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El asesoramiento sobre el VIH ha demostrado su eficacia de diversas formas. En una evaluación de la Organización de Apoyo a las Personas con SIDA (TASO), de Uganda, se ha puesto de manifiesto que el asesoramiento contribuye a que las personas acepten y hagan frente a su seropositividad, y que además propicia la aceptación del enfermo por la familia y la comunidad.
Por su parte, en un estudio realizado en Rwanda se confirma que el asesoramiento sobre el VIH
ayuda a las personas a decidir si se someten o no a las pruebas del VIH, así como a reducir la
transmisión del virus. No obstante, algunos responsables de formular políticas y gestores de
servicios se muestran renuentes a darle la consideración que se merece como una disciplina
en que los profesionales adiestrados pueden producir resultados cuantificables y útiles. Como
resultado de esta actitud, el asesoramiento se dota de recursos insuficientes y no se aprecia
plenamente.