrollo liderados por Sudáfrica y la India volverán a defender en la OMC la necesidad de una exención de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (ADPIC), que permitiría eliminar las barreras legales que impiden que más países y empresas productoras fabriquen vacunas, y puedan así proteger a su población, y participar de la posterior recuperación económica.

El catedrático Muhammad Yunus, premio Nobel y uno de los líderes de la Alianza "People's Vaccine", afirma que “esta propuesta, que supone una muestra de solidaridad humana que permitiría garantizar que el conjunto de la familia humana recibe los medicamentos y vacunas al mismo tiempo, no es tan solo un acto de caridad, sino que en realidad favorece los intereses del mundo rico”.

“Tenemos que actuar ya. No hay vuelta atrás. Es totalmente injusto que los países ricos, que disponen de vacunas suficientes para proteger a su ciudadanía, estén bloqueando la exención de los ADPIC, que podría ayudar a los países más pobres a conseguir las vacunas que necesitan”. 
Las principales entidades desarrolladoras de las vacunas se han beneficiado de miles de millones de dólares de subvenciones públicas y, sin embargo, se ha concedido a las empresas farmacéuticas el monopolio sobre su producción, así como sobre los beneficios que generan. 

Al mismo tiempo, en todo el mundo hay empresas cualificadas para producir vacunas que estarían preparadas para hacerlo masivamente si tuviesen acceso a las tecnologías y conocimientos necesarios, que las empresas farmacéuticas han mantenido bajo llave hasta el momento. Esta nueva capacidad de producción podría empezar a explotarse en tan solo unos meses. Suhaib Siddiqi, ex director del departamento de química de Moderna, la empresa productora de una de las primeras vacunas aprobadas, ha afirmado que, con los prototipos y el asesoramiento técnico adecuados, una fábrica moderna debería tener capacidad para producir vacunas en un máximo de tres o cuatro meses. 

Francia ha instado a aumentar la producción en los países en desarrollo, mientras que Estados Unidos ha tomado medidas para incrementar la propia. Sin embargo, hasta el momento ambos países siguen defendiendo el monopolio de las corporaciones farmacéuticas.  

Para controlar el virus, es imprescindible que se produzcan dosis suficientes de las vacunas en distintos lugares del planeta y a un precio asequible, que esas vacunas se distribuyan equitativamente en todo el mundo y que se administren de forma gratuita a las comunidades locales. Hasta el momento, no estamos cumpliendo con ninguno de estos cuatro requisitos. 

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONU SIDA, afirma que “después de tanta abnegación, sacrificio y heroísmo por parte de muchas personas, la Alianza para una vacuna universal denuncia la hipocresía y el vacío de la solidaridad humana, y el egoísmo miope que socava los esfuerzos para controlar el virus en los países”.

“Tan solo lo lograremos a través de una movilización global para incrementar la producción de vacunas y aumentar de forma rápida el número de dosis disponibles a un precio asequible”.

Por su parte Nick Dearden, director de Global Justice Now, señala que “un año después del inicio de la pandemia, es indignante que haya fábricas paradas, sin poder fabricar vacunas contra la COVID-19, tan solo porque los países ricos dan prioridad a las patentes de las empresas farmacéuticas, en detrimento de las vidas de personas de todo el mundo. Es necesaria una suspensión de las patentes a nivel global que permita acelerar la producción de estas vacunas en todo el mundo”.
 

Notas para editores

  • Según datos de OurWorldInData, Bloomberg, la Universidad John Hopkins y otras búsquedas, la mayor parte (al menos 47) de los 79 países clasificados por el Banco Mundial como de renta baja y media-baja aún no han vacunado ni a una sola persona. Esta cifra es exacta a fecha de 4 de marzo, y tiene en cuenta las distribuciones de vacunas previstas por el COVAX para los próximos días, incluyendo también las vacunas pendientes de administrar. Somos conscientes de que, entretanto, es posible que estos países reciban envíos del COVAX aún sin registrar.
  • Desde principios de 2021 los países de renta alta han administrado, en promedio, una dosis de vacuna por segundo. Esta cifra se basa en el promedio diario de dosis de la vacuna contra la COVID-19 administradas entre el 1 de enero y el 2 de marzo de 2021, y se ha obtenido a partir de los datos de OurWorldInData sobre los países considerados de renta alta según la clasificación del Banco Mundial. La tasa de vacunación por hora se ha calculado asumiendo que estos países vacunan durante 8 horas al día, y el resultado se ha dividido después entre minutos y segundos. Así pues, el promedio de la tasa de vacunación por segundo en estos 68 países de renta alta se ha estimado en 1,1 dosis por segundo, es decir, 66 dosis por minuto. Este promedio incluye a seis países de renta alta que aún no han empezado a vacunar a sus ciudadanos y ciudadanas.
  • Estos son los resultados de la encuesta de YouGov en cada uno de los países – Estados Unidos: 69 %; Francia: 63 %; Alemania: 70 %, y el Reino Unido: 74 %. El promedio de los cuatro países es del 69 %. A menos que se indique lo contrario, todas las cifras son de YouGov Plc. El tamaño total de la muestra es de 1351 personas adultas en Estados Unidos, 1788 personas adultas en el Reino Unido, 1010 personas adultas en Francia y 2039 personas adultas en Alemania. El trabajo de campo se desarrolló entre el 23 y el 26 de febrero de 2021, a través de una encuesta online. Estas cifras se han ponderado y representan al total de la población adulta (mayores de 18) de cada uno de estos cuatro países (Estados Unidos, el Reino Unido, Francia y Alemania).
  • La semana pasada, The Associated Press localizó fábricas en tres continentes cuyos propietarios afirmaban estar preparados para empezar a fabricar cientos de millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 en un plazo breve, pero para hacerlo necesitarían contar con los prototipos y los conocimientos técnicos necesarios.
  • Países como Sudán del Sur, Yemen y Malaui han experimentado un drástico incremento de casos en los últimos meses. Por ejemplo, en Malaui los casos han aumentado en un 9500 %, a medida que la cepa sudafricana se ha ido propagando por el país. Dos miembros del Consejo de Ministros murieron en un solo día.

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