Actualidad

Se necesita mucho más apoyo en la respuesta al sida para los profesionales del sexo

23 de julio de 2014

Si el final de la epidemia de sida ha de convertirse al fin en realidad, urge eliminar las barreras que impiden a los profesionales del sexo acceder a los servicios del VIH, explica una nueva serie sobre VIH y profesionales del sexo que ha publicado The Lancet.

Presentada esta semana en la XX Conferencia Internacional sobre el Sida en Melbourne, Australia, esta serie de artículos, entre cuyos autores se encuentran profesionales del sexo, proporciona el análisis más exhaustivo hasta la fecha sobre el VIH y este grupo tan frecuentemente marginado. En ella se muestra que los profesionales del sexo, hombres, mujeres y transgénero, sufren violaciones de los derechos humanos, leyes represivas y prácticas que les pueden conducir a la marginación y dificultarles el acceso a programas críticos para el VIH, como preservativos gratuitos o subvencionados, lubricante o terapia antiretrovírica. Por ejemplo, los profesionales del sexo en Canadá, India y Kenya declaran haber sido arrestados por llevar preservativos y haber sido sometidos a violencia física o sexual por parte de las autoridades estatales.

En general, los profesionales del sexo han visto incrementada su vulnerabilidad al VIH. En los países de ingresos bajos y medios, las mujeres profesionales del sexo son 13,5 veces más proclives a la infección por VIH que el grupo todas las mujeres de entre 15 y 49 años de edad. Los programas de prevención para personas que ofrecen servicios sexuales reciben solo una pequeña parte de la financiación total para VIH, y hay muy poca investigación específica sobre las necesidades de los profesionales del sexo o sobre el efecto de la siguiente generación de estrategias de prevención, como es la profilaxis previa a la exposición.

La serie asegura que una respuesta efectiva no debe limitarse exclusivamente a las intervenciones biomédicas, sino que debe ocuparse también el entorno legal, socieconómico y político en el que se desenvuelven las personas que ofrecen servicios sexuales. 

Según se explica, la intervención más drástica y significativa sería la despenalización (antes que la legalización) del sexo profesional. Solo con este paso podría evitarse al menos un tercio de las infecciones por el VIH entre profesionales del sexo y sus clientes durante los próximos 10 años, puesto que supondría entornos de trabajo más seguros, menos violaciones de los derechos humanos y una reducción del acoso y violencia policiales, sostiene la serie de artículos.

En una llamada final a la acción, los artículos de The Lancet abogan por una estrategia holística para reducir el VIH entre los profesionales del sexo, la cual, junto con la despenalización, se completa con un mayor respeto por los derechos humanos de la gente que ofrece servicios sexuales, lo que incluye el derecho a terapia antiretrovírica, parar la estigmatización, una investigación mejor y más inclusiva, la capacitación de la comunidad, la inclusión significativa de las personas que ofrecen servicios sexuales en el diseño e implementación de todos los programas, y dedicar especial atención a las necesidades de los profesionales del sexo transgénero y masculinos.

Citas

"Los esfuerzos para mejorar la prevención y tratamiento del VIH por y para las personas que ofrecen servicios sexuales tiene que dejar de verse en la periferia del logro universal del acceso a los servicios de VIH y control definitivo de la pandemia. Debemos, y podemos, hacerlo mejor".

Chris Beyrer, director del Centro Johns Hopkins de Salud Pública y Derechos Humanos; coordinador de la serie VIH y profesionales del sexo