Reportaje

ONUSIDA demuestra que, con la inversión adecuada, se puede poner fin a la epidemia del sida para 2030

26 de marzo de 2021

Hoy ONUSIDA ha publicado un nuevo informe que muestra el valor de invertir plenamente en la respuesta al VIH.

La modelización de ONUSIDA muestra que, si se invierten 29 000 millones de dólares al año en la respuesta al VIH en los países de renta media y baja para 2025, el mundo retomará el rumbo para acabar con la epidemia del sida para 2030. La inversión, sufragada tanto por los donantes como por los países más ricos y más afectados por la pandemia del VIH, permitiría reducir de forma drástica las nuevas infecciones anuales por el VIH, de 1,7 millones en 2019 a 370 000 en 2025, y las muertes anuales relacionadas con el sida, de 690 000 en 2019 a 250 000 en 2025. El número de nuevas infecciones por el VIH entre niños y niñas se reducirá de 150 000 en 2019 a menos de 22 000 en 2025.

En 2016 los países acordaron invertir 26 000 millones en la respuesta al VIH para 2020 en la Declaración Política sobre el VIH y el sida de Naciones Unidas. Los recursos en los países de renta media y baja alcanzaron su pico en 2017, pero empezaron a disminuir en 2018, con tan solo 19 800 millones de dólares disponibles en 2019, apenas el 76% del objetivo para 2020. Como consecuencia, no se alcanzó ninguno de los objetivos programáticos globales fijados para 2020. Y el fracaso a la hora de conseguir dichos objetivos ha tenido un trágico coste humano: entre 2015 y 2020 otros 3,5 millones de personas se infectaron por el VIH y otras 820 000 murieron por enfermedades relacionadas con el sida.

“No parece que vayamos a acabar con la pandemia del sida para 2030”, apuntó Jose A. Izazola, asesor especial del seguimiento de recursos y finanzas de ONUSIDA. “Pero nuestra modelización muestra que invertir de forma sensata y centrar las inversiones en el lugar adecuado tendrá unos resultados notables y hará que nos pongamos de nuevo en marcha y logremos acabar con la pandemia del sida para 2030”. 

Como consecuencia de no alcanzar ninguno de los objetivos de 2020, se tendrá que gastar más, hasta un máximo de 29 000 millones de dólares para 2025.

Las inversiones se destinarán a distintas áreas. Habrá un aumento sustancial de las inversiones en servicios de prevención del VIH, las cuales casi se duplicarán, pasando de los 5 300 millones de dólares de gastos estimados en 2019 a 9 500 millones de dólares en 2025, centrados especialmente en los grupos de población clave, para detener los 1,7 millones de nuevas infecciones por el VIH que todavía se producen cada año.

Se pueden obtener enormes beneficios en la ampliación del tratamiento del VIH con un coste financiero adicional bajo. Los ejemplos exponen que un modesto incremento del 17% (1 300 millones de dólares) en los recursos para pruebas y tratamiento para 2025 permitiría aumentar un 35% el número de personas en tratamiento, a 32 millones de personas.

El gasto en facilitadores sociales, factores arraigados en la sociedad en su conjunto que modifican la eficacia de los programas contra el VIH: el acceso a la justicia y la reforma legal, el estigma y la discriminación y la igualdad de género, incluida la violencia de género, se duplicará con creces, pasando de 1 300 millones de dólares en 2019 a 3 100 millones de dólares en 2025, y aumentará hasta el 11% de las necesidades totales de recursos.

“No debemos repetir los errores del pasado”, añadió el Sr. Izazola. “Ahora es el momento de invertir”.

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Infografía