Reportaje

Asociarse para retomar las riendas y poner fin al sida para 2030

24 de septiembre de 2021

ONUSIDA, el Plan de emergencia del presidente de los Estados Unidos para el alivio del sida (PEPFAR) y el Fondo mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria (Fondo Mundial) se reunieron esta semana para organizar conjuntamente un evento sobre la poderosa asociación entre las tres organizaciones, países y comunidades. El evento, celebrado en los actos paralelos a la 76.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, destacó los millones de vidas salvadas a través de la asociación, pero advirtió de que la COVID-19 ha golpeado con fuerza y corremos el riesgo de tirar por la borda los esfuerzos realizados para acabar con el sida para 2030.

«Nos encontramos en uno de los momentos más difíciles de la historia del VIH y de toda la salud mundial», señaló Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. «Debemos actuar con urgencia. Nuestras alianzas son fuertes y flexibles, y debemos utilizar lo que hemos aprendido juntos para prevenir un resurgimiento de la pandemia de sida, acabar con las desigualdades y luchar contra la COVID-19».

La COVID-19 ha afectado muy negativamente los servicios para el VIH durante los últimos 18 meses. Peter Sands, director ejecutivo del Fondo mundial, afirmó que el número de madres que recibieron tratamiento para la prevención de la transmisión maternoinfantil del VIH descendió un 4,5 %, el número de personas que llegaron a los programas de prevención del VIH se redujo un 11 %, las pruebas del VIH descendieron un 22 % y la circuncisión médica masculina voluntaria para la prevención del VIH descendió un 27 %. «Estábamos ya lejos de nuestros objetivos antes de que llegara la COVID-19 y esta nos ha desmoronado aún más», afirmó. «Va a ser increíblemente difícil recuperar el rumbo del VIH hasta que logremos tener bajo control la COVID-19». 

La primera dama de Namibia, Monica Geingos, hizo hincapié en un gran número de desigualdades debidas a la COVID-19 y se unió a la Sra. Byanyima en un debate en directo desde Nueva York (Estados Unidos de América). «Tras el confinamiento, estamos observando que se han duplicado las tasas de embarazo en adolescentes, y prevemos que las nuevas infecciones por el VIH entre los niños de 15 a 24 años también aumentarán», apuntó. «En el momento en que se saca a los niños del entorno escolar, cuando se elimina la educación sexual, se ponen en riesgo los resultados educativos». Los datos de ONUSIDA reflejan que el hecho de que las niñas completen la educación secundaria reduce su riesgo de infección por el VIH incluso a la mitad en algunos países.

Felix-Antoine Tshisekedi Tshilombo, presidente de la República Democrática del Congo y presidente de la Unión Africana, se unió al evento con un potente mensaje en vídeo: «Llevamos cuatro décadas luchando contra el VIH, y nuestros éxitos y fracasos nos han enseñado que nunca podemos conquistar una pandemia sin acabar con las desigualdades, promoviendo enfoques centrados en las personas y respetando los derechos humanos».

Se resaltó insistentemente la necesidad de colaboraciones sólidas y continuadas para abordar tanto el VIH como la COVID-19. Angeli Achrekar, coordinadora mundial de los Estados Unidos para el sida, que se unió al evento en vivo en Nueva York, lanzó un potente mensaje: «Nada será posible si no existen alianzas. Nuestra unión con PEPFAR, el Fondo Mundial y ONUSIDA es absolutamente esencial porque trabajamos mano a mano con los países y las comunidades, el sector privado y las organizaciones multilaterales para que nuestros sueños se hagan realidad».

Los ponentes instaron a un fuerte liderazgo político, solidaridad mundial y asociaciones estratégicas que involucren a las personas más afectadas por el VIH. «Lo que precisamos de los Gobiernos es que sean conscientes de que sin nosotros no pueden llegar a las comunidades y alcanzar los ambiciosos objetivos», expresó Sbongile Nkosi, directora coejecutiva de la Red mundial de personas que viven con el VIH, quien se unió en directo desde Sudáfrica. «Los Gobiernos han de entender que somos los mejores aliados en la respuesta. Conocemos la lucha, conocemos las soluciones y estamos firmemente comprometidos a acabar con el sida».

El evento se celebró en un momento emblemático: 40 años después de que se informara de los primeros casos de sida, y coincidiendo con el 25.º aniversario de ONUSIDA y el 20.º aniversario del Fondo Mundial. «Hace 40 años, surgió un nuevo virus que provocó la pandemia del VIH/SIDA», recordó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud. «En aquel entonces se desarrollaron medicamentos que salvaban vidas, pero los más pobres del mundo no tenían acceso a ellos y abordar esta pésima crisis de desigualdad llevó más de una década. Los esfuerzos multisectoriales, a menudo liderados por comunidades de personas que viven con el VIH o que están afectadas por el virus, se vieron respaldados por niveles sin precedentes de asistencia internacional procedente de ONUSIDA, el Fondo mundial y el PEPFAR. Desde entonces, se han salvado millones de vidas».

Ha habido grandes éxitos en lo referente a poner el freno a las nuevas infecciones por el VIH entre los niños y reducir las muertes relacionadas con el sida, pero, pese a un descenso del 59 % en las muertes relacionadas con el sida entre los niños en el periodo de 2010 a 2020, Omar Abdi, director ejecutivo adjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, puso de manifiesto que se debe hacer mucho más. Solo el 54 % de los niños que viven con el VIH accedió al tratamiento antirretroviral en 2020, en comparación con el 74 % de los adultos. «Acabar con el sida infantil necesita de nuestra acción colectiva para adherir a 1,7 millones de niños que viven con el VIH en todo el mundo al tratamiento capaz de mantenerlos sanos y vivos. Precisamente por eso, estamos proponiendo un marco global para impulsar el compromiso y catalizar la acción mundial para poner fin al sida pediátrico», sostuvo.

Usha Rao-Monari, administradora asociada del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, destacó las desigualdades que impiden que los grupos de población clave accedan a los servicios para el VIH. Dijo que los servicios para el VIH para los grupos de población clave son «desiguales o directamente inexistentes», y detalló que los grupos de población clave y sus parejas sexuales representan el 65 % de las nuevas infecciones por el VIH en todo el mundo, y el 93 % de las infecciones fuera del África subsahariana. «Nuestro trabajo sigue sin hacer», mantuvo con rotundidad. «El género y otras desigualdades interrelacionadas, así como las leyes punitivas y discriminatorias, hacen que las personas sean más vulnerables al VIH y dificultan el acceso a los servicios. Tenemos que abordar todas esas desigualdades que durante décadas han impulsado la propagación del VIH».

El evento híbrido consistió en una mezcla de discusiones en vivo desde Nueva York, mensajes de vídeo y enlaces de vídeo también en vivo para conectar con todos los rincones del mundo. La galardonada periodista Victoria Rubadiri se encargó de moderar el evento desde Nairobi, Kenia, y Regan Hofmann, director adjunto de la oficina de enlace de ONUSIDA en Washington, DC, Estados Unidos, moderó en vivo las discusiones presenciales que se llevaron a cabo en Nueva York. 

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Discurso